Semblanza de Fisac, por Daniel Barranquero Firme voz la que responde al otro lado del teléfono. Serena, tranquila, segura, cercana. La de Fisac te atrapa desde el saludo inicial, única tregua en el camino del viaje de Porfi, una ruta de ida y vuelta por su vida con una sucesión de actos, lugares y personas que se relevan con el basket como único telón de fondo. Baloncesto, siempre baloncesto, el vicio más confesable del que nada oculta porque todo dice, del que siempre sueña porque siempre logra. Lo último, la salvación con el Blancos de Rueda. No soy malhablado, sólo uso el castellano al 100%, llegó a aseverar aquel que valiente cuyo único pecado es ponerle voz al maquinar de su mente. Aroma a filósofo la del rey del vistazo a la jornada, revolución silenciosa, gritos de cordura. La humildad y la confianza se dan la mano en ese segoviano de DNI, vallisoletano de alma y extremeño de corazón que conoce su nombre -entrenador- sin molestarse en averiguar el apellido. Simpatía mal disimulada, paciencia envidiable y enciclopédica forma de entender un deporte, de entender una vida. Hipnotizado, cuan difícil es huir de las cuatro palabras más de moda. La tentación está a un paso: Cómo mola Porfirio Fisac. |
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Empecé a jugar con nueve años. Me formé en las categorías inferiores del Valladolid, en Maristas siempre. A los 18 o 19 años me marché a Burgos. Estuve jugando en la Primera B y posteriormente estuve en Palencia, Castellón, Doncel
Daría un año de mi carrera por disputar un partido ACB. Nunca tuve la oportunidad de debutar en la liga como jugador y la vivencia de entrenador no tiene nada que ver con aquello. Siempre he estado en equipos de segundo nivel, por eso como entrenador es un orgullo disputar esta competición.
Estaba destinado a un hospital. O a una consulta o similar si no me hubiese dedicado al baloncesto. El ramo familiar me tiraba hacia la Medicina.
He tenido buenos maestros. En Palencia me entrenaron José Alberto Pesquera, Paco García y Gustavo Aranzana. Gracias a Dios siempre he tenido grandes entrenadores.
Jugué hasta los 29. A esa edad, tomé la decisión de dejar el baloncesto para no viajar tanto y así disfrutar de mi mujer. Aunque ahora lo hago más aún como técnico. Eso sí, ya con mi mujer e hijos, con ellos siempre a cuestas.
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Mis primeros pasos en el banquillo
Debuté cuando aún era un jugador. Tuve la oportunidad de entrenar al Filipenses en Palencia mientras jugaba con el equipo. Al mismo tiempo ambas cosas. La verdad es que he tenido mucha fortuna.
Soy un entrenador extremeño. Como técnico, salí de allí porque la Federación Extremeña me ayudó en mi recorrido. Empecé con minis femeninos, masculinos todo tipo de categorías. Doncel La Serena y Extremadura son el paso definitivo que me impulsa a poder entrenar. Sin duda, como entrenador soy 100% extremeño.
Aunque mi estreno fue en el Peñarroya. Mi inicio profesional fue fundamentalmente allí, era el primer club EBA que dirigí. Llegué al equipo con 0 victorias y 19 derrotas y logramos salvar la categoría, lo que me hizo pensar que quizás valiera para esto.
Doncel me marcó enormemente. El recuerdo es inmenso y mi implicación fue total en todos los sentidos. Desde tener que hacer de chófer de los americanos hasta llevar los papeles a federación. Ser entrenador era un sentimiento, ahora ya es una profesión.
Sueños cumplidos, despedidas amargas
En Tarragona me hice hombre. Fue un impasse, un gran momento. Después de una excelente etapa de la entidad con Ricard Casas la temporada anterior, resultaba complicado superar el listón y adaptarme al nivel tan grande que había en Cataluña. Y coger a ese equipo y subirlo a la LEB en aquel ascenso agónico contra Gandía me hizo sentir muy orgulloso de todo ese trabajo.
Me fui de Tarragona para ascender al Algeciras. En la campaña siguiente, dejé al club catalán a falta de 6 jornadas con la salvación a una victoria y me marcho a Algeciras, que me ofrecía un par de años de contrato. Tengo la fortuna de ascender en esa misma campaña y continúo otra más.
