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Moka Slavnic, el genio excéntrico

Dentro de la serie de Históricos de la Liga Nacional nos detenemos en esta ocasión en el que fuera jugador del Juventud de Badalona y entrenador del Caja de Ronda, Zoran 'Moka' Slavnic. Sus formas y maneras bastarían para otorgarle el calificativo de "excéntrico", pero su calidad como jugador bastó para superar cualquier obstáculo. Genial con la selección yugoslava, acabó con la hegemonía del Real Madrid en la liga la misma temporada que fichó por el equipo verdinegro. En este artículo, Paco Rengel nos ayuda a conocer un poco más a uno de los mejores jugadores que haya pasado por el baloncesto español

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Una buena parte de los personajes más extraordinarios de la humanidad tuvieron etapas de sus vidas marcadas por problemas psicológicos o psiquiátricos. Quienes hayan ahondado en las biografías de muchos de ellos, pueden aportar nombres con facilidad, como si fuera el mítico concurso televisivo "Un, dos, tres..." Zoran Slavnic (Zemun, Serbia; 26 de octubre de 1949) es uno de los históricos jugadores que pasaron por el baloncesto español. Un genio que no fue al diván del psicoanalista -que sepamos-, pero que dejó huella como jugador por su sabiduría y desparpajo, y por sus excentricidades.

Slavnic fue durante unos meses técnico del Caja de Ronda. Todos los días, en el entrenamiento de la mañana, a las 11.30 en punto, encendía un cigarrillo de la marca Kent. Con el peculiar acento de los serbios que hablan español, el primer entrenador le decía a su ayudante, José María Martín Urbano: “Disssssciplina alemana; todos días, a once y media ‘o’clock’, cigarrillo Kent”. Ya no fumaba más durante el día, pero resulta evidente que la peculiaridad puede justificar el titular de este perfil. Excéntrico; o sea, raro, extravagante.

Dijo Henri-Fréderic Amiel (a quien no tengo el gusto de conocer ni de leer; o sea, que esto lo he sacado de un libro de frases célebres) que el talento consiste en hacer fácilmente lo que resulta difícil para los demás. Y añade el poeta y filósofo suizo (1821-1881): “Hacer lo que es difícil para el talento, eso es el genio”.

Genial

Y si incide uno en algunos aspectos de la trayectoria deportiva de Slavnic llega a la conclusión de que, por los resultados, era un genio: nada más incorporarse a la selección absoluta yugoslava, su país ganó el oro en el Eurobasket de Barcelona (1973). No era un título cualquiera: la URSS dominaba los Campeonatos de Europa ¡desde 1957 (Sofía)! Es decir, ocho ediciones seguidas; dieciséis años de hegemonía indiscutible. Pero Mirko Novosel, nuevo seleccionador, en contra de la opinión del gran Ranko Zeravica -su antecesor en el cargo-, que pensaba que Slavnic rompía por su desparpajo el orden que él imponía al juego del equipo “plavi”, apostó por la libertad en el juego del base del Estrella Roja. Junto a Kikanovic y al mítico Kresimir Cosic, España y Europa descubrieron a la gran Yugoslavia del debutante Slavnic en Barcelona 73.

Pero aún quedaba otro dato estadístico para cubrir del barniz genial al impresionante jugador: cuando llegó al Joventut, en la temporada 77-78, la liga de baloncesto de nuestro país era más ‘blanca” que Florentino Pérez; diez ediciones seguidas -con la dirección de Ferrándiz y la posterior de Lolo Sainz- el título había acabado en manos del club más glorioso del baloncesto español. Pero Slavnic cambió el guión: con Antonio Serra en el banquillo y una pléyade de excelentes jugadores, el Juventud -entonces era Juventud, y así se leía en sus camisetas- ganó el segundo título liguero de su historia. ¿Tuvo algo que ver Slavnic? ¿O son puras coincidencias?

A poco que a quienes le vimos nos quede algo de memoria, sólo podemos llegar a una conclusión: evidentemente se trataba de un jugador de otra dimensión, de un hombre capacitado para cambiar la trayectoria de todo un equipo por su sabiduría, por su habilidad, por hacer fácil lo que resultaba difícil para los demás.

Personalidad definida

El gran maestro de los entrenadores balcánicos, Aleksandar Nikolic, definió así a Slavnic: “Tenía un talento increíble. La vida y el baloncesto siempre fueron para él sólo un juego”. Lo que no sabía Zoran es que su afición por el pastel de moka en su niñez le iba a dejar con ese apelativo para toda su vida. Zoran pasó a un segundo plano, y Moka Slavnic se funden perfectamente para recuperar en la imaginación o en las tinieblas de la memoria la dulzura de un jugador impresionante, capacitado para cambiar el baloncesto; más que apto para que sus acciones encandilaran a muchos que empezábamos a dar los primeros botes con un balón.

Una renovación en las estructuras del Juventud de Badalona trajo a España a Moka Slavnic el verano de 1977. El prometedor Antonio Serra se hacía cargo de la plantilla verdinegra por decisión del director técnico, Jaime Serra. Con la llegada del base internacional yugoslavo, la “Penya” formaba una triple S triunfal, inolvidable. El equipo, con Santillana, un joven Ferrer, Ed Johnson, el “Matraco” Margall (José María), Juan Ramón Fernández, los desaparecidos Filbá, Tato Abadía y Lauro Mulá y alguno más, se proclamó campeón de Liga.

