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Los júnior de oro de Varna 1998 y Zaragoza 2004

Los Sanz, Abrines, Fernández o Díez ya han quedado en la historia, pero tienen un brillanet futuro por delante. Repasamos las grandes carreras de diferentes componentes de las plantillas junior de 1998 y 2004

Foto FIBA Europe/W. Figurski
© Foto FIBA Europe/W. Figurski
  

Varna. 1998. Se abría el episodio más dorado de la historia del baloncesto español. Era un triunfo histórico. No fue un simple partido, ni tan siquiera una trascendente final: fue una oda al cambio, una demostración de que España había llegado a la élite y prometía lucha y entrega durante años. Seis años después, en Zaragoza, los júnior volvían a hacerse con el metal dorado. Otra generación entusiasta, diferente, valerosa como la pionera.



Esta selección española Sub18 que ha derrotado a Serbia en la final de Polonia ha quedado para siempre en la historia del baloncesto nacional. No obstante, y viendo los antecedentes, probablemente seguirán dejando sus huellas a lo largo de su carrera. Nos vamos a esos precedentes, y rescatamos a los grandes jugadores protagonistas en 1998 y 2004, los júnior de oro que ha dado España.

Varna, 1998

Pau Gasol Sáez. Es, probablemente, el mejor jugador de la historia de España. Ala-pívot de Los Angeles Lakers, ha sido cuatro veces All-Star, ha ganado dos anillos de la NBA; ha ganado dos Ligas Endesa, ha sido MVP de Eurobasket, Mundobasket, ACB y Copa del Rey; ha sido máximo anotador en dos Eurobasket, fue el mejor novato del año de la NBA en 2001; y más. Sus logros no tienen fin. No sólo deportivos, sino también humanos. Pau Gasol es uno de los referentes sociales de España gracias a su inteligencia y compromiso con la sociedad que le rodea. Uno de los mejores pívots del mundo... que en aquella selección no era ni mucho menos el más destacado. En la final, eso sí, demostró su valía jugando hasta 25 minutos, cuando su media en el torneo fue de 14. Anotó 9 puntos y capturando 6 rebotes. No obstante, dejó entrever la magia que traía el hecho de ser un siete pies con unas manos de base: 3 asistencias y 3 robos. Durante la competición su aportación no sería demasiado importante, quedándose por ejemplo en 5 minutos y 0 puntos en cuartos ante Rusia. Su metamorfosis vendría poco después, pero en aquel entonces pocos podían pensar que se convertiría en todo un líder.

Pau Gasol no jugó en la final de Japón, pero fue el héroe (Foto EFE)
© Pau Gasol no jugó en la final de Japón, pero fue el héroe (Foto EFE)


Juan Carlos Navarro Feijoo. El líder de aquellos junior campeones del Eurobasket de 1998 y del Mundobasket de Lisboa un año después, era Juan Carlos Navarro. Poco ha cambiado: su hábil manejo de balón, su letal tiro, sus penetraciones imparables,... el escolta catalán se erigió como una de las grandes promesas del baloncesto español desde sus primeras incursiones en las selecciones inferiores. Además, labró una amistad irrompible con Pau Gasol. Navarro ha estado presente en los oros europeos y mundiales, y en la plata olímpica de Pekín. A nivel de clubes lo ha logrado todo. Ha ganado 2 Euroligas con el Barça Regal, logrando sendos MVP. Ha levantado 6 trofeos de la Liga Endesa y 5 de la Copa del Rey. El de Sant Feliu de Llobregat es uno de los jugadores más galardonados en la historia del baloncesto europeo. En Varna, lideró en la final con 17 puntos jugando un total de 35 minutos.

Raül López Molist. Indiscutible en la dirección de aquella generación. Junto a Navarro, formaba una de las parejas más temibles de todo el panorama internacional. En aquella final su actuación, junto a la de Juan Carlos, fue decisiva. La estadística quedó para la historia: anotaron un total de 32 puntos entre ambos, siendo los únicos jugadores españoles que superaron la decena de tantos. El Real Madrid pagó al Joventut 300 millones de pesetas por sus servicios, convirtiéndose en el segundo fichaje más caro de la historia de la ACB. Tras sufrir su primera grave lesión de rodilla, dio el salto a la NBA de la mano de los Utah Jazz. Llamado a llenar el hueco dejado por John Stockton, llegó a firmar actuaciones de muchísimo mérito, pero las lesiones le acabaron de cortar las alas. Ahora, se limita a utilizar las piernas, que le siguen respondiendo de una manera dulce. Este verano confirmó su vuelta a la ACB tras un periplo por Rusia, y jugará junto a Aaron Jackson en el Bizkaia Bilbao Basket.

Felipe Reyes Cabanas. Otro de aquella dorada generación de 1980. El por entonces colegial era uno de los batalladores de la selección. Suplía su falta de centímetros con un coraje de raza, innato, que sorprendía a sus rivales. El tiempo no ha mermado sus ganas de triunfar y estas le han hecho ser un fijo de la selección. Oro en Japón y Polonia, plata en Pekín, Reyes ha logrado éxitos también a nivel de equipos: 2 Ligas Endesa, una Copa del Rey y una ULEB Cup con el Real Madrid, su actual club. Un gladiador al que el tiempo le ha dado cicatrices, pero también éxitos.

