Redacción, 30 Dic. 2015.- El mes que viene se cumplirán 30 años de un momento-icono del baloncesto ACB: el salto de David Russell sobre un niño en la final del primer concurso de mates disputado en España, el 30 de diciembre de 1985 en Don Benito, una localidad de apenas 40.000 habitantes en el este de la provincia de Badajoz. Se ha escrito mucho sobre aquel instante, uno de los que más enganchó probablemente a la canasta a toda una generación, junto con la emergente liga y los éxitos de la selección española. Russell, para tranquilidad de sus fans dementes, vive en Nueva York. Y el niño, que, desde luego, ya no lo es, se llama Gustavo Sosa, fue jugador profesional de voleibol, trabaja en el mundo de la empresa y hasta acude en ocasiones a ver los partidos del UCAM Murcia. Ambos hablan de sus recuerdos de una tarde histórica.
Sosa, que ya tiene 37 años, se reconoce como el niño más envidiado y afortunado de Don Benito y puede que de España durante unos días. Era el primer All Star, el primer concurso de mates. David Russell era de los jugadores más punteros, una auténtica estrella de un equipo potente como Estudiantes. Para mí es todavía tremendo que eso pasase. Según comenta, cada vez que le cuenta a algún aficionado al deporte de cierta edad (mínimo en la treintena) que él era el chico sobre el que voló Russell para imponerse a Wayne Robinson en la apretada final, no se lo cree. Les parece increíble que yo fuese el niño del mate, una pasada. Y todos recuerdan perfectamente la imagen.
Ese póster en Gigantes del Basket marcó en cierto modo la infancia de Gustavo, que todavía conserva como oro en paño la prensa de aquel día y recientemente ha digitalizado la grabación que tenía en VHS. Se encontró en ese show por casualidad: había sido requerido por la organización para formar parte del grupo de chavales que secaba la pista. David nos cogió a tres de nosotros y nos comparó. A mí me eligió por altura, la que le venía mejor. Me dijo que cerrase los ojos. No supe nada más. Me rozó un poco con la bota. Si me llega a dar de lleno
Sólo oí el grito del pabellón. Abrí los ojos y le vi dando vueltas por allí, todos como locos. Supe que había pasado algo, pero no qué exactamente. Vi la puntuación de los jueces. Alguien me cogió y me llevó con Pedro Barthe a ver la repetición en su monitor. Fue la primera vez que vi el mate. Me quedé muy cortado cuando me estuvo preguntando si yo iba a ser jugador de baloncesto, como Russell, rememora.
El impacto de la genialidad del jugador del Estudiantes fue tremendo. Lo vio toda España. Sólo había un canal de televisión y se dio en directo. Lo siguieron millones de personas. Y durante estos años ha salido muchas veces, en promociones y demás. Me hicieron entrevistas en los medios de aquí. Yo era un crío y hasta me imaginaba que me iban a llamar para hacer anuncios. Para Don Benito fue increíble que eso ocurriese, que viniesen todas esas estrellas del baloncesto.

Su vida posterior ha estado muy ligada al deporte. Había practicado varios, incluyendo el basket, pero se decidió por el voleibol en la posición de colocador. Destacó a nivel autonómico y en varios Campeonatos de España y firmó a los 21 años por Granada, donde estuvo cuatro años, tres en la máxima categoría. Al tiempo, estudiaba Empresariales. Cartagena fue su siguiente estación mientras acababa su formación. Tras retirarse, también entrenó. Se quedó en Murcia y trabaja en el Grupo Eulen desde hace siete años.
Después de aquello seguí mucho a Russell, claro. Luego ya, cuando dejó de jugar aquí, le perdí la pista. ¿Qué le diría? Que muchas gracias por elegirme y, claro, por no hacerme daño. Si me da con esa Converse de talla 50 que llevaba, ¡me mata! Me hizo muy feliz durante mucho tiempo. Y también ayudó a que mi pueblo saliese mucho en televisión durante aquella época, apostilla. Vive al lado del Palacio de los Deportes de Murcia y acude a ver al UCAM cuando le cuadra. Intento seguir a los equipos de aquí. Los fines de semana estoy pegado a la televisión tragándomelo todo.
A miles de kilómetros de Murcia, en Queens (Nueva York), David Russell tiene un mensaje para Gustavo: Decidle que le aprecio mucho, que aprecio realmente lo que hizo por mí. Sabía que podía golpearle y se mantuvo firme ahí abajo. No salió corriendo. Estuvo sensacional.
Obviamente, Russell recuerda perfectamente lo que sucedió. Lo tengo claro en mi mente, por supuesto. Lo especial de la situación es que ni yo mismo sabía lo que iba a hacer. Vi al chico debajo de la canasta y se me ocurrió. Y realmente salió como pretendía, añade, no sin mostrar ciertas dudas. No las tenía todas conmigo de que no fuese a pegarle un buen golpe en la cara. Afortunadamente, eso no sucedió.
Los concursos de mates son muy competitivos y todo el mundo quiere ganarlos. Sentí que tenía que hacer algo diferente para poder hacerlo y así fue, apostilla.