Para cualquier deportista, participar en unos Juegos Olímpicos es convertir en realidad un sueño. Objetivo cumplido, realización personal. La ACB, en los pasados Juegos de Pekín, estuvo representada por 17 jugadores. Pero estos no son los únicos que conocen de cerca el resplandor de la llama en el pebetero.
En el caso del Real Madrid, los Mumbrú, López, Reyes, Sánchez o Papadopoulos (estos últimos no presentes en Pekín pero sí en Atenas 2004) pueden comentar peripecias olímpicas con una persona que les resulta muy familiar. Ni más ni menos que Juan Trapero, preparador físico del club blanco. Con la particularidad de que Trapero no llegó a los Juegos a base de canastas sino de carreras de velocidad. Sí, Juan Trapero era velocista y logró cumplir algo que muy pocos pueden decir: participar en unos Juegos Olímpicos celebrados en tu país. En concreto, los de Barcelona 92, en los que Juan participó en la prueba de 100 metros lisos marcando un tiempo de 10,64- y en el relevo 4x100. Además, el actual preparador físico del Real Madrid puede presumir de haber sido campeón de España en esas dos especialidades y en los 60 metros lisos.
De la pista de la atletismo a las canchas de basket en un tiempo récord. ¿A qué se debió ese cambio tan drástico? Juan Trapero apunta un nombre como explicación a ese salto entre deportes a priori tan distintos: Paco López. Tuve la suerte de trabajar muchos años con Paco López, uno de los mejores preparadores físicos de la época. Él preparaba a los jugadores del Real Madrid y a la vez me entrenaba a mí, por lo que compartíamos preparador. Para mí era un master de primer nivel, convivía con esa generación de jugadores, era verlo todo in situ y no me costó adaptarme. Desde los 17 o 18 años llevaba viendo ese tipo de entrenamientos.
La oportunidad de entrar en el mundo del baloncesto le llegó antes de lo imaginado. Cuando terminé en 1994 estudios en el INEF de Madrid tenía que hacer frente a mi futuro. Entonces surgió un bonito proyecto de la mano de Oscar Quintana, donde empecé en la base y fui creciendo en el club. Además, en su currículum, a sus 38 años, puede presumir de experiencia internacional: Después, pasé un año con la Federación Española y estuve en la Universiada de Palma, en una Selección Española en la que había jugadores como Víctor Luengo, Berni Álvarez, Berni Tamames o Carles Marco. Tengo un gran recuerdo de esa época, el ambiente nacional era diferente, muy bonito.
Lo cierto es que el atleta olímpico, el enamorado de la velocidad, acabó convirtiéndose en todo un apasionado y entendido del baloncesto. El baloncesto me gustaba desde el principio. Me parecía un deporte que evolucionaba, era cada vez más físico y con más trabajo de fuerza y velocidad, dos cualidades físicas con las que he convivido. Parte del trabajo que realiza un saltador o un velocista son aplicables al basket.
En el año 2000, Juan Trapero cumplió otra de sus ilusiones, siendo contratado por el Real Madrid, club que siente como su casa y en el que ha trabajado con algunos de los mejores entrenadores del panorama internacional: En el Real Madrid he estado con Scariolo, Imbroda, Lamas, Maljkovic y ahora con Joan Plaza. Sin embargo, tras seis años exitosos en el club, Trapero decidió emprender tomar otro camino y salir del club de la capital. Se dieron muchas circunstancias para mi salida. Entendí que no podía continuar mi formación con dos viajes cada semana, necesitaba cargar pilas. Pequé de inconformista, deseaba formarme e investigar En esas, apareció la figura de Alberto García Chápuli, director general del CAI Zaragoza, que, definiéndole como "el mejor preparador físico de Europa, decidió apostar por él: Chápuli me presentó un proyecto interesante y como tenía vinculación con Zaragoza a nivel familiar, acepté.
El preparador reconoce que el Real Madrid se portó muy bien con él, sin ponerle trabas a su decisión personal de comenzar un nuevo proyecto en Zaragoza. Alberto Herreros y Antonio Martín se portaron como caballeros. Cuando me fui no sabía si iba a volver, ya que el Real Madrid es un club muy grande donde nadie es imprescindible.

Según Trapero, la apuesta era arriesgada pero salió bien. Sin embargo, tras una enriquecedora experiencia en tierras mañas de dos años, este verano el Real Madrid llamó a su puerta. El preparador volvía así a un club en el que se siente realmente cómodo y lo hacía, además, tras ser parte del sueño del CAI, que por fin cumplió su anhelo de regresar a la ACB. Agradeceré de por vida a Joan Plaza, Alberto Herreros y Antonio Martín su confianza. Tengo buena relación con Joan Ramó Tarragó actual preparador personal de José Manuel Calderón-y sabía que podía abandonar el club, por lo que se me abría una oportunidad para volver que no desaproveché. Fui a Zaragoza a ascender y a consolidar al club en mi parcela pero tenía ganas de volver a casa.
Las pretemporadas habitualmente son duras, pero ese esfuerzo acaba siendo recompensado con buenos resultados en pista. Esa es la filosofía de un Juan Trapero que considera que cree que los genes no lo determinan todo. No es sólo genética, hay mucha parte de trabajo. La gente ve a Estados Unidos y piensa que con ese físico es difícil no arrasar, pero tienen mucho mérito. Parte del éxito del basket español en estos años se debe a la generación de unos jugadores cada vez más fuertes, rápidos y ágiles. Ese plus de velocidad los acerca a la NBA. El preparador físico español se ha formado y profesionalizado para que los jugadores puedan ser más físicos y fuertes.
Trapero, que tanto en el CAI Zaragoza como en el Real Madrid ha tenido la oportunidad de poder trabajar junto a jugadores jóvenes, estima que en esas edades, afinar la condición física es vital. La formación de un jugador joven tiene que poner énfasis en la preparación física, aprendizaje de gestos y movimientos de gimnasio. A nivel de alta competición, el trabajo con continuidad es muy beneficioso para un jugador. Además, como demostró con el ejemplo de los jugadores estadounidenses, considera que las cualidades innatas sirven de poco sin un trabajo que las potencie: Técnicamente, un jugador debe poseer ciertas características físicas pero, a partir de ahí, es muy importante la preparación física con continuidad.
El preparador físico del Real Madrid cree que la pretemporada de su equipo ha tenido mucho trabajo, con énfasis en lo aérobico, con el objetivo de que el equipo llegue a su mejor nivel posible tanto a nivel individual como colectivo. Horas de gimnasio, de carreras, de sesiones físicas agotadoras. Todo con la esperanza de que la temporada sepa recompensar el esfuerzo. El suyo es el resumen de otros 16 equipos cuyos jugadores han sudado a lo largo del verano con ese consuelo, con esa sensación de que ese ritmo frenético valdrá la pena a partir de este próximo sábado, cuando se abra el telón de la temporada ACB 2008/09. Mas la historia del propio Juan Trapero es sin par, nada común. El velocista docente. El preparador olímpico.