La silueta del Air Canada Centre no destaca en la zona cerca del lago Ontario. Incrustado en el distrito financiero de Toronto, conectado directamente con la Union Station el Atocha o el Sants de aquí, para entendernos--, el exterior del pabellón palidece al lado del Rogers Centre Skydome la típica arena americana con techo voladizoy, sobre todo, la espigadísima CN Tower, la torre más alta del mundo con 553 metros. Sin embargo, el interior del Air Canada impresiona la primera vez que entras dentro: no es el hangar acristalado que promete desde fuera, sino un tremendo recinto excavado en el suelo con capacidad para 20.000 espectadores, con palcos privados y una galería comercial bajo las gradas en la que destaca el olor a palomitas de mantequilla. Es donde se cuecen los sueños y se escenifica el momento decisivo de las carreras de dos españoles que han llegado a la ciudad más importante de Canadá para hacerse un sitio en la NBA. José Manuel Calderón, que aterrizó hace un año, y su socio, Jorge Garbajosa, hacen historia estos días convirtiéndose en la primera pareja de compatriotas que actúa en la liga norteamericana. Los Toronto Raptors los tienen como actores principales de una experiencia inédita: han formado un equipo con cinco jugadores europeos, además de Anthony Parker, el alero dominador de la Euroliga en los últimos años con el Maccabi.

La relación entre ambos es casi simbiótica, también dentro de la cancha. Viven en el mismo edificio, en dos funcionales apartamentos en John Street, muy cerca del pabellón. Casi podrían ir andando a entrenar si no fuera porque a cada paso tienen que firmar autógrafos. A pesar de la fuerte competencia de los Toronto Maple Leafs de hockey sobre hielo curiosamente, propiedad que la misma empresa que los Raptors--, el baloncesto se ha convertido en un

La buena pretemporada con siete victorias y una derrotaha influido positivamente. Los Raptors aparecen como un elemento integrador en una sociedad multicultural que acoge a numerosísimos inmigrantes. Hoy me he sentido como en casa, casi como cuando celebro los goles del Steaua, contaba tras la victoria ante Milwaukee Andrei Furnica, un rumano que lleva un par de años en la ciudad. A él también le encantan Calderón y Garbajosa, que participan a menudo en actividades que organiza el club para la comunidad.
El esparadrapo y la cena

En la tienda oficial de los Raptors por supuesto que pueden encontrarse camisetas de Garbajosa y Calderón por 60 euros aproximadamente. Estos días están vendiendo más del primero, pese a que en los dos partidos iniciales no estuvo acertado en el tiro: sólo clavó dos de sus 14 intentos, pero eso no parece preocuparle. Si fuese por otra cosa como la defensa, estaría preocupado, pero sé que los tiros acaban entrando, afirma. Seguramente su adaptación será más rápida que la de Calde, ya que cuenta con la ayuda del extremeño para pequeñas cuestiones y además habla mejor inglés que él cuando llegó.

Los dos españoles fueron de los más reclamados en una cena benéfica de gala organizada por los Raptors en la noche del lunes en un lujoso restaurante italiano, Alice Fazooli. Lo curioso es que eran los propios jugadores, con sus mandiles (¡), los que servían el vino, el agua y alguno de los platos a los regocijados comensales, que habían pagado 250 dólares por asistir y que luego también podían participar en una subasta de objetos firmados por el equipo. A Calderón se le vio más acostumbrado, pero Garbajosa estuvo más avergonzado. Esto no pasa en España, decía entre risas el madrileño, que, entre comanda y comanda, no paró de hacerse fotos y firmar en servilletas, al igual que Calderón.
European style

Fichar jugadores europeos no sólo tiene que ver con el juego. Hay buen rollo en el vestuario. A menudo salimos de cena buena parte del equipo, señala Calderón, que reconoce que este hecho era totalmente inhabitual la pasada campaña, cuando sólo ganaron 27 partidos de los 82 de la liga regular. Aquella plantilla estaba dominada por los egos de Jalen Rose y Mike James, que ya no están en el equipo. Todos entregan los galones a Chris Bosh, que se entiende especialmente bien con los españoles y parece sentirse más cómodo con Garbo como lo llaman aquí a menudoque con Nesterovic como compañero en la pintura.
Así se ven

