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Pierre Oriola, el redentor

Tras perder la Eurocup, el Valencia Basket vivió hace unos días su particular via crucis. Un camino donde recomponer espíritu y ánimos antes de encarar el tramo final de liga. Por suerte, llegó el domingo de resurrección y frente al FC Barcelona Lassa el equipo volvió a sonreír con un Pierre Oriola buscando la redención

 (ACB Photo)
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Redacción, 18 Abr. 2017.- Días de recogimiento y reflexión, silencio y aflicción por el recuerdo religioso que marca la historia en el calendario cristiano. Fechas que se cerraron con un domingo de resurrección que la fe marca como el inicio de un nuevo tiempo de esperanza.

A imagen y semejanza de este sentir religioso, todo aficionado taronja ha pasado unos días de recogimiento. Fechas en las que el silencio era el mejor aliado y donde la reflexión causó tormento por la trágica forma en la que Valencia Basket perdió la Eurocup. Y como en la Pascua católica, Valencia tuvo su propio domingo de resurrección con la victoria frente a FC Barcelona Lassa.


Cuando se da todo en la pista pocas pegas se pueden poner y menos si uno se imagina estar hablando de Pierre Oriola quien está destacando este año por la ambición que muestra en cada partido, en cada balón. Sin embargo, la derrota siempre deja un poso de redención y aunque no es equiparable los recientes momentos vividos, ayer el pívot de Valencia Basket lideró la redención de su equipo superando por 14 puntos al FC Barcelona Lassa.

"Creo que hicimos un partido muy serio atrás frente a un grandísimo equipo como el FC Barcelona Lassa, con grandísimos anotadores, y les hemos dejado en 59 puntos. Ha sido un trabajo excepcional en la defensa, algunos hemos errores hemos tenido, pero han perdido balones y fue un encuentro fantástico para recuperar sensaciones", comenta Oriola.

El jugador sabe que la victoria deja una sensación de alivio en el corto plazo. Derrotas como la vivida hace unos días son las que pueden resquebrajar la moral y un vestuario con grietas individuales suele venirse abajo. La victoria refuerza el convencimiento interno del trabajo hecho y regala una alegría a su afición. "Era importante para nuestra que gente porque siempre está apoyando y ayudándonos. Sé que a lo mejor no vale tanto como ganar una Eurocup pero, bueno, aún nos queda la liga, donde estamos con paso firme, que es importante", reconoce.

A largo plazo, el triunfo estabiliza el liderato compartido de los valencianos y aleja a un rival directo cuando quedan pocas fechas para la conclusión de la liga regular y la Liga Endesa aparece más igualada que nunca. Por ello, Oriola cree que vencer a los blaugrana "es muy importante porque la liga esta muy apretada. Los equipos están muy juntos y hay un par de victorias entre el primero y el octavo y noveno, así que es importante esta victoria. Además, con el basketaverage, les dejamos a dos victorias nuestras".

Pierre Oriola se cuelga del aro (ACB Photo / M.A. Polo)
© Pierre Oriola se cuelga del aro (ACB Photo / M.A. Polo)

Sin embargo, este relato cuenta una alegría súbita tras un largo duelo. Esta no es una historia bella, pues en la derrota no hay nada ni hermoso ni digno. La derrota es derrota en todas sus formas y es causa dolor. "Fue un varapalo para todos. Es difícil rehacernos de esto porque se tenía la copa casi tocándola, pero se escapó", confiesa Oriola.

Perder es un proceso y, tras la incredulidad y decepción inicial, hay un momento de aceptación y decaimiento previa a volver a levantar el ánimo y a entender que el camino del deportista (y el de las personas) se asfalta con vivencias... y no todas son positivas, pero sí aleccionadoras. Para Oriola el momento vivido fue "un poco de duelo. Es jodido cuando te llevas un varapalo como éste, en casa y con tu gente. No ha sido fácil, tuvimos una prueba que la saldamos bien en Manresa, pero en Bilbao no estuvimos". Sin embargo, la cara y él ánimo parecen que han cambiado y "en estos últimos días hemos olvidado todo, hemos jugado muy bien contra el barça y hay que venirse arriba".

Así, Valencia Basket vivió su propio tránsito por la decepción de quien soñó con algo tan deseado que, cuando se vio sin ello, sólo pudo llorar en el silencio y las sombras del anonimato. Fue un proceso duro y que respondió a las pautas marcadas pero que, justo un domingo de resurrección tuvo su punto y final. " Exacto, domingo de resurrección. Hemos resucitado de las cenizas de la Eurocup y contentos por el trabajo. En defensa hemos estado muy bien y en ataque también compartiendo muy bien el balón", dice sonriendo el jugador.