No me destituyeron, decidí salir. Entendí que tenía una serie de compromisos con el club y entendí que era lo mejor una salida. Mis peticiones no tenían efecto, había problemáticas con un jugador que quería cortar, me decían que no. Y entonces, era joven, algo descerebrado en ciertas cosas, y no dirigí al Algeciras en los últimos tres partidos por mi propia iniciativa.
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Son los momentos duros los que te hacen más grande. Nunca he tenido la sensación de que me hayan cortado porque los resultados sean malos. Cuando me fui de Tarragona y Algeciras fue una cuestión de diálogo entre presidente y entrenador porque había ciertas situaciones que como técnico no me gustaban. Guardo un grandísimo recuerdo de ambos sitios, de los presidentes y de aquellas vivencias. Los momentos difíciles son los que me hacen levantarme otra vez del suelo.
He sido un afortunado.Después llegaría mi paso por San Sebastián y por Valladolid. Todas mis etapas han durado por lo menos dos temporadas. Me enorgullece haber vivido en todas las categorías del basket, entrenando en tantos equipos de baloncesto.
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El año en el que toqué el cielo
El GBC es un rincón de mi corazón. Yo no soy vasco pero ese club lo llevo dentro. Llego en LEB Plata y conseguimos plaza en LEB Oro al verano siguiente, donde completamos un año maravilloso. Comenzamos el proyecto el presidente Santos, un gerente, yo y poco más. No había ni muebles, ni sillas, ni jugadores, casi ni club. Nada. Empezamos absolutamente de cero. Ver ahora lo que es el Gipuzkoa Basket es un orgullo.
Toda la vida agradecido. Hay jugadores a los que le daré las gracias siempre. A los Ricardo Uriz, Esteban Martínez, Méndez, Galilea... siempre les estaré agradecidos porque si tengo algo ahora mismo, es gracias a ellos.
Nunca había imaginado poder llegar a la ACB. Estoy ahora mismo sentado en el Polideportivo Pisuerga. He estado sentado en esta grada viendo esto toda la vida. Pensar que yo iba a estar en ACB con la cantidad de entrenadores de calidad que hay por ahí, más que un sueño era decirme, alguno tiene que estar loco para darme esto.
El descenso fue culpa mía. Hay un tema en el que me equivoco claramente y soy el máximo responsable de ese descenso. Se nos lesiona Kammerichs, teníamos la baja de Devin Smith y una serie de inconvenientes. Era el momento de gastar pasta. Mi implicación con el club y con el presidente era tan grande que no quería ahogarles. Pagamos el esfuerzo por no gastar ese dinero que nos hubiera salvado y fue culpa mía, lo reconozco.
El club era un hijo mío. No era el único padre, había tres o cuatro, era un hijo putativo en todo caso. Hacer que tu hijo en un momento determinado tenga un fracaso era algo más que deporte o que una derrota profesional. Resultaba ya algo sentimental.
No merecía seguir. La afición era extraordinaria y quería incluso que continuase para cumplir mi año de contrato. Sin embargo, yo en esta vida hay algo que tengo claro. Lo que no me merezco no lo voy a tener y yo no me merecía seguir porque les había decepcionado. Es mi forma de verlo, es mi forma de ser.
