Redacción, 27 nov. 2014.- Llega con parsimonia y bebiendo una bebida isotónica, sin duda que el esfuerzo recién finalizado hace mella en su cuerpo. Quizá por ello nos pide brevedad porque también el equipo debe partir pronto hacia el autobús. Pese a los halagos que recibe tras su partido en Valencia, Mindaugas Kuzminskas prefiere hablar con el mismo temple con el que se mueve y coge aliento para recuperar oxígeno y energías.
Sabe que el camino es largo; la temporada no ha hecho nada más que comenzar y aunque acumula buenas actuaciones (en Euroliga ha sumado dobles dígitos en cinco de sus seis partidos) piensa que todo es pasajero y que seguro sólo es el trabajo que, tanto Unicaja como él mismo, están llevando a cabo desde verano. No me gusta hablar mucho de mí, sólo quiero disfrutar del momento actual tanto del equipo como mío propio, señala. Para el alero de Unicaja, más que sus números, lo importante es que estamos ganando y jugando mejor que el año pasado, y yo creo que estoy creciendo como jugador y como persona en este equipo.
La maduración de un talento infravalorado
En este crecimiento, Kuzminskas reconoce que algo tuvo que ver su participación en la Copa del Mundo. Aunque no fuera constante su participación en el equipo lituano, la experiencia de competir le ha permitido madurar en muchos sentidos. Cada vez que juegas creces como jugador y desarrollas tus habilidades. Si trabajas duro durante el verano puedes desarrollarte más, pero no es lo mismo que jugar. Cuando compites es mejor para crecer como jugador, señala un alero que tuvo su mejor noche mundialista en las semifinales frente a Estados Unidos con 15 puntos y nueve rebotes. Nosotros perdimos por lo que mi actuación personal no significa nada, reconoce Kuzminskas que aprendió de jugar con los mejores. Ellos también son humanos y sé que podemos competir contra ellos, añade.
Sin embargo, en este proceso de aprendizaje y crecimiento profesional y personal, hay una figura indispensable: Joan Plaza. El técnico barcelonés es el auténtico descubridor de un talento que conoció en Kaunas y que exportó para su proyecto en Unicaja.
Para el entrenador, en el desarrollo de Kuzminskas creo que estamos creciendo y siguiendo los pasos adecuados. Plaza tiene claro que los límites lo va a poner él. Es un chico que está creciendo, asumiendo nuevas responsabilidades, el equipo cree en él y él se esfuerza en dar lo que le pedimos. Quizá por todas estas virtudes, a Plaza no le sorprende la progresión que está teniendo a cabo. Está, más o menos, como esperaba. Había gente que creía el año pasado que debía de darle más responsabilidades y yo, por la etapa que viví con él en Zalgiris, sabía que, siendo su primera experiencia fuera de Lituania, él podía llevar muy mal el exceso de presión.
De ello es consciente el propio jugador y su paciencia también ha sido un elemento que ha jugado a favor de este crecimiento. Kuzminskas no olvida la temporada pasada y los malos momentos vividos. Fue el primer año en la ciudad y aunque jugué unos buenos partidos fue algo frustrante para mí. El alero no se esconde y no tiene reparos en hablar de lo ocurrido en su aterrizaje a la Liga Endesa. No quiero buscar excusas por el año pasado, sé que no jugué todo lo bien que podía hacerlo. Tuve algunos partidos malos, no lo hice como yo esperaba, pero era mi primer año en el extranjero y no fue fácil. Quizá me vine un poco abajo mentalmente, en mi propia confianza y necesitaba tiempo para que ésta volviera, señala. Ahora es todo diferente y tanto la moral como los resultados le sonríen. Este año hemos comenzado bien, el entrenador confía en mí y eso es bueno.
Sobre este proceso de aclimatación y las dificultades del cambio de liga y de país, Joan Plaza recuerda que la cultura es muy distinta y, además, él allí tenía un rol muy secundario, no sólo en el equipo sino también en la sociedad. El técnico de Unicaja reconoce que él tiene un hermano que es pívot muy grande que juega en Olimpia, pero él no tenía mucho peso en el equipo. Yo vi en él a un jugador con mucho potencial y Tremmell Darden nos ayudó a que creciera durante la primera parte de la temporada en la que estuvo. Cuando se fue, me arriesgué a que jugara mucho tiempo y él está respondiendo.
Una respuesta que retroalimenta las expectativas que su juego genera y que plantea a Joan Plaza el siguiente paso en su evolución. Si nos fijamos, a veces él baja el balón hacia delante y está marcando sistemas. No quiero que acabe jugando como base, pero sí que adquiera la dificultad de bajar el balón y que esté siendo presionado por alguien y manteniendo la cabeza fría. Por que, para Plaza, si quieres que acabe jugando bien en el dos y medio, que creo que es lo él es, debe tener más presión en la posición de uno para tener que enfrentarse a bases duros. Eso y más regularidad cargando el rebote son las líneas en las que queremos para él.
Una evolución que además, va ligada a la exigencia coral que plantea el club y la propia competición. Creo que él debe entender que la exigencia nada tiene que ver la de aquí con la de Lituania, aclara un Joan Plaza para el que aquí cada partido se lucha hasta el final y allí son cuatro partidos y los Playoffs que son muy duros. Él está madurando y está en la línea correcta, concluye su entrenador.