Carlos Cabezas Eduardo Jurado. Le daba descanso a Raül López. El base malagueño ha tenido una gran carrera con la selección, y aunque no ha sido tan regular en sus participaciones como otros de sus compañeros, estuvo presente tanto en el oro de Polonia 2009 como en el olímpico de Japón 2006. Además, ha quedado para la historia del club de sus amores, el Unicaja de Málaga. Con el equipo malacitano logró un increíble tercer puesto en la Euroliga de 2004, además de un título liguero en 2006 y una Copa del Rey en 2005.

Berni Rodríguez Arias. El alero andaluz fue el sexto hombre en Varna, aunque luego tuvo un papel casi marginal en el oro de Lisboa 1999. Amigo de todos, sus minutos en pista eran escasos. En la final ante la Croacia de Zizc y Stojic dio lo mejor de sí, anotando 6 puntos sin fallo en 22 minutos. Su evolución le demostró como un jugador más que válido. Su liderazgo en el vestuario del Unicaja, al que llevó a una Liga Endesa, una Copa del Rey y una Copa Korac, se tradujo en un importante peso en el banquillo de la selección española. Presente en la histórica cita mundialística de Japón, su última aparición fue en Pekín, en otro evento que quedó para la historia y en la que un junior de oro como él merecía estar.

José Manuel Calderón Borrallo. El base de Villanueva de la Serena no tenía nada que hacer con Raül López y Carlos Cabezas. En Varna, promedió poco más de 10 minutos por partido y se perdió la final debido a una lesión. Un año después, otra lesión le volvería a dejar fuera del Mundial lisboeta en el que España acabaría derrotando a Estados Unidos. Doce años después, Calderón es el base titular de la selección y, aunque no estuvo en el oro de Polonia, sí fue clave en la plata de Pekín (donde también se perdió la final) y en el oro de Japón. Jugador de los Toronto Raptors, su trayectoria en ACB con el Caja Laboral fue mágica: subcampeonato de Euroliga y Copa del Rey, asentando al equipo vitoriano en lo más alto del baloncesto español y europeo. Con cinco temporadas NBA en sus piernas, promediando 9,8 puntos y 6,5 asistencias en su carrera, Calderón ha derrotado definitivamente a la mala suerte con entrega y pundonor.

Zaragoza, 2004

Calderón y Sergio Rodríguez se enfrentan en NBA (Foto EFE)
© Calderón y Sergio Rodríguez se enfrentan en NBA (Foto EFE)


Sergio Rodríguez Gómez. El absoluto líder no sólo de aquella selección, sino de una generación entera que no podía hacer más que abrir la boca y arquear las cejas cuando veían al jugador tinerfeño correr la pista y ejecutar pases inverosímiles. En Zaragoza se confirmó como una de las promesas más firmes de toda Europa con un torneo espectacular: 19 puntos, 8,5 asistencias y 4,6 rebotes, con 20 puntos, 11 asistencias y 5 rebotes en la final. Pronto dio el salto a la NBA, disputando allí cuatro temporadas -en Portland, Sacramento y Nueva York-. Actual base del Real Madrid, con la selección fue base en el Mundobasket de Japón, con apenas 20 años, con un desparpajo que sorprendió a todos los rivales. Además, fue plata en el Eurobasket de Madrid.

Carlos Suárez García-Osorio. Otra perla del año 1986 que deslumbró en aquella cita. También, otra perla de la cantera colegial que tan bien se entendía con su amigo Sergio Rodríguez. Carlos Suárez demostró en Zaragoza que tenía un futuro brillante, promediando 20,1 puntos y 8,9 rebotes, firmando 27+11 en la gran final ante la Turquía de Hakan Demirel. Su arranque profesional fue tímido, pero con una mejora constante que le hizo ser el Jugador Revelación de la Liga Endesa en 2006, y que le hizo erigirse como uno de los mejores jugadores nacionales de la competición. En 2010 fichó por el Real Madrid, justo cuando fue convocado por primera vez a la selección. No obstante, quedó cortado y no entró en la lista definitiva. Este verano tiene otra oportunidad para, al fin, hacer su debut oficial con España.

Sergio Llull Melià. Uno de los últimos jugadores en la rotación, apenas promedió 3,5 minutos en todo el torneo, y en la final no anotó en los 2 minutos que estuvo en cancha. Siete años más tarde, es una de las piezas importantes de la selección absoluta gracias a su versatilidad y capacidad de jugar tanto de base como de escolta. El menorquín fue lo que los americanos llaman late-bloom, es decir, un jugador de explosión tardía. Fichado por el Real Madrid en 2007, pronto saboreó el éxito con la consecución de la Liga Endesa aquella temporada. En 2009 debutó con España, colgándose la distinción de oro en Polonia.

De aquella generación, ningún otro ha estado cerca de debutar con la selección absoluta. No obstante, son varios los que sí han llegado a disfrutar minutos en ACB. Son los casos de José Ángel Antelo, dominante en Zaragoza con 19 puntos y 10 rebotes de media; Albert Moncasi, de la cantera del Barça Regal y que no contaba con demasiados minutos; y Marc Fernández, alero que ha militado en el FC Barcelona Regal, Power Electronics Valencia y Menorca Bàsquet y que era sexto hombre de aquel grupo.