Inés Morencia. Valladolid, 8 nov. 2009 (EFE).- El Estudiantes ha resucitado, logrando su primer triunfo de la presente campaña, con un buen juego colectivo, a costa de un Blancos de Rueda Valladolid que, si bien se mostró intenso en defensa, no estuvo muy acertado en la faceta ofensiva, lo que le lastró durante todo el partido.
El Estudiantes imprimió un vertiginoso ritmo desde el inicio del encuentro lo que, junto al acierto desde la línea exterior, le llevó a establecer un parcial de 2-11 en el minuto 3, que obligó al técnico local, Porfirio Fisac, a solicitar un tempranero tiempo muerto para reorganizar a su equipo.
A pesar de que aprovechó también para introducir cambios -entraron Báez y Barnes por Junyent y Battle- e intentar mejorar el juego interior, los vallisoletanos no fueron capaces de aumentar el nivel, ni defensivo ni ofensivo, lo que permitió al cuadro madrileño incrementar las diferencias hasta los 12 puntos (7-19).
Una antideportiva señalada al jugador estudiantil Ahearn a falta de poco más de un segundo para la finalización del primer cuarto, redujo en un punto (21-32) la renta obtenida por un Estudiantes que se mostró muy centrado y que puso unas buenas cartas sobre la mesa para intentar llevarse la partida.
El Blancos de Rueda, lejos de rendirse, empleó su mejor baza para cambiar el juego: la defensa, con Isaac López y Diego García como destacados en esa faceta y también en capacidad anotadora, con lo que pudieron recortar distancias hasta situarse a siete puntos (29-36) en el minuto 14.
Luis Casimiro pidió un receso para encauzar de nuevo a su equipo que, tras una evidente mejoría defensiva, aumentó su ventaja (34-44), pero el Blancos de Rueda apretó atrás, supo aprovechar las faltas personales con las que se cargó el rival y se situó a cuatro puntos (40-44), si bien el Estudiantes reaccionó y pudo ampliar las diferencias antes del descanso (43-52).
Aunque la capacidad de lucha de los vallisoletanos les concedió la oportunidad de volver a acercarse en el electrónico (50-54), la falta de acierto en los lanzamientos y la escasa aportación de los jugadores interiores, permitieron al Estudiantes imponer su total dominio, gracias a su gran defensa y a su poderío físico (54-70).
El cuadro local nunca se rindió y, a pesar de ir siempre por debajo en el marcador, de un 64-78 pasaron a un 74-81 (min.38), que aún les daba esperanzas, pero un triple de Oliver echó por tierra todo su esfuerzo y les hundió, mientras que el Estudiantes sólo tuvo que mantener el tipo para llevarse su primera victoria (83-89).
83 - Blancos de Rueda Valladolid: (21+22+11+29): Chase (20), Van Lacke (16), Grunfeld (3), Junyent (-), Battle (10) -cinco inicial-, Báez (4), Barnes (7), Isaac López (13), Diego García (10), Puyada (-) y Ortega (-).
89 - Estudiantes (32+20+18+19): Oliver (9), Jasen (18), Suárez (9), Caner-Medley (20), Popovic (4) -cinco inicial-, Gabriel (18), Ahearn (9), Granger (2) y Clark (-).
Árbitros: Pérez Pizarro, Fernández y García León. Eliminaron por cinco faltas personales a Báez (min.35) y Barnes (min.38), del Blancos de Rueda.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la sexta jornada de Liga ACB, disputado en el pabellón Pisuerga ante 6.020 espectadores.