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De profesión, base

Organizador, creador de juego, director de orquesta, armador… la posición de base tiene tantos nombres como definiciones, pero realmente ¿Qué significa jugar de base en el baloncesto actual? Analizamos la figura tradicional del base y su evolución de la mano de Quino Colom y Dani Pérez.

acb Photo / S. Geronès
© acb Photo / S. Geronès
  

El baloncesto es un deporte de altos… donde mandan los pequeños. O eso al menos era hasta ahora. Tradicionalmente, la posición de base había sido el redil que encontraban los bajitos para practicar el deporte de la canasta. Durante años, se han encargado de dirigir al equipo, ordenar a sus compañeros, templar los ritmos del partido y, si era necesario, resolver dando un paso adelante.

Toda una idiosincrasia posicional que convertía a los bases en jugadores especiales. “Va más allá de simplemente jugar ahí. A mí me gusta el estilo de base, de poder dirigir al equipo, de poder ser un poco lo que quiere el entrenador en la pista, ser el jugador que tiene que organizar todo, crear para los demás y hacer el juego más fácil para todos los jugadores”, nos reconoce Quino Colom.

El base de Bàsquet Girona responde perfectamente a ese rol de base cerebral que antepone el valor del equipo al lucimiento individual. Con más de una década brillando en la Liga Endesa, el jugador andorrano ha repartido más de 1.000 asistencias entre los siete equipos en donde ha jugado.

Cifras que incluso supera Dani Pérez, el faro que guía el juego de BAXI Manresa. Para el jugador de L’Hospitalet de Llobregat ser base significa “ser la proyección del entrenador en la pista, intentar hacer jugar al equipo como quiere el entrenador y poner el ritmo. En mi caso, me gusta que mis compañeros se sientan cómodos conmigo en la pista”.

acb Photo / J. Alberch
© acb Photo / J. Alberch

Un estilo de juego que, sin embargo, está cambiando en las últimas décadas. Y es que, al igual que evoluciona el baloncesto, también lo hacen sus posiciones y los roles dentro del parqué y ahora el base ha dejado de ser la figura organizadora para convertirse muchas veces en un estilete anotador.

“Sí, yo creo que cada vez el base director, un poco organizador que antiguamente era como se caracterizaba la posición, desaparece y que cada vez hay más jugadores de uno por uno o anotadores. Cada vez hay menos jugadores que quizá se dediquen a organizar el equipo”, reconoce Dani Pérez. Sin embargo, el base del equipo manresano señala que “siempre creo que en todo equipo hace falta un jugador de este estilo y aunque es verdad que está cambiando un poco, yo creo que se mantendrá en el juego, la posición de base clásica, digamos”.

Una evolución que también observa un Quino Colom a quien los nuevos tiempos no le acaban de convencer. “Me gusta menos adónde va evolucionando porque creo que cada vez son más y más anotadores, más físicos y menos un poco de la vieja Guardia. Es algo que sucede en general a todos los jugadores, cada vez tienen menos técnica y quizá hay más explosividad o más anotación y yo soy un poco de la vieja Guardia. Soy de los pocos que quedan todavía, que preferimos el pasar y el organizar porque eso nos crea muchas más satisfacciones que anotar”.

Los dos comparten la idea del base como prolongación del entrenador en pista, aunque esta con los años también está cambiando y Colom considera que “ahora los bases son diferentes. Yo creo que se piensa mucho en anotar y te olvidas un poco de lo que es organizar el equipo, de dirigir, de pasar, de buscar al jugador que está un poco más caliente. Son cosas que van evolucionando y yo estoy seguro que en unos años volveremos otra vez al base de puro, al director, pero es verdad que siempre con más físico”.

Entra en el debate la cuestión del físico y cómo cada vez hay más bases más altos y con mayor capacidad atlética. “Desafortunadamente para bases como yo, cada vez son más rápidos”, reconoce Colom. “Ahora ves los campeonatos sub18 y el peor de todos hace un mate en la rueda que alucinas, cuando algunos todavía no llegamos al aro”, añade con una sonrisa.

Para Dani Pérez, en el baloncesto actual “cada vez las posiciones están menos definidas y obviamente un jugador pequeño sufre o puede sufrir según contra quién se enfrente. En cualquier caso, nos defendemos a pesar del tamaño”.

