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CAI Zaragoza busca una victoria clave ante un Lucentum en racha negativa

Los zaragozanos, a las puertas del Playoff, esperan ganar al Lucentum Alicante y recuperar el basket average (que es de 2 puntos). Para ello, tienen la duda de Bracey Wright, que podría ser padre en las próximas horas. En los alicantinos todavía no podrá jugar Tyrone Ellis

Foto EFEDOS / Aitor Bouzo
© Foto EFEDOS / Aitor Bouzo
  

Zaragoza/Alicante, 10 Mar. 2012 (EFE).- El CAI Zaragoza buscará mañana una victoria clave sobre el Lucentum Alicante (12.15 horas), en sus intereses para lograr su presencia en el Playoff en un partido en el que tendrá la importante duda del estadounidense Bracey Wright.

El conjunto aragonés se ha impuesto como obligación el triunfo, si quiere seguir optando al objetivo de alcanzar las eliminatorias por el título, pero con el añadido de lograrlo por más de los dos puntos (77-75) por los que el CAI perdió en el encuentro de la primera vuelta jugado en terreno levantino. En el caso de que el conjunto alicantino logre el triunfo en el pabellón Príncipe Felipe se habrá adjudicado una victoria con valor doble, mientras que, en el caso de derrota, sólo si pierde por un punto tendría la diferencia de puntos a su favor. En la clasificación, la ventaja de los alicantinos es de solo una victoria.

El Lucentum Alicante visita la pista del CAI Zaragoza con el objetivo de reencontrarse con el triunfo y acabar con la racha de resultados más negativa de la temporada, tras haber acumulado cuatro derrotas consecutivas.

El Lucentum no podrá contar ante el CAI Zaragoza por cuarta jornada consecutiva con el escolta estadounidense Tyrone Ellis, quien se recupera de un esguince de tobillo que sufrió en la Copa del Rey.

Por el contrario, Txus Vidorreta, técnico alicantino, sí podrá contar con normalidad con el base brasileño Rafa Freire, mientras que dispondrá del escolta navarro Álex Urtasun si considera oportuno darle unos minutos para dar descanso a los jugadores más habituales.

Vidorreta ha resaltado del CAI Zaragoza, entre otras cosas, al pívot brasileño Rafa Hettsheimeir, aunque también a sus compañeros en la zona Pablo Aguilar y Robert Archibald; así como la capacidad de lanzamiento de tres de Jon Steffanson y Chad Toppert o la dirección de juego de Carlos Cabezas y Sam Van Rossom.

El equipo que entrena José Luis Abós apela a su solidez en su pista del pabellón Príncipe Felipe de la capital aragonesa para intentar obtener un triunfo muy importante contra el equipo revelación de la temporada.

La incertidumbre se cifra en si el escolta estadounidense Bracey Wright, que está pendiente de ser padre por segunda vez, podrá o no jugar, algo que depende de cuando se produzca el parto de su esposa, que se encuentra ingresada en Valencia.

Precisamente este hecho ya le impidió estar presente en el partido del pasado miércoles contra el Caja Laboral y ahora amenaza con que se repita la historia.

Para el conjunto maño, la presencia de uno de los pilares del equipo sería reconfortante, ya que sin él el CAI Zaragoza se resiente, tal y como se vio en el encuentro contra el conjunto vitoriano, donde echó de menos los habituales puntos del jugador estadounidense y su acierto en el tiro exterior.

Aún así, los jugadores de Abós están mentalizados para afrontar el encuentro sin un hombre que aparece en las estadísticas de los más destacados de la competición en numerosas facetas como valoración, puntos anotados, porcentaje de tiros de tres puntos, acierto en tiros libres o faltas recibidas.

Por ello, parece evidente que las circunstancias del encuentro no serán las mismas si juega o si no lo hace, ya que en el segundo de los casos obligaría al resto de la plantilla a realizar un esfuerzo añadido para intentar suplirlo en sus facetas más destacadas.

La importancia que el club aragonés le ha dado a este enfrentamiento se refleja en el hecho de que ha pedido a su afición que mañana acuda vestida con el color rojo de su equipación para mostrar, aún más de lo que ya es habitual, su compromiso con el club y los jugadores y también para dar una nota de color al enfrentamiento.