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El carácter de España no entiende de transiciones (64-65)

¡A la final! España volverá a jugar la final del Eurobasket tras dar la enésima demostración de carácter y pundonor frente a Francia. Una inmensa Awa Fam (21 puntos y nueve rebotes), líder de la victoria.

FEB / Alberto Nevado
© FEB / Alberto Nevado
  

En un torneo marcado por las ausencias y el relevo generacional, España volverá a jugar la final del Eurobasket. Lo hace después de completar un maravilloso partido de semifinales y tirar de épica para doblegar a Francia (64-65).

De la mano de una enorme Awa Fam (21 puntos y nueve rebotes) e ingentes dosis de carácter e inteligencia emocional, el equipo de Miguel Méndez superó la capacidad atlética y la calidad de las jugadoras rivales y jugará su tercera final del Eurobasket en las últimas cuatro ediciones.

España salió concienciada de que sus opciones de vitoria pasaban por hacer un partido largo y plantear dudas al rival. Para eso puso de inicio una defensa zonal que paró el alto ritmo anotador galo. De él sólo se escapó Valeriane Ayayi (nueve puntos en el primer cuarto para acabar con 19), aunque la ausencia de tiro exterior impidió que el buen trabajo defensivo sirviera para tener ventajas en el electrónico.

Con un solo triple de cuatro intentos, la ofensiva española en la primera parte en manos del juego interior, especialmente de una gran Awa Fam. La pívot emergió como el gran talento generacional que es y mantuvo a España cerca de una Francia que merced a su mayor acierto exterior y físico comenzó a manejarse con soltura en el encuentro.

El paso de los minutos fue haciendo que su mayor capacidad atlética fuera ganando presencia en el juego y resultado, y por un momento parecía que la final se teñia de blanco francés (43-33 al inicio del tercer cuarto). Pero ahí estuvo la clave del éxito: resistir hasta perseverar por más duros que fuera el partido. España se mantuvo fiel a su esquema de partido, metió el duelo en lo emocional y atacó a Francial cuando a esta le surgieron las dudas en el último cuarto.

FEB / Alberto Nevado
© FEB / Alberto Nevado

El partido arrancó con la típica igualdad que provoca un duelo del calado emocional que tiene unas semifinales. Los dos equipos calcularon muy bien sus primeros ataque para no caer en errores y lo porfiaron al inicio al talento individual de sus jugadoras en el uno contra uno.

La primer en salirse de este guion fue Valeriane Ayayi quien, con cinco puntos seguidos, quiso marcar las primeras diferencias (11-6). Al latigazo ofensivo de la pívot francesa respondió María Araujo con seis puntos seguidos y España volvió a igualar el resultado (18-18).

La puesta en escena no era mala, pero en un deporte de detalles, España se veía a remolque del rival por su ausencia de tiro exterior y un par de errores en bandejas que Francia no tenía. El equipo español sólo lanzó un triple en el primer cuarto y anotó el primero a seis minutos del descanso cuando Francia, de la mano de Romane Bernies, llevaba tiempo mordiendo en defensa y espesando el juego de las españolas.

Un parcial de 12-3 ejemplificó en el electrónico las sensaciones del momento (32-23), aunque España tuvo la virtud de entenderlo y sacar su oficio para que el daño no fuera a mayores y cerró la primera parte con siete puntos de desventaja, pero manteniendo vivas todas sus opciones de victoria.

La mala noticia del inicio del tercer cuarto es que no hubo cambio de guion y Francia, con un triple de Migna Touré (14 puntos) se vio 10 puntos arriba. La mayor capacidad atlética comenzaba a hacer mella en las españolas por más que Fam se multiplicase en ambos lados de la cancha para evitar que la ventaja francesa fuera a mayores. Lo suyo comenzaba a ser épico pero requería de algo más, necesitaba de un golpe anímico y ahí que aparecieron Alba Torrens (12 puntos y siete asistencias) y Helena Pueyo.

Torrens robó dos balones en media pista que supieron a gloria viendo las dificultades para anotar, mientras que Pueyo anotó el segundo triple del partido con el que España retomó la ventaja en el marcador antes de entrar en el último cuarto (46-49).

Los fantasmas del pasado asomaron por las cabezas francesas cuando España se llegó a poner cinco arriba, pero entonces Francia tiró de galones y volcó su ataque entorno a la enorme figura de Ayayi Sin acierto exterior, la interior tuvo que salir al paso en el peor momento de sus compañeras y con dos acciones nuevamente comprimió el marcador.

Por entonces, el partido no entendía de trajes tácticos, mandaba lo emocional y ahí aparecieron con dos triples Fam y Elena Buenavida para poner cinco puntos arriba a España. El instante era inmejorable, pero a él contestó Francia con seis puntos sin respuesta que puso el partido en el columpio.

España tenía el siguiente ataque para ponerse por delante y encontró a Mariona Ortiz con su clásico fadeaway. Era turno de Francia, pero esta falló y le avocó a cometer una falta que transformó Torrens para poner tres arriba a España. Francia tuvo un último ataque, pero tardó en exceso y España eso lo castigó con una inteligente falta personal para evitar el triple.

Bernies tiró a fallar el segundo con la esperanza del rebote… y fue a parar a manos de una Iliana Rupert que se giró para sacar un tiro a la desesperada y encontró la falta a ocho décimas del final. Era un cara o cruz para ambos equipos desde la personal que acabó cayendo del lado español al fallar Rupert el segundo. España tenía el premio a la resiliencia y alcanzaba la final.