Seattle (Estados Unidos), 27 May. 2006.- Chauncey Billups dirige con maestría los destinos de los Detroit Pistons, un equipo que ejemplifica a la perfección, sobre una cancha de baloncesto, el triunfo de la generosidad, del sentido del sacrificio y del trabajo colectivo. Acercamiento a Mr. Big Shot, MVP de las Finales de 2004 y uno de los grandes iconos actuales del planeta basket. Entrevista en exclusiva con el base que viene protagonizando, desde su llegada a Detroit en la temporada 2002-03, su adaptación particular del cuento de La Cenicienta
versión NBA.
Desde el comienzo de la temporada, un buen número de entrenadores y de analistas de la NBA han venido situando a los actuales Detroit Pistons dentro del muy selecto grupo de los 10 mejores equipos de la historia. Una afirmación tan rotunda, ¿entraña una motivación especial o representa más bien un extra de presión y de responsabilidad sobre vuestros hombros?
En nuestro vestuario nunca hablamos de este tipo de cosas. Es cierto que el escuchar muy a menudo una comparación de ese calibre nos podría producir una gran presión. Pero, personalmente, me quedo con el aspecto positivo de todo ello. Supone un verdadero honor que te comparen con los equipos que han escrito las más bellas páginas de la historia de nuestro deporte. Por tanto, este tipo de elogios nos deben servir de gran acicate, de motivación extra para seguir trabajando muy duro e intentar transformar a esta franquicia y a este grupo de jugadores en verdaderos campeones. Considero que contamos con la calidad y con los medios necesarios para alcanzar muy altas cotas durante las próximas cinco o seis campañas. Pero no podemos olvidar que, por el momento, no somos más que un equipo que obtuvo un título hace dos años. No está mal, por supuesto, pero no debe ser más que un principio
Debemos continuar haciendo gala de un alto grado de humildad y seguir trabajando como lo hemos hecho hasta la fecha.
El núcleo principal de jugadores, la base de vuestro equipo, es la misma que la temporada pasada. Pero se ha producido una importante novedad en vuestra franquicia: Flip Saunders se hizo con las riendas del equipo, reemplazando así a Larry Brown. Tras un cambio tan destacable como éste, en la temporada regular lograsteis mejorar vuestro récord de victorias-derrotas con respecto al año pasado. ¿Cómo explicas este fenómeno, esta progresión?
En realidad, nuestro estilo de juego no ha cambiado demasiado. Larry Brown y Flip Saunders tienen una visión muy similar del juego. Para ambos, el baloncesto es un deporte colectivo donde cuenta el grupo y prima el colectivo, no el individuo. Este año hemos seguido presentando un muy alto nivel defensivo, pero creo que Flip ha dotado de una nueva dimensión a nuestro juego ofensivo. Antes éramos un tanto impredecibles en ataque. Una noche anotábamos 120 puntos y en el partido siguiente metíamos únicamente 70
Háblanos un poco de tu relación con tu antiguo entrenador. ¿Qué ha representado Larry Brown en tu carrera?
Coach Brown contribuyó mucho a que mi juego evolucionase. Hoy en día nos encontramos muy a gusto con Saunders, con quien yo ya había coincidido en Minnesota, pero echamos también un tanto en falta a Larry ya que vivimos experiencias muy intensas a su lado. Juntos ganamos un anillo de campeón y estuvimos a tan sólo tres minutos de hacernos con otro
Nos divertimos mucho con él, incluso fuera de la cancha. Apreciamos mucho a Larry.
Pero, ¿no crees que es únicamente ahora, con Flip Saunders, cuando la gente ha empezado a apreciar realmente el verdadero valor de estos Detroit Pistons? Lo que no era el caso antes, incluso después de haber obtenido el título en 2004
Ésta me parece una cuestión muy interesante. Puede ser que con Larry Brown el bloque, el equipo en su conjunto, no recibiera el suficiente reconocimiento público, incluso tras haber logrado el hito de ser campeones. En no pocas ocasiones no se escuchaba hablar más que de Brown, aún cuando él mismo intentaba evitar que se produjera tal situación
Bastante a menudo, la percepción, la sensación general era que el único responsable de las victorias y de los éxitos colectivos era, aparentemente, Coach Brown. No existe ningún género de dudas de que Larry hizo un excelente trabajo
¡pero nosotros también lo hicimos! Ahora tenemos la ocasión de demostrar a todo el mundo de lo que somos capaces. Resulta bastante reconfortante comprobar cómo la gente comienza a apreciar el valor de nuestro estilo de juego, de nuestro trabajo en equipo
El quinteto titular de Detroit está compuesto por jugadores que, individualmente, por separado, seríais las indiscutibles estrellas, las referencias en cualquier otro equipo. Pero igual de cierto es que muy posiblemente no exista otro grupo de jugadores en todo el mundo que juegue en bloque de una manera tan bella y efectiva como vosotros. Como líder de los Pistons, ¿cuál crees que es la fórmula de este logro, el secreto de este éxito?
