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Expedientes X (II)

En el primer Expediente, Javier Gancedo nos sorprendía con la historia oculta de la primera derrota de un equipo NBA frente a uno europeo, concretamente el Maccabi Tel Aviv. Algo que, para más inri, se repetiría poco después ante un combinado de la Liga. La NBA debió sorprenderse tanto como nosotros, porque 4 años después volvería al lugar de los hechos con la firme intención de que la afrenta no pudiera repetirse. Lo que allí ocurrió constituye nuestro segundo Expediente X

Larry Nance, uno de los protagonistas de este Expediente (Foto NBAE/Getty Images)
© Larry Nance, uno de los protagonistas de este Expediente (Foto NBAE/Getty Images)
  

En el primer Expediente X analizamos la victoria del Maccabi Tel Aviv en el que fue el primer partido de la historia entre un equipo FIBA y uno NBA, así como aquel curioso suceso producido en Septiembre de 1980 por el que Julius Erving acabó vistiendo la camiseta del Maccabi durante 20 minutos. Nuestra historia de enfrentamientos ocultos e información sepultada en los archivos tanto americanos como israelíes sigue dando muchas vueltas, pero curiosamente todas convergen en el mismo punto: el pabellón 'La Mano de Elías' (Yad Eliyahu).

Nos situamos de nuevo en Tel Aviv a finales de Agosto de 1984. Tras el inesperado desenlace de las dos primeras experiencias se plantea un nuevo desafío, pero esta vez la NBA no está dispuesta a correr más riesgos que puedan poner en tela de juicio la supremacía del baloncesto norteamericano sobre el resto del mundo. Para curarse en salud, se abandona el formato de partido único para disputar un torneo cuadrangular entre Hapoel Tel Aviv, Maccabi, New Jersey Nets y Phoenix Suns. Mandando un par de equipos competitivos se cubría la eventualidad de un mal día; si uno fallaba, el otro se encargaría de enmendar la plana y dejar las cosas en su sitio de forma definitiva.

Los New Jersey Nets habían dado la gran sorpresa de la temporada 83/84 al eliminar (2-3) a los vigentes campeones, los Sixers de Julius Erving, Moses Malone o Bobby Jones, en lo que fue la venganza de Darryl Dawkins ante su ex equipo. New Jersey aterrizaba sin dos de sus estrellas, el efectivo Buck Williams, pieza clave del equipo, y el sobrio Mike Gminski, el séptimo hombre de la franquicia. Sin embargo, New Jersey contaba en sus filas con gente como el citado Darryl Dawkins, Michael Ray Richardson, Otis Birdsong, el olímpico Jeff Turner, Darryl Walker, Darvin Cook, Mike O'Koren o Albert King, el hermano del 'autómatico' Bernard King.

En la recámara teníamos a los Phoenix Suns, que venían de jugar final de conferencia ante Los Angeles Lakers. Los Suns se presentaron sin Alvan Adams ni el veterano Maurice Lucas, pero su equipo daba auténtico miedo: dos estrellas como Larry Nance y Walter Davis y un grupo de buenos jugadores que hacían las veces de complemento, con Jay Humphries (que tendría sus mejores años NBA en Milwaukee), James Edwards (luego triple campeón de la NBA en Detroit y Chicago) y gente menos conocida como Mike Sanders, Rod Foster o Charles Jones (no confundir con el veteranísimo Charles Jones que acabó su carrera en Houston).

Obviamente el Hapoel no suponía ninguna amenaza digna de tenerse en cuenta, pero aquel Maccabi era duro de pelar. Para mí gusto el mejor Maccabi de la historia, aunque no consiguiera el cetro europeo. Al omnipresente Miki Berkowitz y al no menos mítico Motti Aroesti se sumaban un par de americanos de un calibre excepcional, empezando por Kevin Magee, que venía de castigar el bombo de Manolo tras ganar la copa del rey con el CAI Zaragoza ante el Barcelona y que empezaría, con este torneo, una estancia en el conjunto macabeo de nada más y nada menos que 6 años. Magee era un 4 pequeño pero gran reboteador, buen anotador y con una fortaleza a prueba de bombas. La pareja americana la completaba Lee Johnson (quien, por cierto, realmente se llamaba Leigh Johnson, pero lo bautizaron como Lee), un alero anotador, plástico, efectivo y muy rápido. Estaba claro que este Maccabi podría ser una buena piedra de toque para los conjuntos americanos.