Buscando la química ganadora
La línea de trabajo de Mindaugas Kuzminskas es extensible al resto de compañeros y Unicaja ha logrado plasmar en resultados y buen juego todo el arduo trabajo llevado a cabo en verano. El conjunto andaluz ha tenido un inicio de competición fantástico y es es la 2ª mejor defensa de la liga encajando 69,13 puntos por partido y el 3º en ataque (79,13), valoración (92,88) y asistencias (18 por encuentro). Números que ratifican las palabras del alero lituano. Creo que todo el equipo está jugando bien, no sólo yo. Nos están saliendo bien las cosas, todo el mundo entrena fuerte y desarrolla sus habilidades declara un Kuzminskas que no duda en afirmar que ésta es una de las claves por la que estamos ganando: estamos trabajando muy duro como equipo y todo el mundo aporta energía en cada entrenamiento.
La energía y el esfuerzo es un mensaje recurrente en cualquier técnico y Joan Plaza no va a ser una excepción. Plaza me pide como a cualquier jugador, trabajar duro en defensa, aportar toda la energía posible en la pista que sea posible porque sabemos que no podemos ganar todos los partidos de la temporada, pero sí podemos competir cada partido. Este es el objetivo y Plaza como entrenador es lo que quiere que aportemos como jugadores, comenta. Sin embargo, Kuzminskas nos descubre una vertiente más de la exigencia personal de su entrenador. El jugador apunta que Plaza no sólo se preocupa por que seamos buenos jugadores, sino que seamos buenas personas y trabajamos para crear una buena atmósfera que luego se ve reflejada en la pista.
Quizá sea ésta otra de las claves para responder al buen momento del equipo malagueño. Sobre este punto, el alero destaca que el entrenador es el primero interesado en que no sólo desarrollemos nuestras habilidades sino que también quiere que nos desarrollemos como personas. Es mi segundo año en Unicaja y no puedo tener mejores palabras hacia él y hacia mis compañeros, asegura.
Para Kuzminskas, el buen rollo que se crea dentro del vestuario es fundamental para que los jugadores se impliquen más y el resultado sea el que todos persiguen. Pasamos mucho tiempo juntos. Debido a los viajes y los partidos a veces pasamos más tempo juntos que con nuestras familias y es muy importante que todos seamos amigos y nos lo pasemos bien juntos, comenta.
Con el tercer mejor arranque liguero de su historia, Unicaja toca a las puertas de sus grandes rivales. Ahora bien ¿Es posible vencer a los gigantes Real Madrid y FC Barcelona? Kuzminskas lo tiene claro:Es posible luchar y cuando tú estás luchando cualquier cosa es posible. Para el jugador no puedes decir que vas a ganar o vas a perder contra ellos, pero sí puedes decir que vas a luchar. Ellos no son sólo uno de los mejores equipos de la Liga Endesa, sino que lo son de toda Europa y todos los partidos contra ellos son muy duros, pero vamos a luchar y dar el 100%.

Un lituano en la Costa del Sol
Después de un año gris, el sol vuelve a salir para el jugador. Un sol radiante como el que bendice la Costa del Sol. Criado en la fría Kaunas, cualquier día en Málaga es bueno para un Kuzminskas que siempre que puede disfruta del clima malagueño y su vida a orillas del mar. Quizá no puedo disfrutar del tiempo todo lo que quisiera porque debemos de entrenar y jugar, pero es fantástico poder vivir en Málaga. Me gusta el sol, el tiempo y especialmente me gusta la gente de Málaga, asegura.
El carácter mediterráneo se define en las palabras de un jugador que disfruta con el trato que diariamente le dispensan sus conciudadanos. La gente siempre está relajada, siempre es feliz y positiva, y eso es muy agradable de ver y de sentir, señala.
Y es que nada tienen que ver las culturas y las personalidades de origen y de adopción del joven talento lituano. Para él los caracteres españoles y lituanos son muy diferentes, pero supongo que va con arreglo al tiempo. Cuando el tiempo es bueno, somos gente feliz, somos gente tranquilo, rompe a decir en español con una sonrisa.
Una felicidad que se completa con una de sus pasiones: la comida. El lituano nos reconoce que ésta es otra de las ventajas de vivir en España y no duda en hablarnos maravillas de la dieta mediterránea. En Lituania, como en otros países de la zona, la comida es muy fuerte, pero aquí es diferente con el marisco, el pescado fresco... todo está genial. Me gusta comer en casa y mi novia cocina realmente muy bien, y es por ello que cada día intentamos cocinar y probar nuevos platos españoles que buscamos en Internet, dice entre sonrisas un jugador que reconoce estar abierto a todo tiempo de comida, me encanta probar cosas.
Tiempo, carácter de la gente y comida. Málaga reúne todo lo necesario para que Mindaugas Kuzminskas sea un buen embajador de la tierra y haga promoción de ella siempre que vuelve a Lituania. De allí recibe visitas y aunque no siempre es fácil, reconoce que siempre que puede hace de buen anfitrión y guía turístico. Por supuesto les recomiendo que vengan de vacaciones. No tengo mucho tiempo libre, pero cuando lo tengo intentamos visitar los lugares más famosos de la ciudad y a todo el que me pregunta le recomiendo que venga a Málaga, confiesa.
Hoy la vida sonríe a un joven que disfruta con su vida. Sabe que el tiempo está de su parte y exprime el momento. Me gusta este estilo de vida: nada de prisas, sin problemas, y, además, el club nos da todo lo que queremos por lo que estoy disfrutando del momento. Eso sí, como el mismo dice, si pierdes nada es bueno y si ganas como ahora todo es más fácil. Cuando vuelva a salir el sol por Málaga, Kuzminskas volverá a levantarse para seguir trabajando y conseguir que todo sea igual de fácil y feliz como lo está siendo en este arranque de temporada.