Redacción, 30 Jul. 2017.- "No es valiente aquel que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo", dijo una vez Nelson Mandela. Y es que hace cuatro años aún no era muy normal que los jóvenes jugadores de baloncesto decidieran cruzar el charco para probar suerte en alguna universidad americana. Por ello, Jorge Bilbao (1995) fue uno de esos pioneros que demostraron su valentía.
Aquel golpe de realidad
Aún siendo un adolescente, justo terminando 'Junior' de primer año, las dudas siempre estuvieron en su cabeza. Tras quedar novenos en el Campeonato de España con el Loiola Indautxu, algo muy meritorio, empezaron a lloverle ofertas de EBA y LEB. Y fue una charla con su entrenador, Txutxo Sanz, lo que le cambió la vida para siempre. "Todo eso no vale para nada", le dijo el maestro al alumno.
Le abrió los ojos para que sus pupilas apuntaran hacia el 'Tío Sam', y como buen discípulo, eso fue lo que hizo. Se puso en contacto con AGM Sport y le ayudaron a buscar una beca. Una veintena de universidades se interesaron por él y unas cuantas le hicieron la oferta. "Me sorprendió muchísimo", reconoce hoy en día. Pero con todos los papeles sobre la mesa lo vio claro desde el primer momento.
"UTA, a través de Andrae Patterson, ex de Movistar Estudiantes e ICL Manresa, se puso en contacto conmigo. Me gustó el sitio, el 'college' y el programa, así que acabé yendo a Texas", explica. No es un mal lugar. Arlington, por allá en 1884 se llegó a nombrar como el centro de la buena tierra al ser muy buena para el cultivo. Ahora, el príncipe de Bilbao iba a llegar allí para cultivarse tanto en lo deportivo como en lo personal: "La mejor decisión que he tomado nunca".
Y es que los americanos, al conocerle, se pensaban que su familia sería de la Realeza o dueños de la ciudad. "Les sorprendía muchísimo, ya que no es normal que alguien tenga el apellido de la ciudad en la que ha nacido", comenta. Al fin y al cabo, los de Bilbao nacen donde quieren, ¿no? Y si encima lo llevan en el nombre, todavía más.
Su vida en Dallas "ha estado muy bien", añade. "Aquí son muy hospitalarios y todo tiene una accesibilidad muy buena, hay muchos eventos y siempre hay algo que hacer", indica, y sobre el tema académico, amplía, "fue una experiencia genial". Estos cuatro años le han servido para sacarse un doble grado de 'International Bussiness and Marketing', y a toro pasado, dice, "jamás imaginé que todo pudiera salir tan bien como hasta ahora".
Ha tenido que adecuarse a un ambiente totalmente diferente. Ya lo dijo Darwin con su 'Solo el más fuerte sobrevive', refiriéndose a las especies que se saben adaptar a los cambios. "Son casi dos deportes distintos", comenta sobre el baloncesto europeo y americano: "Es una experiencia muy recomendable pero a la vez es algo muy duro y muy exigente, para poder triunfar tienes que tener claro que cada día tienes que dar todo lo que tengas". Y por otro lado, sigue, "es muy difícil estar alejado de tu gente, especialmente en Division I, donde casi no hay vacaciones. Yo solo pasaba tres semanas en Bilbao al año".
Pero estos cuatro años le han servido para convertirse en el hombre que es hoy en día, y ha podido conocer "a gente increíble" que "siempre" serán "muy importantes" para él: "No dejaré de tener contacto y volveré a visitarles e incluso a entrenar con mis 'coaches'".
¿Quién es Jorge Bilbao tras cuatro años en Estados Unidos?
El interior vasco se define, sobre todo, como un "jugador muy intenso y como un guerrero que pelea cada balón y cada opción que pueda ayudar al equipo". No tiene problemas en hacer el trabajo sucio y siempre mira por el conjunto.