El primer partido del cuadrangular respondió perfectamente al guión y los Phoenix Suns avasallaron al Hapoel Tel Aviv (111-91) con 7 Suns en dobles figuras y 17 puntos de Charlie Pittman. Tras este encuentro llegaba la hora de la verdad: los Nets se enfrentaban, de nuevo, a un ambiente más que hostil en el Yad Eliyahu. Además, Darryl Dawkins iba a ser baja de última hora. En la primera parte, Lee Johnson no tuvo su día: fue mandado constantemente a la línea de tiros libres y sólo consiguió dos canastas en juego. Sin embargo, Berkowitz, siempre en su admirable línea anotadora, y Kevin Magee, sin oposición ante la ausencia de tres de los pívots del conjunto NBA, hacía y deshacía a su gusto, hasta el punto que el Maccabi reboteó bastante más (38-27) que los Nets. Los israelíes tuvieron hasta 11 puntos de ventaja en la primera parte, 37-26, pero la tercera falta de Magee y el buen hacer de Albert King y Otis Birdsong hicieron que los Nets remontasen para llegar al descanso con 4 puntos de ventaja (51-55).

A partir de ese momento sólo hubo un jugador en la pista: Lee Johnson. Anotó 23 puntos en la segunda parte para acabar con un total de 37 y 12 rebotes. En el minuto 30 el Maccabi logró hacerse con el liderazgo en el marcador (77-75) y, a partir de ahí, los nervios de los americanos y el buen hacer del trío formado por Johnson, Berkowitz (26 al final) y Magee (23) hicieron el resto. Albert King hizo 24 para los Nets, junto con 17 de Birdsong y 13 de Jeff Turner. Un público enfervorecido entonaba uno de sus cánticos favoritos, las palabras de Earl Williams: 'Nadie (explícito) al Maccabi en el Yad'.

Segundo acto

Así, tras la victoria (101-82) de los Nets sobre el Hapoel Tel Aviv en un partido absolutamente descafeinado, iba a disputarse la final Phoenix Suns - Maccabi Tel Aviv.

Pero llegado el momento de la verdad, la prudencia de la NBA al presentar dos equipos en previsión de cualquier eventualidad tampoco iba a evitar el naufragio. Los Suns obtendrían una primera ventaja (13-19) que solo serviría para dar paso a todo un festival amarillo y azul. Un parcial de 11-0, con el quinteto base (Aroesti - Berkowitz - Johnson - Magee - Silver) en pista, sería la consecuencia de unos momentos de verdadera inspiración israelí. Pese a que los Suns, con Nance y Mike Sanders a la cabeza, consiguiron volver a poner a su equipo por delante (38-39), no pudieron parar en ningún momento a Kevin Magee, que se fue hasta los 36 puntos. Además, Berkowitz hizo 20 y Johnson añadió 28. Si entre los tres habían combinado 87 puntos ante los Nets, esta vez hicieron 84.

La ventaja fue creciendo espectacularmente, con el Maccabi jugando al contraataque y desarbolando por completo a su rival: 48-43, 62-47, 101-72' Con seis minutos y medio por jugarse, la suerte estaba echada y el Yad Eliyahu era una fiesta: lo habían vuelto a hacer. Los Suns aún consiguirían maquillar un poco el resultado hasta el 113-98 final, pero lo único que iban a ganar los Suns ese día fue el concurso de mates, con Larry Nance (entonces, vigente campeón de mates NBA) por encima de Darryl Dawkins y Lee Johnson.

Considero que esta doble victoria del Maccabi sobre dos equipos NBA es una de las hazañas más grandes conseguidas por un equipo europeo, y me resulta incomprensible que prácticamente nadie tenga conocimiento de ello. Durante el proceso de recopilación de esta información he tenido la oportunidad de entrar en contacto con gente que pudo vivir directamente las experiencias narradas en estos dos capítulos, y, pese al paso de los años, resultaba emocionante ver la intensidad con que contaban aquellas victorias frente a los más poderosos, lo que unido a esta especie de temor por hablar de ello me hacían sentir una gran envidia por no poder haber sido testigo de semejantes hazañas. En cualquier caso, sirvan estas líneas de reconocimiento histórico a un equipo que, al menos en este particular, ha sido maltratado por el paso de los años: el Maccabi Tel Aviv.

Pero tampoco se cerrarán aquí nuestros Expedientes X. Falta todavía un tercer episodio en el que nuevas cosas saldrán a la luz. Pero no se lo digas a nadie.

Javier Gancedo
ACB.COM

Expedientes X (I)

Expedientes X (III)