Emociones cruzadas | ||||
Porfirio no se intimida en la elite y en la Encuesta Oficial previa a la campaña 2006-07 coloca a su equipo en la Copa, apuesta por Ordín, Kammerichs y Davis en el quinteto ideal y por su equipo como revelación liguera, algo que tomaba visos de realidad después de sus victorias tempraneras en Málaga o Barcelona, aunque el viento dejó de soplar a favor y la temporada acabó con lágrimas. No sabéis hasta qué extremo me jode esto. Este club me ha dado cosas que nunca he tenido. He perdido algo importante, la continuidad en un sitio donde he formado parte de todas las cosas que se han hecho. Esto sólo lo puedo comparar a la muerte de mi padre, porque es así como me siento. Las palabras de Fisac emocionaron a los periodistas presentes en la rueda de prensa más triste para el Bruesa GBC, el día en el que se confirmaba su descenso. Aquel día, incluso en la derrota, Porfirio se hizo más grande, con unas declaraciones que dieron la vuelta a España por su emotividad y franqueza. El entrenador dio una muestra de profesionalidad abandonando el cargo, en una de las salidas más elegantes que se recuerdan (Comparto la decisión del club, hay grandes profesionales que lo podrán hacer muy bien, con homenaje del presidente incluido en otra comparecencia en la que le regaló un símbolo de San Sebastián y una foto del día del ascenso a la ACB a un Porfirio Fisac que, una semana después de anunciar su marcha, volvía a sorprender a propios y a extraños comprando acciones del Bruesa GBC. |
Recargar pilas para aprender de los errores
Regreso a Villanueva de la Serena. Tras salir del Bruesa, marcho a Extremadura para pasar un año que me reconfortó muchísimo y que me llena de tranquilidad, junto a mi mujer y mis hijos. Surgen dos o tres proyectos en ese año pero era un momento en el que yo tenía que centrarme como entrenador para cambiar algunas de mis actitudes que había hecho mal y que necesitaba modificar. Me ayuda ese año a ser mejor técnico porque cuando estás parado lo echas de menos y tienes las ideas más claras para no equivocarte cuando tengas otra vez trabajo.
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El CB Valladolid me pidió un par de objetivos claros. Agradezco a la junta directiva y a Jose Luis Mayordomo la oportunidad, lo tuvieron muy claro. Antes de firmar le dije, ¿qué quieres de mí, presi? Y había dos retos importantes. Por un lado, una mayor unión entre los jugadores y la misma ciudad, ya que cuando un equipo baja tras 25 años hay un enorme disgusto. A veces no es justo las críticas porque siempre bajan dos, los peores o, en ocasiones, los que menos bien lo hacen. Lo segundo era devolver a este club a lo que realmente quería ser, un equipo ACB.
Me sentí reconfortado conmigo mismo ascendiendo. Nací en Segovia pero a los tres años estaba en Valladolid, por lo que tras tantos años viendo el basket desde la grada, sentarme en el Pisuerga era algo difícil. Aquel ascenso a la ACB fue un momento distinto al del Bruesa. No resultó una sensación menor sino diferente, de la misma manera que no quieres más al primer hijo que al segundo. Pero vivir algo por primera vez y esa ansiedad del estreno lo cambia todo. Ascender significaba devolver algo a su lugar lógico tras 25 años. La labor resultó muy positiva en el sentido deportivo y los Dumas, Baldo, Puyada, Batlle, no quisiera dejarme a nadie, fueron los responsables de que la campaña fuese un éxito.
Me tendrían que echar con látigo. Siempre lo dije, cuando volviese a la ACB no me iban a importar ni derrotas ni lesiones, tenía un deseo enorme de demostrar que tengo la capacidad de estar aquí. En mi opinión, este año era mucho más complicado para el Blancos de Rueda incluso que el del ascenso.
Luché por dos cosas imprescindibles. Cada día he intentado que mis jugadores aprendan dos aspectos clave en equipos de nuestra condición. Por un lado la necesidad, el hambre de querer ganar. Y, por el otro, una filosofía. Hoy no seremos tan buenos pero acabaremos la liga siendo mejores respecto a cómo comenzamos. Mi grupo ha creído al igual que yo que el último día que juguemos un partido ACB seremos mejores que el primero, por eso superamos las adversidades sin tener que hacer ningún cambio. El apoyo de todos ha llevado hasta aquí al Blancos de Rueda.
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Mi filosofía
Lo que me pongas delante lo entreno. Eso seguro. Disfrutaba en LEB, en EBA, me gustaba coger a juniors, a cadetes, a minis me encanta. Tengo claro que soy entrenador, no sé de qué categoría, no sé de cuál competición. Con mi estilo, mis formas, mi mentalidad, mi filosofía pero entrenador de basket.
El baloncesto es solidario. Y es lo que más me gusta. Muchas veces criticamos a los árbitros y siempre pensé que no tienen intención de herir a nadie, más allá de que tengan un día bueno o malo. La única intención de los directivos es que sus clubes sean mejores, los jugadores, sean más o menos egoístas, acaban buscando juntos metas por ser un deporte de equipo. Los entrenadores, sean o no solidarios, también tienen un objetivo común. Me gusta vivir los retos con la gente, qué mejor sitio para hacerlo que este deporte.