Para nosotros lo único que cuenta es ganar, punto final. Encarnamos todo lo que la palabra equipo simboliza. Nos trae absolutamente sin cuidado quién se lleva el reconocimiento y la gloria. Nadie se preocupa por sus números, nadie juega para sus estadísticas individuales. Tenemos una mentalidad muy desinteresada, muy altruista. Aquí no prevalecen los egos, sino que es el sentimiento colectivo el que prima por encima de todo. Los Pistons creemos los unos en los otros, confiamos los unos en los otros. En Detroit todo el mundo es responsable al mismo nivel, de la misma manera. Cuando ganamos, cada uno de nosotros se lleva los parabienes, por igual, en la misma medida. Por el contrario, cuando perdemos, la culpa es de todos. Ese sentimiento colectivo, de unidad, es algo de lo que nos sentimos tremendamente orgullosos.
Chauncey Billups, Rip Hamilton, Tayshaun Prince, Rasheed Wallace y Ben Wallace, un quinteto titular de verdadero ensueño. Pero la realidad es que, al margen de Prince (que hasta el momento ha permanecido toda su carrera en Detroit), los otros cuatro no habíais encontrado verdaderamente vuestro lugar en esta liga cuando firmasteis con los Pistons. ¿Qué crees que es lo que ha permitido que todo el engranaje funcione y que la magia entre los cinco se produzca en Detroit?
Nuestra situación era muy similar, compartíamos un mismo denominador común y se dio la afortunada circunstancia de que los cuatro aterrizamos en el mismo sitio, en un mismo equipo en el que ya se encontraba Prince. Los cuatro éramos jugadores que hasta ese momento habíamos experimentado bastantes turbulencias y adversidades en nuestras andaduras en la NBA, éramos individuos que contábamos poco en esta liga y que casi estábamos considerados por nuestros respectivos equipos como causas perdidas
Pues bien, esos individuos, que no solamente son muy buenos jugadores sino también buenas personas, convergen en una misma franquicia y empiezan a jugar los unos para los otros, como un verdadero equipo, haciendo gala de una generosidad total. Además, uno de los aspectos que diferencian a este conjunto con respecto a los otros en los que he militado anteriormente es nuestro altísimo nivel de comunicación. Tenemos una relación constante, muy abierta, muy franca. Si sentimos la necesidad de decirle a alguno de nuestros compañeros que no está llevando a cabo su trabajo correctamente, se lo hacemos saber sin problema. Hubo una chispa, un clic que se produjo entre nosotros desde el principio. Debo decir que todos los riesgos que Joe Dumars (Presidente Deportivo de los Pistons) tomó en su día, trayéndonos a todos a Detroit, han merecido la pena al final.
Imagino que el hecho de que vuestro quinteto titular al completo, salvo Tayshaun Prince, fuera seleccionado para disputar el pasado All-Star Game debió de ser algo muy especial para vosotros
Cierto, fue un hecho increíblemente especial, algo que no olvidaré jamás. Pero echamos muchísimo de menos a Tay. Creo que se merecía acudir a Houston tanto como Ben, Sheed, Rip y yo.
Hoy en día estás unánimemente considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, eres el líder de uno de los equipos más potentes de los últimos lustros en la NBA... Pero me pregunto si el hecho de haberte encontrado con anterioridad en circunstancias mucho peores y de haber experimentado no pocos tragos amargos antes de tu llegada a Detroit te hace apreciar tu éxito actual de una manera especial.
Llegué a la NBA en 1997 como una estrella en ciernes, tras ser elegido en tercera posición del draft. Y, de pronto, de un día para otro, empezaron a surgir voces que señalaban que no era un verdadero base, que me zampaba todos los balones, que iba a ser un bluff, que me habían seleccionado en una posición demasiada alta
Sí, es cierto que durante bastante tiempo viví muchos días grises. Hubo incluso un momento en el que llegué a pensar que jamás alcanzaría mi potencial real, que tendría que conformarme con ser un digno jugador de banquillo de un conjunto mediocre
Pero, tras saltar de franquicia en franquicia (cuatro equipos -Boston, Toronto, Denver y Minnesota- en cinco años), un buen día Joe Dumars me ofreció esta gran oportunidad. Mi ascensión a la cima de la montaña ha sido bien diferente a la de otros grandes nombres como Shaq, Garnett, Iverson, Kobe, Wade, LeBron
Todos ellos eran ya the man desde su primer minuto en esta liga, lo que no fue mi caso. Por tanto, volviendo a tu pregunta, es natural que valore y que aprecie más que nadie lo que me sucede hoy en día. Vivo un auténtico sueño y me siento muy orgulloso de lo que he logrado hasta la fecha a nivel individual y, sobre todo, de lo que mi equipo está haciendo. Además, mi vida privada marcha estupendamente. ¡Imposible ser más feliz que yo! (risas)
El tandem Billups-Hamilton está considerado, junto al dúo Parker-Ginóbili, como la mejor pareja de base-escolta de la NBA. Háblanos un poco de tu asociación con Rip, por favor.
