Redacción, 14 May. 2010.- Después de subir al cielo del atletismo y bajar a los infiernos tras descubrirse su consumo de sustancias dopantes, este sábado la vida le da una segunda oportunidad a Marion Jones. La ex campeona olímpica regresa a un deporte que abandonó tras ser campeona de la NCAA con North Carolina y al que vuelve para recuperar el respeto que perdió cuando eligió en su carrera deportiva el mal camino del dopping.
Hoy son muchas las incógnitas que sobrevuelan este regreso al baloncesto, pero Marion Jones piensa que cuando la gente tenga la oportunidad de verme jugar va a tener las respuestas.
Este sábado tendremos la ocasión de verla debutar en la WNBA con Tulsa Shock, el equipo que recoge el testigo de la histórica franquicia de Detroit y que, de la mano de Nolan Richardson, trata de recuperar el prestigio. Precisamente, Marion Jones reconoce la importancia del entrenador Richardson en esta nueva etapa que comienza. Es un gran entrenador. Es el tipo de persona que necesitaba para cambiar. Él está encima mío para que sea mejor.
Preguntada por su retorno, después de pasar un tiempo en la cárcel y siendo madre de tres hijos, Marion reconoce que no busca el prestigio ni la popularidad de antaño, le basta con sentirse bien consigo misma. Si vuelvo es por hacer bien las cosas no es por Marion, aunque quiero triunfar porque siempre quiero tener éxito, pero no vuelvo por ser portada en una revista.
Esa etapa pasó, forma parte de su pasado y aunque lo recuerda con agrado por la gloria mundial que alcanzó a lograr, la hoy jugadora de Tulsa Shock recuerda que esta Marion Jones también mola.