Redacción, 15 Dic. 2014.- Sí, estaremos todos de acuerdo con que los físicos en el baloncesto actual no son los de antes, que ahora se exige más que hace unos años, sobre todo para jugar por dentro. Sin embargo, incluso para haber sido un jugador de los años 80 y 90, la aparente fragilidad de Rafa Vecina era llamativa. Era un pívot ni musculoso ni especialmente ágil que además tenía problemas en las rodillas
Pero era más listo que el hambre, tenía un talento y unos fundamentos descomunales y era muy competitivo. Gracias a eso pudo hacer una carrera bastante larga y exitosa, siendo además muy querido por los clubs (pocos, porque además fue muy fiel) por los que pasó.
Conoce su historia de la mano de Javier Ortiz, en Espacio Liga Endesa
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Rafa Vecina: Engañosa fragilidad
Tras su retirada en 1998, el baloncesto le reservaba todavía un momento glorioso. Cuando su amigo Pepu Hernández se hizo cargo de la selección española le quiso a su lado como asistente
