León, 25 Ene. 2003.- España puso punto y final al Preeuropeo con una gran victoria sobre Grecia, una selección de semejante potencial y que se plantó en León con prácticamente todas sus estrellas, demostrando ser un conjunto muy serio y a tener en cuenta en el futuro. Pero España, a base de impulsos y de la calidad de sus estrellas, consiguió superar su férrea oposición haciéndose con el triunfo, que sin embargo no le permite finalizar en el primer puesto del grupo por culpa del basket-average.
Grecia mantuvo sus señas de identidad desde el salto inicial: defensa, intensidad, dureza y control del tempo de juego, labor que ejerció a la perfección Papaloukas. Además, los helenos sacaron ventaja durante muchos minutos de la versatilidad de sus hombres interiores, aunque Felipe Reyes consiguió también hacer daño bajo ambos tableros gracias a su potencia física y su intangible espíritu competitivo.
Juan Carlos Navarro, extraordinario en la segunda mitad, y por momentos Cabezas, Grimau y Mumbrú, apoyaron la constante aportación del pívot de Adecco Estudiantes para acabar decantando a su favor un igualadísimo partido en el que también jugó un papel fundamental el público leonés, que llenó la cancha pese al complicado horario del encuentro.
El inicio del encuentro presentó un panorama muy peligroso para la selección española, pues Fotsis y Dikoudis conseguían imponer su versatilidad y Sigalas ejercía de sombra de un Juan Carlos Navarro con licencia para tirar. Un parcial 0-7 hizo cundir la preocupación entre el volcado público leonés, al que no le importó retrasar la hora de la comida para apoyar al equipo, pero entonces aparecieron Carles Marco y Felipe Reyes.
El base rompió el hielo con una gran penetración y Felipe Reyes tomó el relevo convirtiéndose en el auténtico dominador en ambas canastas e incluso contagiando a sus compañeros con su ímpetu y desparpajo. Gracias a ellos España consiguió sacarse el miedo en el cuerpo con un parcial 16-4 que obligó a Ioannidis a buscar más estabilidad con la entrada de Papaloukas y Chatzivretas, quienes efectivamente cumplieron el cometido deseado por su técnico y lideraron un parcial 2-12 que puso a Grecia de nuevo en cabeza (18-23, m. 9).
Como solución España buscaba a Navarro, pero éste, por mucho que Ioannidis le liberase de Sigalas, no conseguía salvar con éxito los constantes dos contra uno de los jugadores griegos; además, cuando tenía un tiro cómodo tampoco acertaba. No era su día y, cansado y desesperado, se vio incluso obligado a pedir el cambio cuando el marcador seguía mostrando a Grecia por delante: 28-32 (m. 15). Felipe Reyes, tras mucho tiempo en el banquillo 'quizá demasiado- regresó para intentar enmendar el desaguisado, ya muy peligroso (28-37, m. 17). Su presencia ayudó a cerrar el rebote defensivo y iniciar así contraataques perfectamente culminados por un impetuoso Cabezas.
Dos triples de Grimau y una técnica a Ioannidis 'acogida con júbilo por una afición muy enfadada con la actuación arbitral- permitieron a España culminar la remontada (44-44) justo antes del descanso, al que se llegó con ventaja helena por culpa de otro triple de Papaloukas.
El primer puesto del grupo (había que ganar por 14 puntos para lograrlo) estaba ya difícil, pero se torció aun más al conectar Sigalas y Fotsis dos triples consecutivos que permitieron a Grecia comenzar el tercer periodo con buen pie. Navarro, que se sacó de la chistera varias canastas brillantes, se empeñó en devolver a España al partido pero Grecia sacó más partido del progresivo calentamiento del partido (antideportivas a Alfonso Reyes y Lucio Angulo) y mantuvo su hegemonía (71-73) de cara a un último cuarto que prometía ser apasionante.
Y así fue. Juan Carlos Navarro siguió destapando su magia y, en unos minutos convulsos que sacaron de sus casillas a ambos banquillos y provocaron la eliminación por faltas del estelar Fotsis, devolvió a España el dominio en el electrónico (78-75, m.33). El choque se mantuvo en esa misma línea hasta que, rozando los tres minutos por jugarse, dos triples españoles, de Grimau y Navarro, dieron a los de Moncho López una ventaja de cinco puntos (88-83) que, pese a las canastas de Dikoudis, dio a España la tranquilidad necesaria para jugar el último minuto con suficiente confianza para aguantar pese a los intentos griegos, que fallaron cuatro tiros para empatar a falta de poco más de diez segundos. Chatzivretas incluso erró un triple que hubiera supuesto la victoria helena.
94-España (20+24+27+23): Marco (5), Navarro (30), Lucio Angulo (7), Felipe Reyes (18), Kornegay (7), -cinco inicial-, Mumbrú (3), Alfonso Reyes (4), Cabezas (8), Grimau (12) y Hernández Sonseca (-).
91-Grecia (23+24+26+18): Diamantidis (-), Sigalas (3), Alvertis (16), Fotsis (22), Ntikoudis (20), -cinco inicial-, Papaloukas (12), Chatzivrettas (9), Tsartsaris (2) y Kakiouzis (7).
Arbitros: Cicoria (Italia) y Castaño (Francia). Señalaron dos faltas técnicas al seleccionador griego, Iannis Ioannidis, y a Fotsis, eliminado en el minuto 32. Además también fue eliminado Sigalas, en el minuto 40.
Incidencias: Último encuentro dentro del grupo B clasificatorio para el Europeo de Suecia disputado en el palacio municipal de deportes ante unos 5.500 espectadores. Antes de iniciarse el encuentro los capitanes de ambos equipos, Alfonso Reyes y Giorgios Sigales, recibieron sendas placas de manos del concejal de deportes del Ayuntamiento de León, Enrique Gil.
Pablo Malo de Molina
(Enviado Especial a León)