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Huesca: Mágica caldera

Hubo un tiempo en el que los "grandes" temían un pabellón pequeño y oscuro, lleno de humo y presión. Era la caldera del Huesca, de los aguerridos verdes, que vivieron 12 años en ACB y cuya historia recordamos en un reportaje de Javier Ortiz

Brian Jackson, un histórico en Huesca (Foto Gigantes)
© Brian Jackson, un histórico en Huesca (Foto Gigantes)
  

Hubo un tiempo en el que los “grandes” de la ACB temían, tras un largo viaje por carretera, un pabellón pequeño y oscuro, lleno de humo (¿a que resulta raro recordar que se permitía fumar dentro?) y que, a rebosar, presionaba el máximo a los visitantes para que la victoria se la quedasen los de casa, los aguerridos verdes. Fueron doce años de ACB en Huesca, una marca indeleble en la ciudad por mucho que pase el tiempo.

La ciudad
Huesca es la capital de la provincia del mismo nombre, en la comunidad autónoma de Aragón. Actualmente tiene 51.000 habitantes. Su iglesia, de estilo gótico, es probablemente su mayor atractivo turístico, aparte de su proximidad a las fabulosas pistas de esquí del Pirineo. Bajísimas temperaturas en invierno.

El club

El Club Deportivo Peñas Recreativas de Huesca estuvo doce temporadas en la ACB, aunque no consecutivos. Fue de los fundadores de la competición en la 83-84, pero descendió y regresó en la 85-86 para no dejarla hasta la 95-96. En total fueron 441 partidos en la máxima categoría, con 173 victorias y 268 derrotas, 36.088 puntos a favor y 37.470 en contra. Tuvo varias denominaciones, fundamentalmente Magia (que promocionaba los parajes de la provincia). También se llamó Argal (embutidos), Somontano (vino) y Grupo AGB posteriormente.

La historia

…En 1977, las peñas de la ciudad se unieron para formar un club que vertiginosamente subió desde Tercera, llegando a la ACB en 1983. No se pudo evitar el descenso, acabando decimocuarto de los 16 clubs. Aparte de los dos extranjeros, Jimmy Wright y Wayne Freeman, brilló Alberto Alocén, un carismático y corajudo alero (14,6 puntos) que continuaría en la plantilla hasta 1991.

…Un año después, el equipo fue subcampeón de Primera B y regresó a la máxima categoría para no abandonarla en más de una década. Durante los primeros años no hubo problemas para conseguir la permanencia. Solía amarrar los partidos de casa con bastante facilidad debido al terrorífico ambiente de su pabellón, invariablemente lleno. El viejo Municipal apenas acogía a 2.500 espectadores oficialmente, pero esta cifra se superaba en ocasiones. El frío de la calle solía contrastar con la alta temperatura interior.

…La mejor clasificación llegaría en la 87-88, décimo. Fue el segundo año de una fórmula que se prolongaría durante cuatro más: la de fundamentarse en una pareja americana de garantías máximas como la formada por Brian Jackson (alero) y Granger Hall (pívot) y “arriesgar” alineando a un español bajo aros. No era tanto riesgo: el club siempre tuvo buen ojo con interiores como Joan Pagés, Antón Soler, Toni Pedrera, César Arranz, Santi Aldama o un imberbe Salva Guardia. Muchos de ellos llegaron después de cesiones de los “grandes”.

…En los 90, el Huesca casi siempre estuvo al filo de la navaja en cuanto a clasificación, entrando en una peligrosa dinámica: 14º en la 89-90, 15º en la 90-91, 17º en la 91-92, 19º en la 92-93, 20º en la 93-94… En sus dos últimas temporadas se salvó en el último “playoff” de descenso, primero contra el Pamesa Valencia y luego contra el Festina Andorra. Parecía que el equipo tenía un ADN especial para afrontar bien esas citas. Sin embargo, en verano de 1996 vendió su plaza al Fuenlabrada.

…Alejado tradicionalmente de los “playoffs” por el título, nunca jugó en Europa, pero sí en la fase final de la Copa del Rey, favorecido por el hecho de que por entonces se accedía a ella después de eliminatorias y no por la clasificación al final de la primera vuelta en la liga regular. Fue en las temporadas 87-88 y 88-89 y no pasó de los cuartos, siendo derrotado por Forum Valladolid (84-76) y Real Madrid (88-64), respectivamente.

…La rivalidad con el otro equipo aragonés de la liga, el teóricamente más potente CAI Zaragoza, fue enconada durante varios años. Ambas aficiones solían desplazarse a seguir a sus equipos cuando se jugaba el derbi, pero por lo general hubo cordialidad. De hecho, algunos jóvenes valores maños como Lucio Angulo o José Miguel Hernández completaron su formación en Huesca, donde podían tener más minutos.

…La vieja reivindicación de un pabellón nuevo no se cumplió hasta 1994, con lo que apenas hubo un par de años de ACB en el reluciente Palacio de los Deportes… cuya ultramoderna cubierta se vino abajo mientras se construía, en 1992. También se ha inundado en algunas ocasiones al estar por debajo del nivel del suelo. Costó 10,2 millones de euros, una gran cifra incluso para la época actual.

Tres partidos

Magia de Huesca 83, Real Madrid 80. 30/12/1988. ¡Vaya manera de acabar el año! Fue la única victoria del club aragonés en su historia ante el gigante blanco (20 enfrentamientos). Brian Jackson, con 32 puntos, estuvo casi infalible; Granger Hall (24 y 15 rebotes) se comió a Fernando Martín y Johnny Rogers. Drazen Petrovic se marchó cabreado de Huesca.

