Redacción, 3 nov. 2010.- Desde aquel 4 de noviembre de 1985, cuando Gigantes del Basket llegó a los quioscos por primera vez, hasta el día de hoy, Paco Torres ha ocupado un lugar fundamental en la historia de la revista.
Primero como redactor y más tarde haciéndose cargo de la dirección, su trayectoria profesional ha discurrido de manera paralela a la de una publicación que lo es todo para él. Ahora, cuando se cumplen 25 años de aquel primer número, llega el momento de recordar aquellos inicios y de repasar lo que ha sido este cuarto de siglo, con sus altibajos, alegrías, esfuerzos y, sobre todo, repleto de un enorme trabajo que siempre ha contado con el apoyo del aficionado.
Celebrasteis el número 1.000, 20 años del nacimiento y, ahora, el 25 aniversario. Hablar de un cuarto de siglo manteniendo una revista en el mercado ya son palabras mayores. ¿Cuáles son tus sensaciones en estos momentos?
De una gran felicidad y un inmenso orgullo. Y de agradecimiento a todos los redactores, fotógrafos, diseñadores y colaboradores que han pasado y a los que están ahora en Gigantes. En cada época he podido disfrutar de los mejores profesionales y eso es una bendición, primero como compañero y luego como director. Pero hay alguien muy especial y que quiero que se sienta más participe que nadie de este momento: el aficionado. Pero el aficionado y el lector personalizado. Uno a uno. Él es el gran protagonista de Gigantes puesto que para él escribimos, para él hacemos fotos, para él diseñamos. Él es el que ama el baloncesto y él es el destinatario de nuestro esfuerzo.
A lo largo de la historia de la revista ha habido momentos buenos y otros en los que el futuro se tornaba más negro. ¿Cómo se superaron esas situaciones?
Con trabajo y, en ciertos momentos, con unas cuantas dosis de falta de sentido común, como cuando, en 1998, asumí junto a Lola Arancibia, la directora financiera en aquellos momentos, la responsabilidad de editar la revista como propietarios. Una locura, porque de ser editores no sabíamos nada, pero no me arrepiento en absoluto porque, si no, Gigantes no habría cumplido siquiera 14 años. Han pasado once más y aquí estamos.
Por la redacción, con el paso del tiempo, ha ido habiendo los lógicos cambios, pero tú llevas en este barco desde el primer día, algo que tampoco suele ser habitual. ¿Qué te ha hecho permanecer fiel a Gigantes durante todo este tiempo?
De aquel número uno nos mantenemos Miguel Panadés, José L.G. Surrallés, de quien era la primera portada, y yo. Supongo que no es cuestión tanto de fidelidad como de sentirse a gusto en un sitio. Periodísticamente, Gigantes es mi lugar en el mundo.
¿En algún momento pensaste en tirar la toalla?
Nunca. Estaba preparado para recibir un toallazo del destino, pero no para tirar la toalla. Sí puedo decir que hubo semanas en las que iba a la redacción pensando que quizá pudiera ser la última, pero no creo que nadie lo notara y el único remedio que conocía era el de trabajar para sacar el mejor número posible. Y hasta hoy.
Ha habido otras revistas antes, míticas para algunas generaciones, y algunos intentos después, pero Gigantes del Basket es la gran referencia entre los aficionados. ¿Cómo se lleva eso?
Con una gran responsabilidad y cabreándome mucho cada vez que hay algún fallo, porque nos gustaría ser perfectos. Editar cien páginas a la semana, con el escaso número de profesionales excelente, por otra parte que componemos la redacción a veces se convierte en una carrera contra el reloj, sobre todo en los cierres, que te lleva a cometer algún error. A los aficionados, gracias a los cuales seguimos en la brecha, nos gustaría que le llegara una revista perfecta. En eso nos esforzamos.
¿Cómo fueron los comienzos? ¿Qué pasó por tú cabeza para que decidieras poner en marcha este proyecto?
Quien puso en marcha Gigantes fueron un editor, José Ignacio Gómez Centurión, y el primer director, Manolo Vega. Yo tuve la suerte de que el día que éste fue a la sede de la Agencia EFE en Madrid, donde en el verano de 1985 estaba trabajando, estuviera allí, me contara el proyecto y luego me llamara para, junto a Sixto Miguel Serrano y Fernando Laura, poner en marcha Gigantes del Basket. La primera vez que nos reunimos fue el 4 de octubre; un mes después, el 4 de noviembre, llegaba a los quioscos el número uno de la revista.
¿Qué recuerdas de aquel primer número? ¿Cómo fue el parto?

La madrugada del sábado y todo el domingo me lo pasé cortando texto, añadiendo texto Un bocadillo de anchoas, a las seis de la madrugada del lunes, fue el epílogo de dos días sin dormir y el preámbulo de la felicidad suprema que supuso recibir en mis manos el primer ejemplar de Gigantes. Durante muchos años estuvo en mi casa y ahora se conserva, para poder compartirlo con todos, en la Fundación Pedro Ferrándiz.
¿Qué ha cambiado con el paso de los años, en cuanto a objetivos marcados?
No ha cambiado nada, absolutamente nada. El objetivo es estar semana a semana en los quioscos con la mayor calidad posible. Ese es el único objetivo. De ganar dinero, ni hablamos. En ese tema he de reconocer y agradecer que los editores actuales -Información y Baloncesto, con Salvador Casado y Pedro Casado a la cabeza, que llevan ya 9 años como propietarios, y Editorial América Ibérica, con Julio Grande, en una unión que lleva en marcha los dos últimos años- se preocupen más por mantener a Gigantes en el mercado que por motivaciones puramente económicas.
