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Galis (I): Los inicios

Nikos Galis jugó un papel fundamental en la eclosión del basket griego. Cuando parecía predestinado a desarrollar una prometedora carrera en la NBA, un cúmulo de circunstancias orientó su destino hacia el país heleno y ahí se empezó a reescribir la historia del baloncesto en ese país. Javi Gancedo nos regala la primera entrega del retrato de uno de los grandes anotadores del basket FIBA de todos los tiempos

Nikos Galis creció como jugador en Estados Unidos
© Nikos Galis creció como jugador en Estados Unidos
  

Galis (II): La gesta del Eurobasket 87

Redacción, 31 oct. 2002.- El caso de Nikos Galis es único en el mundo del baloncesto. Ha habido otros jugadores que han sido vitales para el progreso del baloncesto en un país, como Óscar Schmidt en Brasil o Detlef Schrempf en Alemania, pero nunca llegaron a igualar el impacto de Galis, prácticamente elevado a los altares por los aficionados griegos. El único caso mínimamente comparable es el de Drazen Petrovic, quien por su ingente calidad, por las circunstancias del nacimiento de un nuevo país y por su trágica muerte, fue elevado a los altares de mito deportivo. Pero hay que tener en cuenta que el baloncesto en Croacia ya existía antes de él.



A este nivel, el caso de Galis (sí, con una sola 'l') es único y especial. Antes de su aparición en escena, Grecia no era ni había sido absolutamente nada en el panorama internacional, pero gracias a su magia, tanto con el Aris como con la selección nacional, nuestro deporte floreció de forma imparable en tierras helenas. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que el baloncesto griego en los 90 no sería lo que fue si no hubiese sido por la aparición y aportación de un jugador que, ofensivamente, resultaba absolutamente imparable. En este primer capítulo nos centraremos su etapa más desconocida en el baloncesto griego, justo antes de la dominación absoluta del Aris en la liga helena, y de lo que fue una de las historias más impresionantes de la historia del basket: la victoria de Grecia en el Eurobasket'87, con un país entregado a su equipo e identificado con nuestro deporte para siempre.



Hablar de Nikos como jugador es empezar y no parar. Y es que Galis lo tenía todo. Para empezar, era un líder, un hombre capaz de sacar lo mejor de cada jugador que jugase junto a él, gracias a su gran carácter y su sabiduría baloncestística. Junto con los mencionados Petrovic y Óscar, es el mejor jugador ofensivo que ha visto el baloncesto europeo. A priori parecía limitado, ya que tenía una gran tendencia a entrar por la derecha y sus reversos parecían calcados unos a otros. Pero eso sí, tan iguales como imparables. Con su escaso 1,83, era capaz de desafiar a los mejores defensores del planeta FIBA y a los equipos más imbatibles. Tan sólo el Barcelona, a nivel de club, ejerció el papel de verdugo en repetidas ocasiones para sepultar su viejo sueño de ganar una copa de Europa con 'su' Aris de Salónica.



Los orígenes en USA

Nuestro personaje nació en New Jersey, Estados Unidos, bajo el nombre de Nikolaos Georgalis, aunque por problemas de pronunciación de su apellido paterno en los Estados Unidos, acabó siendo Galis. Era el cuarto de cuatro hermanos, hijos de emigrantes griegos, y se inició en el mundo del deporte en el boxeo, como su padre, que fue durante un tiempo boxeador profesional. Fue su madre quien decidió que se dedicase al baloncesto, al considerar el pugilismo como muy peligroso. Allí, en los playgrounds de New Jersey, empezó a forjarse el mito, y es que Galis adquirió rápidamente una gran reputación ganando casi siempre a chicos de mayor edad y siempre tratando de imitar a su ídolo de juventud, Walt Frazier, base de los Knicks bicampeones de la NBA.



En 1975 entra en la Universidad de Seton Hall, donde juega de base en sus tres primeras temporadas. Su papel en el equipo fue creciendo paulatinamente y ya en su tercer año es el favorito de la afición de los 'piratas' por sus prestaciones (17,2 puntos y 4,5 asistencias por partido) y por su look con el pelo casi a lo afro. En su último año en Seton Hall (1979), Galis explota al pasar a jugar de escolta y ser, por fin, la primera opción en ataque. Llega a 27,5 puntos por partido y se convierte en el tercer máximo anotador de la NCAA, sólo por detrás de Balder y un tal Larry Bird.



Su elección en el draft es en el número 22, entonces segunda ronda, por los Boston Celtics (la primera elección había sido el propio Bird). Todo el mundo le proyectaba en primera ronda, más aún después de una exhibición en un partidillo pre-draft pero eligió un mal agente. Y es que Galis tenía el mismo agente que' Diana Ross, y no tenía tiempo para él. Su mala gestión hizo que cayese fuera de la primera ronda. Además de esta circunstancia, el infortunio se cebaría en el jugador griego en forma de una inoportuna lesión en el training camp de los Celtics, que le hizo estar sentado dos semanas. Cuando se repuso de esta lesión, los Celtics ya habían completado su plantilla y fue este cúmulo de circunstancias lo que hizo posible que el greco-americano se planteara jugar en Europa.



Jugada maestra del Aris

Interesados en su origen griego y en la posibilidad de conseguir el pasaporte heleno, Panathinaikos y Olympiakos se aproximan a él, pero es el propio Bill Fitch, entrenador entonces de los Celtics, quien desaconseja su marcha a Grecia ya que los clubs europeos tenían entonces fama de poco serios en Estados Unidos ( 'te harán firmar papeles y nunca cumplirán con lo prometido', decía el propio Fitch...). Ello, unido al poco interés de Nikos por dejar a su familia en Estados Unidos, acaba con la paciencia de ambos clubes. Craso error, como se pudo comprobar posteriormente.



