Redacción, 6 julio 2002.- En el artículo anterior dejamos a Barkley decepcionado tras haberse encontrado, primero con Jordan en las finales (1993), y después, y por partida doble, con los Rockets de Hakeem Olajuwon en semifinales de conferencia del Oeste. Ambas eliminatorias (1994 y 1995) concluyeron del lado de Houston, siempre en el séptimo partido, siendo especialmente sangrante la última de ellas, perdida en casa en un partido increíble con 'el beso de la muerte' de Mario Elie.
Tras una última temporada decepcionante en Phoenix, no tanto por su nivel individual (23.2 puntos y 11.6 rebotes por partido), sino colectiva (eliminados en primera ronda), Barkley decide retirarse¿. Pero se encuentra con una llamada de Houston: 'Me acuerdo sentarme con los Rockets y decirles: 'sí, me voy a retirar'. Ellos dijeron: 'bueno, te daremos nueve millones de dólares', a lo que respondí: ''tenéis un bolígrafo encima?'.
Un anillo que no llegó
Barkley fuerza el traspaso a cambio de Sam Cassell, Chucky Brown, Mark Bryant y Robert Horry para dar a los Rockets potencial de ganadores del anillo a muy corto plazo. Su primer partido como Rocket es ante los Suns' Y atrapa 33 rebotes. 1997 acaba para los Rockets en finales de conferencia ante lso Jaz, con el famoso triple de John Stockton que los eliminó en el sexto partido.
La temporada 97/98 fue decepcionante, pese a entrar en Playoff y caer de nuevo ante Utah' Esta vez en primera ronda. En un último esfuerzo por alcanzar glorias pasadas, Houston adquiere en la 98/99 a Scottie Pippen para suplir al veterano Drexler. Pese a contar con Barkley, Drexler y Olajuwon, y pese al tercer partido con 30 puntos y 23 rebotes de Sir Charles, los Rockets caen en primera ronda ante los incipientes Lakers.
En su última temporada en activo, Barkley sufre una grave lesión, precisamente en Philadelphia, tras tratar de poner un tapón a Tyrone Hill. Irónicamente, la lesión más fuerte de su carrera NBA, rotura del cuádriceps de la rodilla izquierda, le llegó ante su antiguo equipo' En su último partido posible, allá en el reino de Iverson.
Su época en los Rockets, verbalmente hablando, puede que haya sido la más divertida de todas. Un Barkley ya de vuelta de todo habló así de sus compañeros y su millonario contrato'. Y empezando desde el primer día que vio la nueva camiseta de los Rockets, todavía vigente: ' Este es el peor uniforme de la historia del deporte civilizado. Necesitamos donar este uniforme a la ciencia ficción'. Frases como 'Hey Stanley, serías un gran jugador si fueses capaz de decir dos palabras: estoy lleno' (hablando con el peso pesado Stanley Roberts, mucho más voluminoso que en su época madridista) o 'Los tres grandes misterios del siglo 20 son: el caso Lindbergh, quién mató a JFK y quién ganaría una carrera entre Serge Zwikker y Gheorghe Muresan', son algunas de las perlas de esa época.
En un último esfuerzo, Barkley volvió absolutamente fuera de forma para retirarse en la pista, en el último partido de la regular del 2000. Sólo hizo una canasta, suficiente para retirarse satisfecho: 'Esto es justo lo que América necesita: otro negro sin trabajo'.
Mucho más que un gran jugador
La dimensión de nuestro personaje va más allá de lo que parece. A lo largo de los años, Barkley ha sido una constante amenaza por el show-business de la NBA: sus críticas hacia todo lo que no le gustaba y consideraba que debía ser denunciado hicieron que coleccionara multas de todos los colores por parte de la propia liga. Sin embargo, él nunca se calló, y habló cada vez que lo creyó oportuno. Su tema favorito para las críticas a la liga era la generación X: 'Me encantaría ser joven otra vez. Ganaría una fortuna y los entrenadores no me chillarían'.
Otra frase polémica que todavía resuena en los oídos de los mandamases de la NBA fue ésta: 'La NBA hace de cualquiera una estrella porque todos quieren ganar dinero. En la liga hay tíos que no saben ni jugar que tienen uniformes, zapatos y de todo'. O las opiniones sobre otros jugadores, que también fueron abundantes, como la que se refería al contrato de Garnett: 'Es un montón de pasta. Y lo está ganando un negro. Qué gran país es este. Imagínate si supiese jugar'.
La ironía del comentarista
Barkley ahora es comentarista de la TNT, donde reparte su ironía a diestro y siniestro. A veces, con una rotundidad pasmosa, otras metiéndose siempre con su compañero Kenny Smith: 'Me gusta que los Celtics sean competitivos, porque era muy divertido ir al Boston Garden: te escupían, te tiraban cosas y hablaban de tu madre. Como si estuviese cenando en casa de Kenny Smith'.
Con el poder que le daban los micrófonos, algo que por otra parte no necesitaba para decir lo que pensaba, Charles Barkley pudo aumentar sus críticas hacia jugadores y clubs: 'Nick, Nick, Nick - Eres un buen jugador, pero la has pifiado renunciando a 26 millones de dólares. No hay muchos negros que tengan mucho dinero y si renuncias a 26 millones, es que eres un idiota total' (sobre el traspaso de Van Exel a Dallas). Otra de aquella época es la siguiente: ' Mejor que no demos partidos de los Bulls este año. ¡Tío, dan asco! Un montón de chicos de High School con contratos de 70 millones. ¡Vaya! Odio a mi madre por heberme tenido tan pronto'
La lista de frases de Barkley sería interminable. He querido dejar para el final algunas que, si bien no tienen que ver gran cosa con el baloncesto, dan una idea de la dimensión social del personaje, un tipo duro, sí, pero un gran tipo:
'La iba a denunciar por difamación de personalidad. Pero entonces me dí cuenta de que no tengo personalidad' (sobre Tonya Harding, ex patinadora)
'¡Me encanta Nueva York: tengo una pistola!'
'Mi familia me criticó cuando dije que Bush sólo se preocupa de los ricos. Así que les recordé: 'eh, ¡que soy rico!''
'Si no ganara más de tres millones de dólares jugando al baloncesto, la gente correría en dirección contraria si me viese por la calle'
Un personaje singular en la historia del baloncesto, dentro y fuera de él. Charles Wade Barkley: genio y figura.
Javier Gancedo
ACB.COM