Redacción, nov. 2008.- No suele ser habitual que la prensa o la televisión hablen del streetball. A veces, existe la errónea concepción de que no es baloncesto y, en otras ocasiones, nos formamos una idea equivocada de lo que significa jugar en la calle.
Y es que son pocos los valientes que se atreven a hablar y escribir sobre el streetball, por ello el trabajo de Antonio Gil tiene más mérito. Redactor de GIGANTES y colaborador la revista Bounce Magazine y el programa de radio 2de18, este joven periodista es toda una eminencia en el baloncesto callejero.
Aunque su acercamiento al baloncesto fue algo tardío (comenzó a seguirlo y practicarlo con 15 años), Antonio Gil reconoce que se enganchó enseguida. Lo primero que veía en la tele era la NBA. A raíz de estos partidos empecé a salir a la calle a intentar imitar a los jugadores que veía en la televisión. Con el tiempo, Cogí el gustillo a jugar en los playgrounds y, desde entonces, empecé a ver, leer e informarme sobre todo el mundo del streetball.
Como si de un amor a primera vista se tratase, la calle, las canastas y las redes metálicas conquistaron a este periodista que defiende las virtudes de un baloncesto diferente al del parqué. Lo que tiene de especial es la libertad. En un playground, al margen de la idea que tiene la gente de que el streetball es pasarse el balón entre las piernas o hacer chulerías con el balón, lo bueno que tiene es jugar en la calle y con una libertad que en la pista no tienes, afirma un Antonio Gil que reconoce que lo que más me enamoró es que es baloncesto 100% real, sin el corsé o los aditivos que puede tener el baloncesto profesional. No hay un sistema que se imponga sino que cada uno da lo mejor que tiene y cada uno se siente libe sobre la cancha esa es la esencia del streetball.
No hay en España un mayor experto en el tema que él. Antonio vive la calle y eso se nota cuando le escuchamos o leemos. Siempre que puedo lanzo una perla de streetball porque creo que es necesario ya que en España estamos algo equivocados con lo que significa realmente el streetball. Yo intento enseñar que hay algo más que lo que se ve en una mixtape, señala.
Un baloncesto a veces peculiar que, en ocasiones, también es difícil de compaginar con su faceta más seria y formal en GIGANTES. En este mundo tarde o temprano nos conocemos todos ya sea de oídas o de leernos unos a otros, pero yo trato de ser lo más profesional que puedo aunque en ocasiones la vena playground acaba saliendo". En cualquier caso, "creo que lo llevo bien porque por suerte el tema que más trato en la revista GIGANTES es la NBA y está muy relacionado con el streetball, afirma.
La pasión de Antonio Gil por los playgrounds no acaba en la información o la simple teoría. Una persona que se define como inquieta no ha duda en cruzar la línea y practicarlo de manera habitual. No puedo estar mucho tiempo sin jugar y siempre intento jugar aquellos torneos que merecen la pena o que por fechas me vienen bien, señala.
Jugar y Viajar. Para un loco de los playgrounds como él era casi obligado viajar a Nueva York, una ciudad que define como la meca del streetball y en la que ha estado en varias ocasiones. La primera vez apenas tuve contacto con el basket porque iba con un amigo al cual no le gustaba mucho. En la segunda ocasión fui con mi novia Patri al Rucker Park y estuvimos viendo la segunda edición del Elite 24, un torneo al aire libre con los 24 mejores jugadores de instituto del momento. Aquel fue mi primer encuentro directo con el streetball. Había visto, leído o jugado, pero nunca antes había vivido tan cerca un evento como éste, señala.
Rucker Park, The Cage y otras muchas más pistas configuran toda una red de pistas urbanas que convierten a Nueva York en la capital del baloncesto urbano (en las calles de NY se respira baloncesto, se respira streeball, afirma) y el lugar donde todos quieren triunfar. Si quieres hacerlo bien y tener un nombre en el streeball tienes que triunfar allí.
