Redacción, 10 Abr. 2007.- El Real Madrid vuelve a triunfar en Europa. 10 años después de su último título, la extinta Eurocopa (llamada antes Recopa, luego Copa Saporta), el equipo más laureado de Europa volvió a levantar un trofeo continental, además uno que no obraba en sus nutridas vitrinas: la ULEB Cup. Lo logró al derrotar por

Para el Real Madrid no era un título menor. De hecho, no debe serlo para nadie. En la ULEB Cup compiten varios de los mejores equipos de Europa, y el sistema de competición obliga a no fallar ni un solo día: una mala noche cuesta la eliminación. El Real Madrid tuvo que superar una fase de grupos y tres duras eliminatorias para llegar a Charleroi y, una vez allí, no cometió los mismos errores que hace tres años.
El Real Madrid tuvo que emplearse al máximo para derrotar al campeón lituano. Cada intento de escapada de los de Plaza era respondido por su rival, que incluso logró llegar al intermedio con ventaja (41-40).

Una victoria que tiene nombres propios, como siempre. En global, todo el equipo. Concretando, el decisivo fusil de un Charles Smith que encadenó cinco triples en los 12 primeros minutos de la segunda mitad, con Louis Bullock como fiel escudero. Pero de poco hubiera servido sin el clarividente juego comandado por Raül López y el extraordinario y fructífero esfuerzo de Felipe Reyes y Alex Mumbrú en la primera mitad.
El Real Madrid comenzó mandando desde el juego interior

Pero claro, por mucho que el Real Madrid dominase bajo tableros, sin anotar un solo tiro exterior no era posible abrir hueco. Por fin, Tunçeri abrió la lata lituana con un triple a 45 segundos del final del primer cuarto, cerrando el 18-22 final del primer periodo. Un resultado que hacía justicia a la superioridad madridista.
El Lietuvos Rytas frenaba cada despegue blanco
El Lietuvos Rytas perdió orden con la salida de Koljevic en sustitución del cerebral Stelmahers, sustentándose sólo con esporádicos tiros exteriores. Los primeros puntos de Charles Smith y Louis Bullock afianzaron la superioridad del Real Madrid y un 2+1 del de siempre, del especialista Reyes, ponía la primera ventaja importante en el electrónico: 23-30. El retorno a pista de Stelmahers y el inesperado papel protagonista de Delininkaitis (5 puntos seguidos) propiciaron un rápido parcial 7-0 que devolvía la igualdad al electrónico (30-30).

Formidable salida blanca tras el descanso
El partido recordaba a la vuelta de las semifinales de la ULEB Cup, cuando el Real Madrid no logró distanciarse del Unics Kazan en la primera mitad pero salió del descanso con el cuchillo entre los dientes, dispuesto a sentenciar en el tercer cuarto. Y así fue, idéntico. Esta vez no había que ganar por ocho, con uno valía, pero el Real Madrid se encargó en amasar 15 puntos de renta en ocho minutos de baloncesto ofensivo letal y una defensa impenetrable, una muralla para el Rytas.
Charles Smith y Louis Bullock asumieron la responsabilidad ofensiva. Sweet Lou vivió una auténtica liberación con la eliminación de Jomantas, y comandó junto a su compatriota a un Real Madrid desatado. El Lietuvos Rytas no lograba anotar de ninguna forma, con sólo cinco puntos en 7:30 (y sólo una canasta de campo, de Petravicius), mientras Smith (dos triples) y Bullock destrozaban a su rival con tres bombas consecutivas. De repente, el encuentro apuntaba a sentencia (48-63) sin que una tímida zona lituana frenase el ataque madridista.

El Real Madrid supo defender su ventaja
Al Lietuvos Rytas ya sólo le quedaba el recurso del imposible. El Real Madrid caía en posesiones lentas, demasiado trabadas, y el cuadro de Trifunovic anotaba con cierta asiduidad. En esas, volvió a juguetear con la barrera de los 10 puntos (70-80), aunque ya sólo quedaban 3:30.
Otra canasta de Rush apretaba un poquito más el choque (72-80), pero Bullock enfriaba la tensión con una gran suspensión (72-82) y Raül López sentenciaba con un triple a 48 segundos del final (72-85). El título era blanco.