A Jorge le dije antes de decidirse que la ciudad era estupenda, mucho mejor que muchas de Estados Unidos. Hay mucha gente que te ayuda para todo. No necesitas saber inglés perfectamente. Y dentro del club te lo resuelven todo, sólo tienes que centrarte en el baloncesto, declara el base, contento de la buena pinta que tiene el proyecto. No vamos a pasar ganar 27 partidos a ganar 60, pero hay buen equipo, una buena base para funcionar. Tenemos que aspirar a Playoffs y sólo hay que mejorar un poco para conseguirlo.
Para Calderón, más que echar de menos España, lo que más añora son las personas. Las demás cosas se pueden conseguir. Hasta el jamón de mi tierra, dice entre risas. Estos días está teniendo la visita de su hermano Carlos y un grupo de amigos. Se mantiene muy informado de lo que sucede en nuestro baloncesto principalmente a través de ACB.COM y el teléfono es algo fundamental en su vida.
Acostumbrado a ser titular, no ve como un drama ser el suplente de TJ Ford. Eso lo sabía yo. Sé mi rol y estoy contento por cómo estoy jugando, creo que muy bien. Yo voy a seguir así, intentando convencer al entrenador de que tiene que darme más minutos. Que me los dé o no, eso ya no es cosa mía.
Garbajosa escucha atentamente a su lado y asiente. Aquí se vive muy bien. Tampoco he tenido mucho tiempo hasta ahora de conocer a fondo la ciudad con el ritmo de entrenamientos, viajes y partidos, pero va bien, cuenta. En su opinión, su inglés no es tan bueno como ha destacado la prensa local. Yo pensaba incluso que lo tenía mejor. Intento hacerme entender y entiendo más o menos bien. Cada día va mejor.
El creciente trasvase de jugadores Europa-América ha revelado que baloncesto es baloncesto en todos los lados. Sí, eso está claro, pero lo que rodea es diferente y la manera de jugar también. No hay que ser tremendista, opina el pívot, al que dice no importarle el hecho de que el tiro de tres puntos su especialidad en ataqueesté más lejano en la NBA. No estoy preocupado, responde, sin conformarse con el papel que le da Mitchell. Siempre aspiras a más. No me refiero a jugar 21 minutos en lugar de 20, sino a cosas como ser cada día más intenso. Pero estoy trabajando bien y todo requiere su tiempo.
También es un habitual internauta, no sólo visitante de las páginas de baloncesto, sino también de las de los periódicos de información general españoles. Soy muy curioso, reconoce. Hay que estar informado, agrega, mientras devora la revista Gigantes que le ha llegado a las manos.
Así los ven
El respeto que tienen en el club es incuestionable. Sam Mitchell sabe que la prensa española siempre va a pedirle que dé más protagonismo a sus jugadores, pero él destaca que ya son importantes. Juegan muchos minutos y creo que va a ser así durante toda la temporada. Aún estamos construyendo un equipo y que ellos sigan mejorando es lo que necesitamos, declara.
El técnico dice estar ilusionadoen que Calderón recoja esta temporada lo sembrado en la pasada. Cada vez juega con más confianza y ha demostrado ya que puede estar en la NBA, asegura. Según él, es normal que en encuentros como ante San Antonio sólo estuviese en pista doce minutos. Algunas veces estará eso y otras estará 30, según cómo esté el partido, remarca.
Mitchell también mima a Garbajosa. Estoy convencido de que va a tirar mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. De momento, me gusta el trabajo que está haciendo y no creo que para los triples sea importante que en España la línea esté un poco más cerca. Él puede ser un triplista en la NBA y lo va a ser.
Muy cerca de los dos españoles está Bargnani, del mismo espíritu latino. Son amigos míos. A Garbajosa ya le conocía de Treviso y siempre nos hemos llevado bien. Para mí es muy bueno habérmelo encontrado aquí. Y a Jose Calderón me había enfrentando cuando estaba en el Tau y es un gran jugador, sin duda, explica el italiano, que ve especial estar en un equipo con tantos jugadores europeos. Estoy bien aquí, mejorando cada día, con paciencia. No es bueno tener prisas, apunta.
Especial resulta la opinión de uno de los ayudantes de Mitchell en el equipo: Alex English es uno de los máximos anotadores de la historia de la NBA y la etapa central de su carrera, en los Denver Nuggets, coincidió con el inicio de las retransmisiones televisivas de esta competición en España, a finales de los 80. Su aura de leyenda no le impide estrechar calurosamente la mano a todos los que le requieren. Para mí Jorge y Jose están capacitados para jugar en la NBA. Se ve que han competido al máximo en Europa y ya vimos lo que hicieron en el Mundial. Además, son buenos chicos, escuchan cuando les hablas y tienen muchas ganas de aprender, declara.
Hasta en un medio oficial como la Raptors TV piden más tiempo en cancha para los españoles, particularmente para Calderón. En el medio trabaja como comentarista un exjugador de la ACB: Leo Rautins, que jugó en el Ourense y el Mayoral Maristas a principios de los 90 y que actualmente es seleccionador nacional de Canadá.