Su ética de trabajo es estricta desde que llegó a Estados Unidos. Aterrizó como un 'freshman' europeo "que casi no sabía por dónde le daba el viento" y tras mucho progresar, se convirtió en el capitán de un equipo que en estos últimos dos años ha hecho historia.
"En mi primer año, cuando no tenía tantos minutos, sabía que estaba trabajando no para el día de hoy, sino para el día de mañana", reconoce, y eso es lo que sigue haciendo en la actualidad. Aprovechó cada pequeña oportunidad para cada vez tener más importancia en el equipo hasta ser indiscutible, como terminó su periplo.
"Me gusta coger responsabilidades y creo que he sido parte importante de los éxitos de las últimas campañas, con victorias históricas contra grandes universidades y batiendo el récord de victorias tanto en mi año 'Junior' como esta última temporada", explica el español.
El sistema defensivo giraba en torno a sus coberturas y ofensivamente el técnico cada vez le daba más galones. A Jack Landale, de Saint Mary's, el poste más eficiente del país haciendo 20-11, Jorge le hizo la vida imposible cuando les ganaron. Le llevó a hacer su récord de pérdidas y con un 30% en tiros de campo. Y al hermano pequeño de Jarvis Varnado, futurible 'pick', le dejó en un 8-5 gracias al 16-8-4 de Bilbao. ¡Y llegaba promediando un 20-13!
Y por si fuera poco, Jarrett Allen, de la Universidad de Texas y elegido en el puesto 22 del último Draft por los Brooklyn Nets, no pudo anotar con su defensa. Y en ataque le volvió loco, el vasco fue el segundo máximo anotador y reboteador ese día: "Cuanto más grande es el reto, más motivación tengo yo", dice sacando pecho.
Temporada | PJ-PT | Minutos | Puntos | Rebotes | Asistencias | Robos | Tapones |
2013-14 | 26--9 | 11,3 | 1,6 | 2,9 | 0,4 | 0,4 | 0,1 |
2014-15 | 30--21 | 15,7 | 3,7 | 3,2 | 0,6 | 0,5 | 0,3 |
2015-16 | 35--35 | 24,4 | 6,8 | 7,1 | 1,7 | 0,6 | 0,5 |
2016-17 | 36--36 | 25,1 | 9,1 | 6,8 | 0,9 | 0,8 | 0,3 |
"En defensa siempre voy con todo contra cualquiera", comenta, "y en ataque intento ayudar al equipo finalizando cuando hay oportunidad, o creando desde el poste bajo o con el 'Pick and Roll' o 'Pick and Pop'". Solo es feliz cuando el equipo gana y juega bien. Su objetivo lo tiene claro desde hace tiempo: la victoria.
Y eso, argumenta, "llega con el trabajo diario". Él lo sabe bien porque ha tenido que pelear por muchas cosas, ya que había veces que no le veían capaz de algo y siempre se ha sacado las castañas del fuego. En sus últimos años, confiesa, "siempre que necesitábamos una jugada para conseguir la victoria sabían que podían confiar en mí".
Scott Cross, su entrenador, estaba seguro de ello, y es que según sus propias palabras Jorge "ha sido el jugador más duro que ha entrenado nunca". Tiene el récord de apariciones del 'college' con 127, es el noveno en rebotes con 664 en la historia de UTA y fue el segundo de la 'Sun Belt Conference' en capturas ofensivas el pasado año.
Todo esto lo demostró en la ACB Academy by AEEB que se realizó en el Centro Insular de Las Palmas de Gran Canaria a final de este último junio, entrenando con técnicos de primer nivel como Pablo Laso, que ya le conocía de la Selección de Euskadi.