La Fonteta es Oriolista
En Valencia Basket hay muchos motivos para sonreír esta temporada. Es cierto que los libros de historia deportiva sólo guardan un espacio para los campeones, pero el equipo está dejando una huella de juego que deberá ser recordado por lo bello y cooperativo que resulta. Cada día puede ser uno la estrella y el nivel de generosidad es tal que incluso un recién llegado con cartel de relevo puede ser una de las grandes sensaciones de la liga.

 (ACB Photo / M.A.Polo)
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Ese es Pierre Oriola, quien no se esconde y comparte esa sensación de sorpresa por la cantidad y calidad de sus minutos a la par que ahonda en las virtudes del equipo. "Al principio de año no me esperaba este impacto en el equipo y en la liga porque nunca es fácil venir a un equipo tan bueno y con tanta historia, y venir un poco de tapado, pero... bueno, me hecho mi sitio. Juegue más o menos, trato de darlo todo y hay partidos en los que salen las cosas y otros en los que no; frente al barça salió y este equipo no se caracteriza por tener un equipo que sobresalga sobre los demás sino que tenemos muchos jugadores que podemos aportar".

Reafirmando sus palabras hablan los números del domingo: le bastó 15 minutos en pista para firmar su actuación más completa en lo que va de temporada. Oriola igualó su marca de 19 puntos de valoración gracias a los 14 puntos, siete rebotes (segunda marca reboteadora) y una presencia que llenó la pista reforzando a Valencia Basket en su victoria. Con él en pista, el equipo tuvo una + 14 a su favor.

Ahora, ya con un juego que poco tiene de sorpresa y sí mucho de consolidado y en franco crecimiento (cada vez se le ve hacer más cosas en el parqué como su tiro abierto), el jugador se está ganando el cariño de su nueva afición. Una grada que tiene clara su respuesta ante la pregunta que el narrador Fran Fermoso realiza en sus retransmisiones: ¿Somos o no somos Oriolistas? La Fonteta lo es.

Sin duda un afecto que llega y cala en un jugador que empatiza con ese vinculo creado en Valencia. "Creo que la afición siempre me demuestra mucho cariño y ójala pueda vivir muchas cosas en este pabellón".

Con un juego que crece cada partido, una afición que le procesa devoción, a la vida deportiva de Oriola sólo le quedan dos sueños por cumplir: un título e ir a la selección absoluta. Para el primero trabaja desde ya con sus compañeros y para el segundo se ve legitimado por esfuerzo, calidad e ilusión. "¿Por qué no? Es un sueño. Jugar con tu país y representarlo es muy bonito e importante. Yo tuve la suerte de hacerlo en categorías inferiores y por qué no soñar en la absoluta.


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Ahora, con las sombras de la derrota ya lejanas, la mente queda invadida por un nuevo pensamiento hegemónico: La Euroliga. "Es el objetivo después de la Eurocup y lo tenemos en mente pero sería erróneo obsesionarnos. Hay que ir partido a partido, afrontar el Playoff de la mejor manera y luego se verá, señala.

Oriola asegura que "el equipo está bien, está animado y con fuerzas para afrontar el final de la liga" y que Valencia Basket va a luchar hasta el final porque "la Liga Endesa está muy apretada y cada victoria cuenta doble para escalar posiciones. Ahora estamos con el Real Madrid empatados y quedan cinco partidos donde hay que ganar el máximo de partidos posibles"

De momento, el equipo ha demostrado tres cosas: La primera, y más importante, es que anímicamente se ha rehecho. La segunda es que conserva su carácter competitivo y la tercera es que no le falta ambición para luchar por un título. Quizá es el conjunto que más méritos está haciendo por conseguir ganar un trofeo esta temporada y el proyecto de Pedro Martínez y sus jugadores no merece irse de vacío, pero el baloncesto y la vida no entienden de justicia poética, y el pragmatismo de la realidad se vence con esfuerzo y talento. Ese es el camino que ahora le queda recorrer al equipo.

Quizá porque nos pasamos más tiempo perdiendo que ganando, es que todo el mundo aspira a disfrutar del triunfo y así, cuando este por fin llegue, recordar los malos momentos y aun con más alegría festejar la felicidad del momento. Esa es la ambición de Pierre Oriola y Valencia Basket. Un equipo que ha llegado a dos finales esta temporada, pero que sabe que la eternidad deportiva sólo la alcanzara si llega a una tercera... y la gana.