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Marcelinho Huertas, monsieur Sanson

Cambió guillotina por balón y crueldad por inspiración. Huertas quiere decidir y decide, quiere ganar y gana. Tras dejar en la cuneta al Bizkaia BB, el verdugo de la ACB quiere repetir con una víctima de antaño, Regal Barça

Huertas, héroe baskonista en cuartos (ACB Photo)
© Huertas, héroe baskonista en cuartos (ACB Photo)
  

Redacción, 12 Feb. 2011.- Fue el verdugo de Luis XV, Robespierre y María Antonieta, además de centenares y centenares de reos que le temían como al mismísimo diablo. Henri Sanson, fruto de una estirpe vitalicia de sayones, allá por la Francia del siglo XVIII, se convirtió en todo un juez que, cual Dios, segaba o perdonaba vidas a su antojo.

Marcelinho Huertas tuvo la suerte de nacer en el país idóneo y en la época adecuada para evitar que su alma de verdugo sirviese para hacer el mal. Al contrario. Si algo mata, si algo decapita el base brasileño son partidos, para alegría de un Caja Laboral que empieza a sentir que tiene en sus filas a uno de los mejores bases de Europa.

Este viernes, otra exhibición de recursos frente al Bizkaia Bilbao Basket, al que endosó 18 puntos casi sin fallo (4/5 T2, 1/1 T3, 7/8 TL), amén de repartir 10 asistencias y forzar 7 faltas personales para un 29 de valoración. Ante la dictadura de los números, la democracia de las sensaciones, esa que comparte con el pueblo la excelencia de alguien que disfruta y hace disfrutar en la cancha.

Y ganar, claro. Como consiguió martilleando a su ex durante todo el partido. Ni los pitos de su antigua afición pudieron mitigar su inspiración, esa que le permitió mantener al Caja Laboral por delante durante la primera mitad (17 valoración), hacer despegar a su equipo con asistencias de ensueño en el tercer cuarto y, tras estar desaparecido durante muchos minutos del último, resurgir con más fuerza en la recta final con dos canastas finales sinónimos de victoria. Sinónimo de pase a semis.



No, no es la primera vez que el Henri Sanson de la ACB se pone el traje de verdugo para romper un partido. Si hubiese un curso llamado “Cómo convertirse en una estrella”, para el diploma final exigirían que el nivel mostrado ante rivales de menor entidad se mantuviera contra los más exigentes. Huertas no es que cumpla esta máxima sino que, recorriendo el camino inverso de otros buenos jugadores que no cruzaron la frontera del selecto club de élite, mejora precisamente cuanto más fuerte es el oponente.

¿Sus récords de anotación en la temporada regular del año pasado? Contra Regal Barça y Real Madrid. ¿Su promedio en el Top16 de Euroliga? 20 de valoración, casi el doble que en la primera fase. ¿El mejor nivel alcanzado por Huertas como baskonista? En territorio Playoff, donde cada bola quema más.

Tras la Copa 2010, donde más que verdugo fue víctima, Huertas ha vivido unos meses de auténtico vértigo, con exhibiciones de juego y confianza en sí mismo que han decidido partidos… y eliminatorias. Los 15 puntos, con asistencias insultantes y sin mirar, para dejar en la cuneta al Asefa Estu y pasar a semifinales, su inverosímil triple sobre la bocina en el último minuto contra el Real Madrid, una canasta que acabó valiendo una final y su actuación contra el Regal Barça para ganar el título. Inolvidable.

Además de su brillante defensa para anular a Ricky Rubio, Marcelinho apareció en el momento cumbre del segundo partido para poner el 0-2 en la eliminatoria con un triple y una penetración con sello de sentencia en en los últimos minutos.



Tras la liga conquistada con él como estrella, Huertas prolongó su idilio en el Mundial, donde prolongó ese curioso ritual de ofrecer su mejor versión solo en las citas más grandes. Capaz de anotar 2 puntos contra Túnez y 32 frente a Argentina, en uno de los mejores partidos vistos en los últimos años, Huertas salió reforzado de Turquía y sigue la racha este año.

¿Su mejor partido de la campaña? Contra su ex, un Bizkaia BB al que parece tenerle manía. Además, hace dos semanas completó su brillante choque contra el Unicaja con una canasta in extremis, otra ganadora para su currículum, que tumbó a los malagueños.

Huertas, el verdugo Huertas, se presenta como uno de esos pocos jugadores realmente decisivos y capaces de ganar un partido por sí solo, incluso en un día gris de su equipo. El Henri Samson del siglo XXI, versión pacífica con balón en lugar de guillotina, exige una nueva víctima. El Regal Barça ya le conoce. El Regal Barça ya le sufrió.