Leo todo lo que puedo sobre basket. Hay que estar al día, informarse lo máximo que uno puede es la mejor manera para conocerlo todo. Dos días antes de jugar suelo desconectar un poco más aunque tras el partido, si gano compro al día siguiente todos los periódicos. ¡Si pierdo ya menos, eh!
Mi familia me comprende. Lo más enriquecedor es que mi mujer y mis hijos me respetan y nunca condicionan mi camino. En una derrota, los míos son los más perjudicados soy bastante insoportable en ese sentido- y, en una victoria, se sienten muy orgullosos de su padre o de su marido. Mi hijo tiene 13 años y mi hija 9 y cada dos años los he movido. Yo no podría vivir en una ciudad sin ellos, no sabría entrenar sin que ellos estén conmigo. Si algún día estoy en algún lugar y no está mi familia, me tendrán que echar lo antes posible porque creo que no podría soportarlo. Es una parte de mi vida. Ellos lo entienden así y yo también.
Puedo equivocarme en las formas pero no en el fondo. Hablo contigo como si lo hiciese con un amigo, puedes conocerme con un rato de charla y sacar tus propias conclusiones. No tengo nada que ocultar, siempre diré la verdad, con claridad. Parece que hay que ser políticamente correcto pero yo soy paisano, c , soy castellano, no puedo equivocarme en este sentido. Digo lo que pienso aunque a veces me afecte.
Estas son mis aficiones | |
Me encantaría trabajar un mes con Aíto, el mejor entrenador español. Admiro la inteligencia de Larry Bird y la capacidad de Jordan. Lejos del baloncesto, soy bastante extrovertido, abierto al diálogo. Me encantan las motos, el pádel, pasear, los animales perros- pero hay una cosa que no me falta nunca. El domingo, mi familia, mis dos hijos, mi mujer y yo tenemos que comer juntos. Es de las cosas que me enriquecen y de las que más me apetecen. Entre todas las ciudades por las que he pasado me quedaría con Villanueva de la Serena y San Sebastián. Me gusta La Oreja de Van Gogh y, en cuanto a libros, soy delibista a tope. Recomiendo cualquier libro de Delibes, desde El emigrante a Las Ratas. Si no hubiese sido entrenador de baloncesto me hubiera encantado ser camionero y, si pudiera escoger algo para llevar a una isla desierta, me quedo con mi mujer, claro. |
Mi balance
Este mundo cada día me da un poco más. Agradezco a todos los que han ayudado a que hoy sea un poquito más respetuoso con el mundillo de la canasta. Ese respeto es lo más importante que me llevo de todas las etapas cumplidas y por cumplir.
El 90% de amigos, en el baloncesto. No es sólo que haya conseguido hacer amistades con este deporte, es que el 90% de las que tengo vienen de allí. Es enriquecedor y me ha dado muchas cosas. Tenemos la posibilidad de escoger a los amigos que uno quiere, nadie me obligó a hacerlo y, a pesar de eso, elijo a gente de basket.
Mereció la pena el riesgo. Estoy orgulloso del riesgo que he tomado en la vida con mi familia para poder ser lo que deseaba. También de lo logrado en San Sebastián, aunque lo que borraría de mi carrera precisamente sería el descenso del año siguiente.
Sigo formándome. Soy una persona normal, tranquila, que ha tenido su recorrido a un segundo nivel como jugador y que intenta formarse como persona siendo entrenador.
Mi sueño es la Selección. Qué grande sería. Es un sueño, una ilusión. Siempre he dicho que me siento español, castellano y, en este sentido, me encantaría tener la opción de llevar algún día a nuestra Selección Española. Es un reto difícil de conseguir porque hay entrenadores en España de un enorme nivel. Hasta que me llegue el turno hay muchos por delante de mí que se lo merecen más y no tengo dudas de eso. Ojalá llegue. Y si ocurre, a partir de haber estado en la selección, probablemente será hora de retirarme y de pensar que he conseguido lo más feliz de mi vida.