ACB Academy by AEEB "Fue una experiencia muy positiva, tuve la oportunidad de entrenar con técnicos y leyendas como Aíto, Txus Vidorreta, Pablo Laso, Javier Imbroda o Carles Duran, y con sus ayudantes (Antonio Herrera y Marco Justo), todos de primerísimo nivel. Con cada uno de ellos hacíamos situaciones diferentes y podías ver su estilo y aprender muchas cosas. Además, pude conocer a muchos jugadores de mi edad que están jugando por España. Fue muy enriquecedor". |
En el último curso, el bilbaíno promedió 9,1 puntos y 6,8 rebotes en los 36 partidos que disputó, todos como titular, con una media de 25,1 minutos. Números que le dejan con un buen sabor de boca: "Lo que hemos conseguido estos años tanto a nivel de equipo como yo personalmente siempre quedará en la historia de UTA por muchos años".
El siguiente paso: de universitario a 'Pro'
Un inglés perfecto, aunque ya iba con bien nivel; un físico inmejorable para este deporte, aunque también llegó con buena base; dos carreras; un gran baloncesto; mucha ambición y ganas; y, sobre todo, una conducta muy seria de trabajo. Con todo esto Jorge Bilbao sale de UTA en busca de labrarse un futuro en este deporte.
Las maletas llenas de experiencias y recuerdos de cuatro años. Cuatro largos años que, hoy en día, le hacen tener "muchas ganas de volver a casa para ver a la familia y amigos". Sabe que "como en España no se está en ningún sitio", por eso, es su prioridad.
"He tenido una buena evolución tanto en fuerza como velocidad y salto", dice de su 'conditioning' americano. Ahora se siente listo "física y técnicamente en todos los aspectos". Tiene la cabeza en su sitio, sabe que tiene 22 años y que acaba de terminar sus estudios y busca "un sitio donde pueda seguir mejorando".
No muchos jugadores se han visto en su situación, porque, aunque cada vez es más común este camino, ahora está volviendo a España esta segunda primera generación que estudió en Estados Unidos. "Me gustaría acabar en un sitio donde al entrenador le gusten los jugadores trabajadores y que se partan la cara en cada jugada, quiero ganarme los minutos en cancha a través de los entrenamientos y en el trabajo diario. Estar con un técnico que tenga confianza en la gente joven es vital, que si haces tu trabajo puedas tener opciones", explica.
Él sigue con su método de objetivos a corto plazo. Cuando era un niño se marcó el techo de ser titular todos los partidos. Cuando lo consiguió, quiso ser el mejor del equipo. Cuando también lo tachó de la lista, quería jugar con los mayores. Y así, sucesivamente. "Paso a paso he llegado a esta situación y llegando hasta aquí no me queda más que seguir con la misma mentalidad, y así veré lo bueno que puedo llegar a ser y dónde me lleva el baloncesto", añade.
¿Le llevará a Bilbao algún día? Siendo de Bilbao y apellidándose Bilbao es inevitable preguntárselo. "Soy de allí y me he criado allí, allí tengo mi familia y amigos así que sería muy bonito, pero hay que ver tanto mi situación como la del equipo, ojalá en el futuro se pueda dar, como en Bilbao no se está en ningún sitio", dice.
Junto a él, este año han vuelto otros como Sebas Sáiz o Pol Olivier. Ambos han encontrado sitio. El Movistar Estudiantes ya le dio la bienvenida al primero, aunque aún no se sabe dónde jugará, mientras que el Cáceres Patrimonio de la Humanidad apostó por el segundo: "Estoy muy contento por ellos, los conozco a los dos y son muy trabajadores. Han tenido años muy buenos y han progresado mucho". Pero ahora... ¡Ahora le toca a él!
Jorge, ese niño sin pájaros en la cabeza y con metas racionales que se crió yendo a la Casilla y Miribilla, que aprendió del RETAbet Bilbao Basket y de su increíble afición, y que a pesar de que jamás soñó con la NBA llegó a jugar como Maverick en Estados Unidos. Ese niño que venció a sus miedos con objetivos a corto plazo y que, aunque no pensó en ser profesional, está muy cerca de conseguirlo con un doble grado debajo del brazo como extra. Ese niño vuelve hecho un hombre. Vuelve como príncipe y como dueño de la ciudad que le vio nacer y a la que tan bien representa en su camiseta: Bilbao.