Artículo

Benjamín Jiménez: dos décadas entre la élite y un reto superado

El colegiado alcanza los 600 partidos acb en pleno arranque del Playoff, un hito que repasa con emoción, gratitud y la perspectiva que le han dado dos décadas de experiencia y la superación de una grave lesión.

acb Photo / Dani Catalán
© acb Photo / Dani Catalán
  

Este miércoles comienza el Playoff para Benjamín Jiménez y lo hace de una manera muy especial, ya que el duelo que dirigirá entre Joventut Badalona y La Laguna Tenerife supondrá su partido número 600 en acb.

Una efeméride que le hacen sentir “una gran gratitud por haber estado durante 21 temporadas en la Liga Endesa y por la oportunidad que se me brindó en el 2004”, señala un colegiado que reconoce estar “contento por llegar a este número. Es una forma de mirar para atrás y ver la cantidad de años que llevo en la liga y las experiencias vividas, tanto las positivas como las negativas”

Entre las positivas, no cabe duda de que siempre quedará el día del debut. Fue un 3 de octubre de 2004, y el Etosa Alicante – C.B. Granada no solo supuso el inicio de la temporada 2004/05, sino también el de la carrera acb de Benjamín Jiménez. “Cuando llegas a un sitio nuevo, está la ilusión de conocer a compañeros nuevos y una competición nueva como es la liga acb, que era una competición que desde pequeñito veía en la tele y al final te ves que formas parte de ella”, recuerda.

Desde entonces, han pasado dos décadas que le han permitido ser consciente del privilegio y la responsabilidad que significa arbitrar al más alto nivel. “La experiencia que te da llevar tantos años en la competición y tantos partidos te va dando otra perspectiva. Al final, cuando llegas siendo un chaval joven, no eres consciente un poco de la importancia y la repercusión que tiene cada decisión que tomas y lo que significa arbitrar en una competición como la liga acb. Con el tiempo y los años, te vas dando cuenta de la importancia que tiene, de la repercusión que tiene y la responsabilidad que supone arbitrar cada uno de los encuentros de la liga acb: sea de la jornada 1, sea un Playoff Final o una final de Copa del Rey”.

600 partidos hablan de la longeva y exitosa carrera de uno de los árbitros más reconocidos de la competición, pero su trayectoria no ha estado exenta de dificultades, y en 2020 incluso llegó a pensar en una retirada anticipada.

Una maldita lesión en el pie y posteriores recaídas tuvieron su momento más crítico cuando su tendón de Aquiles se volvió a romper. Una vez más, tuvo que volver a trabajar en la sombra, lejos de las canchas de baloncesto y recomponiendo un ánimo tras la noticia. Fueron meses duros, pero que tuvieron un final feliz cuando regresó arbitrando una final de la Copa de Andalucía entre Unicaja y Coosur Real Betis.

Visto con la perspectiva que ofrece el tiempo, Jiménez confiesa que superar la lesión “es de los retos más grandes que he tenido en mi carrera, ya no como árbitro, sino como deportista. Sobre todo, el reto que supuso tener que enfrentarme a las recaídas, a los bajones mentales y anímicos que sufres cuando te vuelves a romper y no puedes volver a la actividad que llevas haciendo tantos años, no puedes ser partícipe de la competición, del día a día, de viajar y estar con los compañeros, los jugadores, los entrenadores… del cosquilleo y la tensión de los encuentros”.

Sin embargo, el colegiado quiere quedarse con la parte positiva que le dejó aquella dura experiencia y afirma que la lesión fue “una experiencia vital que te hace saber lo importante que es saber dónde estamos y valorarlo. Después de estar prácticamente dos años fuera, valoras mucho lo que tienes”. Para Jiménez “fue un momento importante, sobre todo, a nivel personal y a nivel de superación. Al final, son momentos complicados, obviamente, pero tengo un recuerdo bonito por la superación y lograr volver a disfrutar todos estos años de la competición y de la liga”.

El tiempo siempre da una visión diferente de los hechos que acontecen a lo largo de nuestras vidas, y para Benjamín Jiménez, la lesión también le ha hecho ver con otros ojos su experiencia como árbitro. “Sí, la verdad que el arbitraje ahora lo vivo diferente, principalmente por la ilusión de volver a estar en la pista y un poco por haber logrado superar ese reto”, dice, añadiendo que “con el tiempo, te vas dando cuenta de que la edad se nota y de las consecuencias que tuvieron todas aquellas cirugías. No me sucedió cuando tenía 20 años, y esto final supone que la recuperación no fuese igual que cuando, pues en mi caso, tenía 43 años. Al final, con mucho esfuerzo, mucho entrenamiento, la ayuda de los médicos y cuidándome al máximo, voy logrando paliar las secuelas físicas que quedan en el pie”.

Con tesón, todo el esfuerzo pasado tiene la recompensa de seguir arbitrando en la élite. Una cifra para valorar y recordar, pero lo justo y necesario, pues, como él mismo reconoce, es momento de vivir el presente sin pensar mucho en el futuro. “Mirando para atrás me parece que son muchos años en la liga y son muchos encuentros, pero no pienso más allá. La verdad es que ahora mismo en lo que pienso es en el siguiente: en llegar al 601, hacerlo en las mejores condiciones para dar un buen nivel y ya cuando acabe el 601, a pensar en el siguiente. No pienso en más. Creo que una de las cosas que me ha enseñado la lesión y estar tanto tiempo fuera fue intentar disfrutar el partido siguiente y no pensar en otro ni en más adelante”.