SER BASE EN EL BALONCESTO MODERNO

acb Photo / J. Alberch
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Todos estos cambios nos obligan a repensar la posición y a dar cabida en ella a una mayor amalgama de jugadores. Ahora bien, ¿El base nace o se hace? Para Dani Pérez “se nace… y luego tienes que trabajar. En mi caso, siempre desde pequeño me ha gustado jugar de esta forma y me fijaba en jugadores de este estilo. Supongo que al final cuando eres pequeño y te fijas en un estilo de jugadores es porque quieres ser como ellos o quieres aprender de ellos. Yo me fijaba en jugadores como Steve Nash como Jason Kidd que son bases de los antiguos y que generaban mucho para sus compañeros”.

Una opinión compartida por Quino Colom quien, además, introduce el matiz de la pasión por la táctica. “Yo creo que a casi todos los buenos bases que yo conozco les gusta mucho baloncesto, entonces miramos mil videos. Yo, el año de Kazan, te puedo decir que estaba ahí en Rusia y veía 20 partidos la semana. Al final también ves jugadores que te gustan, vas viendo un poco cómo es el baloncesto, dónde se crean las ventajas… tienes que ser un poco loco del baloncesto para para poder entender estas cosas y, claro, también que te las expliquen bien”. Escuchando a Quino quizá se entienda mejor porque hoy en día muchos de los grandes entrenadores antes fueron bases.

Una convivencia que también va variando e introduciendo matices como el scouting moderno. Un sinfín de datos técnicos y variables numéricas que también afecta al desarrollo natural del base sobre el parque y su tradicional creatividad. “Creo que se está quitando un poco porque ahora se calcula mucho la pérdida, está todo muy calculado: cuánto has corrido, cuántas pérdidas has tenido… yo creo que hay momentos también para cosas que no son la estadística como el espectáculo de hacer un alley oop o un paseo bonito que, aunque sean igualmente dos puntos, animan mucho al equipo, a la afición y generan un ambiente que puede ser muy beneficioso para el equipo en ciertos momentos”, afirma Colom.

Opinión compartida por Dani Pérez aunque éste reconoce que todavía hay momentos para la improvisación y la magia de los bases. “Obviamente los partidos se trabajan mucho tácticamente, pero luego en la pista no sale siempre todo como lo planeas y al final hay que hay que poner un poco de cordura y un poco de orden en el juego, aunque es verdad que hay mucho scouting y que antes de los partidos ya está todo muy preparado”, dice.

ACB Photo / BorjaB.Hojas
© ACB Photo / BorjaB.Hojas

Pero si la táctica quizá ha podido encorsetar más el juego de los bases, la realidad es que en los últimos años también ha introducido la variante de ver a dos bases compartiendo minutos en pista. “Sí, porque al final puede haber un base que sea el más anotador del equipo. En Europa hay jugadores como Mike James o Shane Larkin a los que se les etiqueta en la posición de base, pero que son anotadores. Creo que las posiciones son un poco de cara al papel y de cara a la estadística, pero luego en pista uno puede desempeñar un rol u otro independientemente de la posición”, afirma Pérez.

A esta realidad Colom añade el hecho de que “da buen resultado poner a dos bases que puedan ir llevando el juego porque también quitas la presión de estar siendo presionado el mismo base y tener que hacerlo todo”.

Al final, un deporte tan vivo como el baloncesto es imposible que permanezca estanco durante mucho tiempo. Las reglas cambian, los cuerpos cambian y los roles dentro del juego también tienen que cambiar. Dani Pérez considera que el oficio de base está evolucionando y que cada vez más se ven “jugadores de uno por uno, anotadores y cuesta más encontrar el base que organice y haga jugar a los compañeros. De todas formas, creo que en todo equipo tiene que haber alguien que organice y ponga un poco de orden. Hay jugadores, como Jokic, que juegan de pívots y al final organizan; hay jugadores como Marc Gasol que sin ser un base de 1,80 jugaba de base midiendo 2,13. Creo que siempre va a haber un organizador en el equipo y eso ya puede ser en la posición de base o en otra posición”.

Opinión a la que se suma Quino Colom añadiendo que se está yendo “mucho a lo físico, como todo el deporte en general, y menos a lo técnico”. En cualquier caso, el base de Bàsquet Girona guarda un halo de esperanza afirmando que “soy de los creyentes que piensa que algún día volverá el base clásico que conocemos. Ahora siguen quedando algunos bases clásicos, pero cada vez menos… los románticos. Hay que ser románticos” concluye Colom.