Rip es un tipo que está en continua evolución, jamás deja de mejorar como jugador. Hace unos años era más bien flojo en defensa y hoy en día, en muchas ocasiones, se encarga de marcar al mejor atacante rival. En ataque es muy rápido, se mueve sin parar y constituye una amenaza constante gracias a su gran tiro y a su habilidad a la hora de romper las defensas rivales. Nos entendemos a la perfección desde el primer día, no sólo en la pista sino también fuera de ella. Rip y yo somos grandísimos amigos, como hermanos. Nuestra complicidad a nivel personal se traslada a la cancha y es una de las razones que explica el porqué jugamos tan bien juntos.
Eres conocido como Mr. Big Shot por tu acierto a la hora de decidir encuentros. ¿Qué sensaciones experimentas en esos instantes determinantes en los que tienes el balón en tus manos y eres amo y señor de la suerte, del devenir del partido?
Tenemos la fortuna de contar en nuestras filas con jugadores como Rip o Rasheed que se han destacado también, a lo largo de los últimos años, como tipos capaces de anotar la canasta decisiva
En lo que a mí respecta, experimento un gran placer cuando tengo el balón en mi poder en los últimos instantes de un encuentro. No en un sentido egoísta, sino en el sentido de que no tengo miedo al fracaso, pues soy capaz de mantener la calma y de ver las cosas con perspectiva. Me encanta ese momento en el que mi entrenador o mis compañeros me designan como el que debe tomarse el último tiro con una mirada fugaz o con una frase del estilo Chauncey, gana este partido para nosotros. La sensación de dar un paso adelante, de tomar toda la responsabilidad para tu equipo, para los tuyos, es algo incomparable.
Tras superar dos match-balls ante los Cleveland Cavaliers, os está tocando enfrentaros, al igual que hace exactamente un año, a los Miami Heat en la Final de la Conferencia Este. Con una victoria para cada uno tras los dos primeros partidos de la serie, ¿cómo afrontáis esta eliminatoria que os podría ofrecer vuestro tercer pase consecutivo a la gran Final de la NBA?
Detroit-Miami es la Final de Conferencia con la que llevo soñando toda la temporada. Creo que Miami es el otro gran equipo del Este. Y cuando eres el mejor siempre deseas medirte a aquellas escuadras que se destacan también del resto. Los Heat conforman incluso un mejor bloque que el año pasado, pero creemos y confiamos en nuestras posibilidades. En nuestra eliminatoria ante Cleveland perdimos tres choques seguidos, cosa que jamás imaginamos que podría llegar a ocurrir. Pero sucedió. Sólo espero que hayamos aprendido de los errores cometidos ante los Cavs y que ante Miami sigamos haciendo nuestro baloncesto habitual, con un juego muy rápido, moviendo el balón constantemente
Para concluir, eres uno de los 23 jugadores seleccionados por USA Basketball para representar a Estados Unidos durante los próximos tres años. A causa de tu próxima paternidad (Billups y su esposa esperan a su tercera hija para el mes de julio) no estarás presente en el Campeonato del Mundo de Japón, aunque muy posiblemente sí que serás requerido para acudir a los Juegos Olímpicos de Pekín. ¿Qué sensaciones tienes cuando piensas en tal posibilidad?
No viajaré a Japón, pero sí que participaré con total seguridad en el training camp de Las Vegas, previo al Mundobasket. Estoy encantado de que USA Basketball haya considerado que puedo ayudar a que nuestro país recupere su dominio deportivo. Con total respeto hacia nuestros rivales, quiero obtener el oro olímpico, quiero contribuir a que recuperemos nuestra antigua situación: la de mejor nación del mundo en el deporte del baloncesto.
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Chauncey Billups: "Llegué a pensar que nunca alcanzaría mi potencial"
Auténtico paradigma del director de juego ideal y del líder perfecto, Chauncey Billups se sincera en una interesantísima entrevista de Marcos Beltrá desde el corazón de la NBA. Llegué a pensar que jamás alcanzaría mi potencial real, que tendría que conformarme con ser un digno jugador de banquillo de un conjunto mediocre , asegura el jugador, que ensalza el espíritu de equipo de los Detroit Pistons: Para nosotros lo único que cuenta es ganar, punto final. Aquí no prevalecen los egos, sino que es el sentimiento colectivo el que prima por encima de todo, añade, acordándose del entrenador Saunders: Ha dotado de una nueva dimensión a nuestro juego ofensivo.