Conscientes de la calidad del jugador, los directivos del Aris no se desaniman ante la negativa inicial y mandan a dos personas a Estados Unidos que se presentan en su propia casa con regalos para su familia. Este gesto resultará determinante y queda claro que si Galis juega en Grecia será en el Aris, al que presentan como 'el campeón de Grecia', lo cual era cierto aunque el de 1979 había sido el primer título de su historia.



Las negociaciones son duras y largas. Son tres semanas en las que Nikos no puede entrenar con el equipo, ya que no se lo permiten las reglas del país, pero finalmente las gestiones llegan a buen puerto. De esta forma Galis ya es elegible para jugar en Grecia sin ocupar plaza foránea, aunque todavía quedaba algún impedimento: según los reglamentos de la época debería esperar tres años para poder jugar con la selección al haber nacido fuera, en los Estados Unidos. Además, los papeles que demostraban que sus padres habían nacido en Grecia se habían perdido en el incendio de la iglesia que los custodiaba, pero el interés por relanzar el baloncesto en el país parece pesar más que cualquier otra circunstancia y lo cierto es que finalmente Galis obtiene el pasaporte en una sola noche, no se sabe muy bien en qué circunstancias.



El debut

Llega por fin la hora de ver de qué pasta está hecho este nuevo y desconocido jugador, ya que existe una cierta desconfianza en sus posibilidades por parte de un sector del baloncesto griego. El mejor defensor del baloncesto griego era Vaggelis Alexandris, que para mayor inri era jugador del Aris y se vería relegado a la suplencia con la llegada del joven jugador.



Galis, con un horroroso dolor de muelas, es conducido al primer entrenamiento con su nuevo equipo, donde le espera un uno contra uno privado frente al hipermotivado Alexandris que debía servir para que en el Aris pudiesen evaluar la calidad del nuevo chico. Tras 20 minutos, Alexandris se rinde y clama a los cuatro vientos que el nuevo jugador del equipo es mejor que Dalipagic, el jugador más imparable del momento, la más fina máquina de anotar allá por los inicios de los 80. A pesar de ello, algunos seguirán siendo escépticos... pero solo hasta que vean a Nikos jugar.



Galis anota 30 puntos en su debut, una victoria de un punto ante el Iraklis, pese a cometer pasos 'americanos' en repetidas ocasiones. Junto a él, se encuentra en el Aris un base que no era otro que Panagiottis Yannakis, con el que formaría un dúo imparable durante una década. En el mismo año 80, en el preolímpico, Galis hace su debut con la selección anotando 25 puntos a Suecia con la que pierden de 9.



En aquella época el Aris es un equipo que recibe palizas en sus enfrentamientos en Europa y la selección griega no es nadie en un mapa baloncestístico europeo dominado por Yugoslavia, Italia, España y la Unión Soviética. Así, Grecia no pasa la primera fase del preolímpico ante rivales como la mencionada Suecia, Checoslovaquia, Luxemburgo (a la que apalizan) y Suiza. Entretanto, el Aris ni siquiera es contendiente al título ese año. Galis ha aguantado esta situación por un tiempo, pero internamente tiene claro que las cosas no pueden seguir así.



Galis Superstar

En 1981, Galis destroza todos los récords habidos y por haber y no llega por un punto a los 44 de media (43,96) en la competición nacional, incluyendo un partido contra el Ionikos en el que consigue el tope de su carrera: 62 puntos (curiosamente, el tope de Yannakis, menos anotador, son 73 puntos precisamente contra el mismo Ionikos). Sería su primer título de máximo anotador de los 11 consecutivos que conseguiría. El equipo se consolida como uno de los más potentes de Grecia pero es barrido en la competición internacional.



Por su parte, en el Eurobasket del 81 destaca más por motivos extradeportivos que por sus méritos en la cancha donde, bajo de forma, 'sólo' anota 20,1 puntos por encuentro. Tras un mal partido, el comentarista de la televisión griega le critica abiertamente. Dichos comentarios llegan a sus oídos a través de un amigo y Galis enfurece. Tan pronto como se cruza con un periodista del canal estatal, que curiosamente no era el que había vertido las críticas contra él, le suelta un puñetazo que lo deja KO. La liga griega lo suspende por dos meses, aunque nunca llega a cumplir dicha suspensión.



En 1983 llega ya su primer título nacional con el Aris, con más de 33 por partido de Galis, y en el Eurobasket del 83 llega a 31,8 por partido. A España le hace 34 puntos, anotando 10 canastas consecutivas en el inicio del choque aunque Grecia no es rival para los Epi, Sibilio, Martín, Jiménez o Corbalán. Pese a todo, Galis hace un gran partido que, unido a los 44 puntos ante Suecia y los 38 ante Francia o Checoslovaquia, le llevan al título de máximo anotador, siempre de la misma forma: Contraataques, tiros frontales y penetraciones o medias vueltas con uno o dos reversos, sin importar el número de defensores que tuviese encima. Siempre como por arte de magia Galis soltaba la muñeca por encima de ellos para desesperación de casi todos.



La historia seguiría escribiéndose con el crecimiento del Aris, tanto por su tiranía en la liga griega como por su creciente competitividad en Europa y por sus éxitos con su selección que trataremos en el próximo capítulo de esta saga. De momento nos despedimos con una frase del entrenador Kostas Diamantopoulos, admirador y buen conocedor de Galis. 'Él es el principal motivo por el que mi familia gana dinero con el baloncesto'.



Y es que, sin Galis, el basket griego no hubiese salido nunca del ocaso. Él sólo cambió el signo de la historia.


Galis (II): La gesta del Eurobasket 87

Javier Gancedo
ACB.COM