Fuenlabrada, 29 Jun. 2002.- La Liga de Verano de Fuenlabrada estrenó formato, con cuatro combinados de diferentes equipos y países, y llamó la atención por el claro dominio de uno de ellos, el ACB Blacks, campeón con absoluta contundencia.
Formado por hombres de Arturo Ortega, este equipo que llevaba entrenando dos semanas en Madrid con el objetivo de mejorar aspectos de su juego, arrasó en la competición. Con Ángel Navarro al frente y Pepe Laso a la sombra, dirigiendo los entrenamientos, este equipo dio buena cuenta de todos sus rivales y convirtió el torneo en un monólogo de color negro.
No faltaron las emociones, ni las exhibiciones ni las sorpresas. Entre estas últimas cabe destacar la agradabilísima de Albert Sabat. Este pequeño base '1,74 y 16 años-, que pertenece a la disciplina del Casademont Girona, no dudó en llevar el timón de los campeones y, en un alarde de desparpajo y calidad, asombró a los numerosos entrenadores, directores deportivos y agentes presentes. Anotó, dirigió y se confirmó como uno de los más destacados del campeonato, finalizando con medias de 13 puntos y 2,2 asistencias.
Además de la 'sorpresa Sabat', los Blacks aportaron también a otros jugadores al elenco de estrellas del torneo. Guillermo Rejón aportó puntos, rebotes e incluso asistencias, y se convirtió en el líder del equipo. Carlos Martínez demostró su calidad y su arsenal ofensivo, López Valera fue de menos a más y acabó con un sobresaliente, y Javier Pérez y José María Balmón se confirmaron como dos hombres a tener muy en cuenta. Ni siquiera Javier Simón, experto en estas lides, y el portento físico Lucas Tischer desentonaron.
Sondeados los entrenadores y profesionales presentes en las gradas del Fernando Martín, el nuevo formato fue un éxito, aunque siempre mejorable. Se pudo ver a jugadores que de otro modo hubiera sido imposible y, de paso, descubrir a algún jugador con posibilidades de rendir en la ACB. O en la LEB, según pensarán muchos de los representantes de esta liga que asistieron al evento.
Entre los combinados sobresalieron jugadores como el polifacético alero Luis Machado (14 puntos, 10 rebotes y 3 asistencias), uno de los mejores del campeonato, el anotador Ryan Mendez, máximo anotador con 21,0 puntos y cuya próxima consecución de pasaporte comunitario convierte en un jugador muy interesante, el portugués Francisco Jordao, que terminó a un nivel muy alto, Nate Walton, hijo de Bill, que concluyó como mejor pasador (¡y es ala-pívot!) y los ya conocidos Thierry Zig y Perry Carter. Destacables también el primer partido de Peter Heizer y los destellos de clase y futuro de Sam Rotsaert.
En los equipos nacionales no hubo grandes sorpresas. Sobresalió Sergio Pérez Anagnostou en Fuenlabrada, y también tuvieron su ración de protagonismo Nacho González, Lucas Pérez, los hermanos Rafa y Roberto Guerra, Klemensas Patiejunas, Dani Callejo o Iván Villar, entre otros.
Más allá de las actuaciones individuales, la octava edición de la Liga de Verano de Fuenlabrada fue fuente de anécdotas y curiosidades. Desde el comienzo, pues poco le faltó a Sullivan Phillips para no salir del control de la aduana, donde pasó varias horas por haberse olvidado en su casa el visado. No tardó mucho más Carraretto en anunciar que sólo jugaría el primer partido, pues había sido convocado a la selección italiana y debía partir con urgencia.
Ni el asfixiante calor del Fernando Martín 'el termómetro de pista rozó los 40 grados en un partido-, para desesperación del gélido Olafsson y muchos otros, ni la presencia del hijo de Bill Walton pudieron eclipsar el enfado de Moncho Monsalve la segunda jornada. El entrenador de los ACB Reds, en un partido amistoso, se encolerizó por la actuación arbitral y acabó viendo el final del encuentro ante ACB Blacks desde la grada debido a una descalificación. Ante la ausencia de Monsalve, tuvo que ser el carismático Luis Machado quien dirigiera a los suyos.
Lo cierto es que el 'colage' de idiomas causó malas pasadas a los entrenadores. Hablaban en castellano a los españoles, sudamericanos e incluso algún portugués, y en inglés al resto. Tal era la confusión que los hispanoparlantes acababan recibiendo instrucciones en inglés, y viceversa. No faltaron tampoco los juramentos al tendido de Monsalve en inglés, ni sus quejas en el idioma de Shakespeare ante unos atónitos árbitros.
La sala de fisioterapia registró un tráfico infrecuente. Los jugadores acudían constantemente para recibir cuidados... de dos bellas señoritas, principal motivo de tal nivel de afluencia. Ni siquiera su presencia pudo evitar la 'fuga' de Petropoulos, jugador griego al que no le hizo nada de gracia jugar sólo 18 minutos en el segundo encuentro e hizo las maletas de manera anticipada.
Pablo Malo de Molina
ACB.COM