Somontano Huesca 90, Pamesa Valencia 89. 23/4/1995. ¿Quién lo diaría ahora, no? El Huesca mandó a la Liga EBA –entonces segunda categoría nacional— al gigante valenciano… con el factor campo en contra. Ganó el primer partido en la Fuente de San Luis y luego culminó en casa con otros dos triunfos en el tercero y el cuarto. Fundamentales los 35 puntos de Morton (6 triples), pero sobre todo que Wayne Tinkle –que había desquiciado a Warren Kidd—anotase en el último segundo.

AGB Huesca 75, Festina Andorra 68. 12/5/1996. Fue el último encuentro oscense en la ACB y también el de los andorranos. Alphonso Ford (24 puntos) martilleó el aro de los del Principado, bien apoyado por el trabajo sordo de Tinkle (16 puntos y 13 rebotes) y el acierto desde fuera de Carlos Dicenta (16 puntos, 3/6 triples). 5.000 espectadores celebraban con júbilo el triunfo.

Diez jugadores

1. Brian Jackson (alero, 1986-92). Aún hoy es el máximo anotador extranjero de la historia de la ACB. Su muñeca de seda abría todas las defensas, no faltándole tampoco sentido colectivo del juego y un gran espíritu competitivo. Ahora ayuda a niños desfavorecidos en su estado natal, Utah.

2. Granger Hall (pívot, 1986-92). Su sociedad con Jackson fue de las que hacen época. El Huesca le necesitaba tanto que en dos ocasiones sustituyó a otro americano iniciada la temporada. No le encontraban sustituto posible. Una máquina de rebotear con un físico imbatible. Se casó con una oscense.

3. Alphonso Ford (escolta, 1995-96). El club oscense fue su plataforma de lanzamiento para convertirse posteriormente en un anotador dominante a nivel europeo. Mezcla perfecta de base y escolta con múltiples recursos cuando miraba al aro, sumió a muchos en la tristeza cuando falleció en el 2004.

4. Jimmy Wright (pívot, 1983-84). Un pívot a la vez sólido y espectacular, fue el gran sustento del equipo en la temporada del debut en ACB, firmando 23,7 puntos y 8,9 rebotes. Se podía confiar en él cuando se le daba la bola. Su hijo Devin juega en las categorías federativas tras formarse en el Granada.

5. John Morton (escolta, 1994-95). Fue un buen antecesor de Ford, con el mismo estilo de juego, a medio camino entre la dirección y la anotación. Luego se haría más relevante aún en el Gran Canaria, explotando al máximo sus cualidades. Ahora es entrenador asistente en la pequeña universidad de Saint Peter’s.

6. “Charly” López Rodríguez (alero, 1985-87). Un triplista impenitente de la cantera del Estudiantes. Fue, junto con Chicho Sibilio, el primer jugador en sacarle realmente partido a la línea de 6,25, desde donde era realmente mortífero. Llegó a los 19,6 puntos de promedio en la 86-87.

7. Joan Pagés (pívot, 1983-90). Su presencia fue el principal motivo de que el club se pudiera permitir tener un americano exterior, algo poco usual en los 80. Jugador duro y no exento de clase, llegó a debutar internacionalmente, aunque los problemas físicos acabaron acortando una carrera que prometía mucho.

8. Juan Antonio Hernández (escolta, 1988-94). Formado en el Real Madrid y conocido como “Vallecas”, era otra escopeta nacional, aunque con más cualidades defensivas que López Rodríguez. Buena “mano” y solía además conseguir muchas canastas “de fuerza”.

9. David Solé (base, 1988-94). Director de juego serio, de la escuela de Badalona. Aunque con buena visión de juego, le gustaba mirar al aro. Nadie discutió su titularidad durante un lustro en Huesca, imprimiendo su personalidad al equipo, sin hacerse notar demasiado.

10. Nacho Biota (alero, 1992-96). Jugador criado en la cantera oscense, para él tuvo que suponer un auténtico sueño llegar al equipo de su ciudad y procurarse una larga carrera profesional en la que sacó buen partido de su tiro exterior. Su regreso con el club en LEB-2 diez años después no fue igual.

También pudieron entrar: Raúl Capablo, Valery Tikonenkho, Rimas Kurtinaitis, Wallace Bryant, Derek Strong, Bryan Sallier, Reggie Slater, Dyron Nix, Trevor Wilson, Wayne Tinkle, César Arranz, Antón Soler, Iván Pardo, Raúl Capablo, Santi Aldama, Lucio Angulo, Toni Pedrera, Carlos Dicenta…

Tres entrenadores

1. Iñaki Iriarte (1988-92). Muchos quizás le recuerden por su característica mancha facial y sus movimientos nerviosos en el banquillo, pero detrás se escondía un entrenador exhaustivo y pasional que supo sacar lo mejor de un presupuesto muy limitado.

2. Jaume Ventura (1985-88). Con él en el banquillo se logró la mejor clasificación histórica y fue el impulsor de jugar con un americano exterior, lo que a la larga muchos equipos de la ACB acabaron haciendo. Tuvo varias etapas al frente del banquillo.

3. Arturo Ortega (1983-86). Fue protagonista de los primeros años del club en la élite, cuando era poderoso en Primera B y en el furgón de cola de la ACB. Con el tiempo se ha convertido en un hombre muy influyente en el baloncesto español, ya que representa, entre otros, a Pau Gasol.

Y ahora...

El Lobe Huesca finalizó undécimo en la LEB Plata con 14 victorias y 16 derrotas. El base Enric Garrido y el pívot Brandon Wolfram fueron sus jugadores más destacados. También contó con Damián Iturriaga, una gran promesa del basket español que llegó cedido por el Pamesa.