¿Y en qué momento se encuentra ahora Gigantes del Basket?
Gigantes no es más que el espejo del baloncesto, y el baloncesto, en España y en Estados Unidos, va muy bien. No hablo de baloncesto-empresa, sino de baloncesto-deporte. Y éste nos da muchas alegrías: la ACB es una Liga excelente, los clubes españoles ganan en Europa, como el Regal FC Barcelona y el Power Electronics Valencia la pasada temporada, las selecciones españolas siempre compiten en cualquier campeonato, Pau Gasol gana anillos de la NBA El momento, deportivamente hablando es brillante y contar éxitos es lo mejor que nos puede pasar.
¿Cómo crees que ha podido colaborar Gigantes del Basket en el desarrollo del baloncesto en España?
Tratamos de que el baloncesto que se refleje en nuestras páginas sea un baloncesto real, de carne y hueso, con mucho corazón. Que todos se vean reflejados. Desde los chicos y chicas que juegan en mini, hasta la elite. En Gigantes, dentro de las limitaciones de tiempo y espacio -100 páginas- queremos que quepan todos, que sea la revista de todos.
La ACB nació sólo dos años antes que Gigantes y su trayectoria ha caminado siempre de manera paralela, ¿cómo has visto su evolución?
La ACB es un ejemplo de asociación deportiva. Rompió moldes y fue y va por delante de muchos deportes en numerosos aspectos. Es ejemplo y reflejo y no pocas Asociaciones han seguido la estela que marcó la ACB desde que nació por impulso de unos clubes que quisieron evolucionar y crecer en busca de ofrecer un mejor espectáculo a los aficionados. A lo largo de estos años no ha habido un jugador importante del ámbito FIBA que no haya jugado en la ACB. Y prácticamente ningún jugador norteamericano de calidad ha dejado de pertenecer a algún club ACB. Tenemos suerte de poder ver en España el mejor baloncesto del mundo FIBA.
Han sido muchas las noticias ofrecidas en estos 25 años de historia, pero ¿cuáles destacarías entre todas ellas? Primero, las positivas

¿Y entre las negativas o las que no te hubiera gustado tener que dar?
Las desapariciones de la gente del basket, de los amigos que hemos conocido y que ya no están entre nosotros. Ninguna derrota es grata de publicar, pero es un juego y lo asumes. Perder amigos para siempre es mucho más duro.
Hablabas antes de los éxitos de los clubes o de la selección y de esas informaciones puntuales que hasta al menos conocedor le interesan (los triunfos en Europa, el oro de Japón, los anillos de Gasol ) ¿son las noticias más agradecidas?
Por supuesto. El éxito es lo que realmente le gusta al aficionado. Todos esos hechos son gratísimos de contar. Si gana el baloncesto español, ganamos todos. Y, evidentemente, esas semanas Gigantes del Basket vende más.
Vosotros habéis destapado algunas exclusivas importantes a lo largo de estos años, pero ¿es difícil para una revista competir cuando estamos en la sociedad de la inmediatez?
Hemos dado unas cuantas, sí y no renunciamos a seguir dando algunas, pero una publicación semanal debe saber asimilar que su papel no está tanto en dar exclusivas y más en estos tiempos de Internet- como en contar bien las cosas. Pero ahí estamos, peleando por si alguna noticia aguanta de domingo a martes que ya es difícil.
Por las páginas de Gigantes han pasado prácticamente todos los protagonistas de la historia del baloncesto nacional e internacional. ¿A qué personaje te hubiera gustado poder entrevistar y no ha sido posible? (si es que ha habido alguno) y ¿cuál es la entrevista que aún tienes pendiente y que esperas poder realizar pronto?
A Oscar Robertson. Cuando yo empezaba a jugar alucinaba con las pocas imágenes que nos llegaban del base de los Bucks. En el futuro me gustará entrevistar a cualquiera de los muchos jugadores con los que he podido trabajar en las selecciones de base como miembro del gabinete técnico de la FEB. Supongo que será muy gratificante que en vez de decirle eso de ˝te vi jugar en tal sitio˝, decirle, ˝¿te acuerdas de cuando entrenamos juntos en El Collell o competimos juntos en tal torneo?˝ Seguro que podré entrevistar a muchos, porque muchos llegarán. Hacerlo cuando debuten en la ACB o sean elegidos en el draft será una gozada.
¿Con qué adjetivo definirías estos 25 años de historia de Gigantes del Basket?
Maravillosos.
Con el paso de los años habéis ido introduciendo algunos cambios, tanto en el diseño como en los contenidos. ¿Tenéis algo previsto para un futuro cercano?
Siempre hay que estar mirando hacia delante. Llegar a los 25 es un buen momento para seguir evolucionando.
Si todavía hay alguien que no conoce Gigantes del Basket ¿qué le dirías para que se acercara a la revista?
Que hablamos de baloncesto, que nos conozcas. Y así, hasta que te amenacen con echarte de casa por la cantidad de revistas que guardes, podrás tocar el papel como se toca un balón, con mucho cariño. Es una sensación muy grata, ya lo verás.
¿Algo especial para celebrar este 25 aniversario?
Llevamos casi todo el año de fiesta, recordando cada semana, y temporada a temporada, aquellos reportajes y entrevistas que pensamos que nos hicieron crecer como publicación. Creemos que es la mejor manera de que los aficionados sepan de dónde venimos. Así seguiremos vamos por la temporada 2000/01 hasta final de este año del 25 aniversario. Y con la revista de esta semana regalamos la reedición del numero uno. Es la mejor manera de decir a todos: muchas gracias.