Y todo se vio desde el principio: 49 triunfos seguidos, incluidos los siete que obtuvieron en una gira por Argentina. Fue el 5 de marzo de la temporada 77-78 cuando aquel inolvidable Juventud perdió su primer encuentro: en la cancha del Real Madrid (96-86). Además, aquella victoria blanca, que daba ventaja en el “basketaverage” al equipo de Lolo Sáinz, dejaba el undécimo título de Liga seguido en bandeja para los “merengues”. Sin embargo, unas semanas después, el Barcelona superó al Madrid... Pero esa misma jornada, el cuadro de Serra también perdió (en Pineda, 95-86).

Aquella liga aún tenía resguardada una sorpresa definitiva: el 15 de abril “nace” el “kárate press” del Círculo Católico que dirigía el joven Aíto García Reneses, se produce un escándalo arbitral, pero el Madrid pierde en Badalona (101-97). El Juventud era líder y tenía la liga en sus manos, lo que ratificó dos semanas después al ganar en Vitoria al Baskonia por un concluyente 68-115. El 1 de mayo de 1978, la fiesta en Badalona fue espectacular, con el capitán Santillana paseando la copa ante una enfervorizada afición.

Mala segunda campaña

El campeón, con Slavnic de líder indiscutible en la cancha, perdió la química que le llevó a lo más alto. Se había marchado el presidente Antonio Mas. Serra no supo sacar el mismo rendimiento a una plantilla casi sin variaciones, a pesar de que tenían la responsabilidad de disputar la Copa de Europa.

La Liga 78-79 empezó con una semana de retraso por petición expresa del Club Juventud de Badalona, que tenía a su estrella, Moka Slavnic, defendiendo a Yugoslavia en el Mundial de Manila. Los malos resultados y la personalidad de dos pesos pesados en el vestuario, el yugoslavo y el pívot Santillana, dieron lugar a un enfrentamiento dialéctico entre ambos. El Juventud fue tercero aquella campaña y cayó en cuartos de final de la Copa del Rey.

Slavnic volvió en 1996 al club verdinegro, pero como entrenador. Llegó el 5 de enero con la intención de evitar que el histórico club jugara la fase por la permanencia y lo consiguió: 8 triunfos y 11 derrotas. Pero desde el primer día chocó con el díscolo Randy White. Y su mano se dejó ver en convertir a Villacampa en el líder del equipo.

Pero Slavnic nunca ha sido discreto: criticó abiertamente a parte de la prensa catalana y se fue rodeado de enemigos con colmillos retorcidos.

En su última etapa como jugador, en el Sibenka Sibenik, coincidió con un jovencísimo Drazen Petrovic. Testigos de aquella relación entre el veterano y el “diablo de Sibenik” llegaron a la conclusión de que la altanería y el desparpajo que mostró el gran Drazen los heredó de lo que vio de Slavnic.

Como han podido comprobar, un auténtico genio que nunca dejó a nadie indiferente. En Málaga, cuando se estrenó como entrenador a finales de los 80, y le decían que el “jefe”, el inolvidable Paco Moreno, había dado una orden que él no compartía, gritaba: “Pero, ¿quién es un Paco Moreno para contradecir al gran Moka Slavnic?”… “Ya, Moka, pero es el que manda”, le respondía su siempre fiel ayudante, José María Martín Urbano.

Aquella temporada, Moka se fue unos días a su país con su familia y prometió a Martín Urbano y a su mujer el mejor regalo que jamás les habían hecho nunca. Ellos, quiera que no, tenían cierta ilusión. Entonces, las pieles se adquirían a buen precio en la antigua Yugoslavia, por lo que intentaban adivinar cuál iba a ser “el mejor regalo de la historia”. Después de las fiestas, Moka apareció con una cinta de vídeo de una película pornográfica. Genio y figura.

Bibliografía

  • Joventut Badalona, la quintaesencia del basket. Seis décadas de ejemplar historia de un "grande” de Europa”. Autores: Justo Conde y José Ramón Ramos. Publicado por el Club Joventut Badalona (1992). Este libro se lo regaló y dedicó al autor de este artículo Francesc Cairó.

  • Joventut, de la crisis a la Copa (en catalán). Autor: Jaume Rius. Editado por Complex & Ass., S. L. Regalado y dedicado por el autor.

  • 100 Gigantes del Basket Mundial” (coleccionable de la revista “GIGANTES DEL SUPERBASKET”). Este lo compré y lo encuaderné. De nada, Paco Torres.

FICHA PERSONAL

Moka Slavnic
Zemun (Serbia), 26 de octubre de 1949. Base, 183 metros.

Trayectoria deportiva
Estrella Roja de Belgrado (1963-1977)
Joventut de Badalona (1977-1979)
Sibenka Sibenik (1979-1981)
Partizán de Belgrado (1981-1982)
Indesit Caserta (1982-1983)

Títulos
Una vez campeón de la Liga Española (1978).
Dos veces campeón de la Liga Yugoslava (1969 y 1972). Tres veces campeón de la Copa Yugoslava (1971,1973 y 1975).

Logros individuales
Fue 214 veces internacional con Yugoslavia. Oros conseguidos: Juegos Olímpicos Moscú (1980), Mundial de Manila (1978), y Europeos de Barcelona (1973), Belgrado (1975) y Lieja (1977).
Platas: Juegos Olímpicos Montreal (1976) y Mundial de San Juan (1974).
Bronce: Eurobasket de Turín (1979).