El embrujo de la calle

Lo que más me llama la atención es la competitividad con la que se juega. Allí se cumple el lema de no blood, no foul. La gente lo da todo en la cancha. Para mí la clave del streetball está en ver a chavales que no tienen nombre pero que están vacilando o luchando por ganar la posición a un profesional o ver como se pegan en cada jugada con una leyenda del streetball.
El otro concepto es el de respeto. Puede haber mucha fuerza o tensión en un partido, pero luego el respeto es increíble, asegura.
Pero el baloncesto en la calle es mucho más que baloncesto; forma parte de lo que se ha venido a denominar cultura urbana y junto al hip hop (es muy habitual la presencia de un DJ en cada torneo) y el grafiti compone toda una manera de entender el deporte y la vida. Una relación que entiende a la perfección nuestro protagonista porque antes de formar parte de la revista GIGANTES participó durante tres años en un programa de radio dedicado al hip hop.
El hip hop y el streetball van de la mano. Cuando el EBC (el mítico torneo que se celebra en Rucker Park)empezó lo hizo como un único partido entre grupos de hip hop y breakers. La música está ligada al baloncesto y los playgrounds porque es ley natura. La música y el grafiti están en la calle y al final acaban uniéndose. Afirma un Antonio Gil que, no obstante, alerta que en los últimos años es cierto que se está confundiendo todo lo que viene a denominarse cultura urbana y la gente piensa que ya sólo por llevar ropa ancha o camisetas de baloncesto se es un hiphopero.
El playground español
Y ¿Cuál es la situación del Streetball en España? Para nuestro experto, el baloncesto en la calle ha sufrido una evolución similar al del hip hop. Cuando llegó a España lo hizo despacio. Al principio creció por un camino que no era el correcto aunque luego se retomó y ahora vive un buen momento", asegura. Unos comienzos complicados que quizá han distorsionado su imagen. Cuando llegó el streetball a España no se sabía muy bien que era. Se asimilaba al movimiento AND1 y sus mixtapes. Esto estuvo muy bien a principio porque sirvió para que la gente se interesase por el streetball, pero luego muchos se han quedado ahí y otros muchos han seguido investigando e interesándose por el tema, señala.
En la actualidad, el streetball tiene un largo camino por recorrer, pero Antonio confía que el hecho de que los medios de comunicación se preocupen cada día más por el streetball hace que éste crezca. Algo muy necesario porque en España todavía estamos por detrás de país como Francia o Alemania. Más información, pero también más implicación, porque la ausencia de entidades públicas y privadas que se crean el baloncesto callejero y organicen torneos de renombre complica el crecimiento y difusión de este deporte.
De las teclas del ordenador al balón de playground | |
![]() © Antonio Gil combina su pasión por el baloncesto NBA y el streetball de los playgrounds
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En España, Barcelona aparece como punto de referencia de este movimiento porque es donde más se mueve el streetball y donde más claras se tienen las ideas sobre qué es el streetball y Nacho Martín es su imagen más reconocida. En palabras del redactor de Gigantes, el jugador del CB Granada es un modelo a seguir porque a pesar de ser un jugador ACB no se ha conformado con eso y ha mantenido sus raíces de la calle.
Para terminar, Antonio Gil nos recomienda un guía de sitios imprescindibles para el buen amante del streetball.En España me quedo con las pistas de Sants en Barcelona, a nivel europeo está Paris con su torneo Quai 54 que es el más importante del continente y luego está Nueva York. En la ciudad de los rascacielos, Antonio nos invita a visitar Rucker Park no por el torneo en sí sino por el clima y la atmosfera mágica que guarda el lugar. Luego estaría The Cage y si pudiera me quedaría con cuatro torneos: Hoops In The Sun, Dyckman en Washington Heights (de ahí destaca la música y el ambiente que se respira, sólo comparable al de pabellones como los de Málaga o Vitoria), Kingdome y el torneo Tri-State Classic.
Si tiene la suerte de viajar a alguna de estas pistas o torneos quizá puedan coincidir con nuestro amigo Antonio. Si es así y tienen un balón de baloncesto, no duden en retarle, seguro que disfrutarán del partido y de lo que significa realmente jugar en un playground.