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Mis 20 mejores frases | ||||||||
Nosotros no somos fregadero y no pagaremos los platos rotos de nadie. Antes de jugar contra el DKV, que venía de perder por 33 puntos contra el Regal Barça. Debemos dejar a un lado la etapa adolescente y empezar a dar pasos de madurez . Declaraciones previas a la Jornada 9, con el equipo penúltimo con un balance de 2-6. Hay que seguir trabajando para acabar jugando al 100%. Si luego perdemos, entonces podremos decir que somos unos paquetes. Y ganaron en San Sebastián, saliendo de zona de descenso. ¿Qué si somos el equipo revelación? Mis hijos hacen exámenes y hasta mayo no saben el resultado final. Esto es igual. Después de tumbar al Power Electronics y colocarse en zona de Playoff, con 10 victorias y 10 derrotas. Hemos comido cocido un día pero podemos volver a pasar hambre. Hay que seguir luchando por el mismo objetivo, la permanencia. Fisac, llamando a la calma en el momento más dulce de la temporada, con cinco triunfos consecutivos. No hay nada más allá de este partido y, el que lo piense, va a jugar dos minutos. Y consiguieron otro triunfo, esta vez contra el DKV. Y no, nadie se quedó anclado en los dos minutos de juego. "¡Defendemos la jugada! ¿Pero creéis o no creéis? ¿Estáis conmigo? Si estáis conmigo defendemos, si no, pues no". Tan tranquilo como sublime en el tiempo muerto final, con el partido contra el Asefa Estu en un puño. Estoy satisfecho con todo, menos con la derrota. Aunque esta nos pone en nuestro sitio . La moneda salió cruz en el duelo contra Asefa, en la derrota menos amarga del año para el técnico del Blancos de Rueda. En el resto no tenemos nada que ver, pero somos iguales que el Regal Barça en cuanto a nuestra forma de disfrutar el baloncesto . Los de Pascual no pudieron relajarse ante el ímpetu pucelano, que plantó cara tras el descanso. Quiero que hagamos un paréntesis en nuestra humildad y que seamos valientes". Antes de jugar contra el Cajasol, en una gran muestra de ambición. Deseo que el Caja Laboral sea uno de los equipos de nuestra liga". Las derrotas no minaron la moral de Fisac, que prefería mirar hacia la zona noble en la recta final de la liga. Tenemos que dar a nuestros seguidores el orgullo de sentirse alguien en esta competición y eso es jugar buen basket, meterlas y estar a buen nivel pero, sobre todo, compromiso. Y sus jugadores respondieron cortando la racha de tropiezos, certificando la permanencia y estableciendo un récord histórico en defensa contra el Lagun Aro. Compromiso, puro compromiso. El Unicaja es superior, pero somos honestos, no dejaremos que se coman el cocido tan fácil. En esta ocasión, con el equipo en cuadro y sin tensión tras la permanencia, Fisac no pudo evitar que los malagueños se comieran el pasado domingo el cocido a su antojo.
Llegan los partidos y se nos pone el culo pequeñito . Fisac, enfadado tras la enésima derrota de su Algeciras, en aquella ocasión contra La Palma. "Soy el máximo responsable de que Davis no haya funcionado bien". El técnico sorprendió por cargar con toda la responsabilidad tras el fracaso de Davin en el Bruesa GBC. Esto se dice en la cara y no en la prensa. Yo no soy Jesucristo para poner la otra mejilla. Fisac, molesto con el entrenador de balonmano Pastor en la batalla por el Pisuerga. Hay que ser bastante hombres para ganar en Canarias. Fisac motivando a sus jugadores en la previa de un duelo clave frente al Ciudad de la Laguna. La Copa Príncipe me importa un pepino, tengo ganas de ganar a uno de los clubes señores de LEB y del baloncesto español. Además soy pucelano de adopción y lo que quiero es ganar este tipo de partidos. El derbi contra el León pesaba más para el técnico que las cábalas por la Copa Príncipe. La ACB son palabras mayores y por eso se escriben en mayúsculas. Porfirio simbolizó en tres letras la importancia de un ascenso. Genio y figura. |