26 Jul. 2005.- Hablar de la NBA hace algo más de una década era hacerlo de una competición al alcance de muy pocos, de un 'club privado' sólo para privilegiados. Contados eran por aquel entonces los jugadores nacidos fuera de los Estados Unidos que tenían la ocasión de demostrar en alguna de las franquicias que la componían esas virtudes que les habían permitido cruzar el charco para comprobar que tenían sitio en la mejor Liga del mundo. Luego unos, la mayoría, se limitaban a calentar banquillo a la espera de esos minutos en los que ganarse la 'confianza' de su entrenador. Mientras que otros, como sucedió con el malogrado Drazen Petrovic, se veían obligados a defender la camiseta de equipos poco menos que marginales para disputar más de una veintena de minutos. Y pensar que ahora todo es tan distinto.
Lo mismo sucedía con las Ligas de Verano... esas competiciones en las que los veteranos se dejaban la piel por ganarse un buen contrato, o los más inexpertos trataban de plasmar sobre el parket que eran unos auténticos 'pross'. Hasta los más grandes tenían que sudar sangre en plena canícula para abrirse paso entre los mejores. Ahora no es extraño ver a jugadores españoles disputándolas, con la mente puesta en dar el salto a la NBA (el caso de Fran Vázquez es el más reciente, sin olvidar las experiencias vividas con anterioridad por Gasol, López o Miralles), aunque como sucediera con José Miguel Antúnez (Rockets por unos días) a mediados de los 90, el objetivo era mejorar determinados aspectos individuales y colectivos.
Sin duda, merece que echemos la vista atrás y recordemos lo sucedido en 1985 -en agosto de ese año para ser más exactos-, cuando Fernando Martín se convirtió en el primer español en jugarlas. Recién finalizado el Europeo disputado en tierras alemanas, el pívot madrileño hizo las maletas y se marchó ilusionado en volver formando parte del roster de los New Jersey Nets, la escuadra que lo había elegido en el draft de ese mismo año (segunda ronda, puesto 38). Un pionero que abrió el camino americano a generaciones venideras.
Unas excelentes credenciales
El hecho de haber formado parte de la selección que alcanzó la plata de Los Ángeles fue, sin duda, la mejor tarjeta de presentación de Fernando Martín en un baloncesto tan diferente al europeo. En California, cosas del destino, comenzó la aventura de nuestro protagonista, aunque nunca llegase a jugar en Los Lakers como muchos especulaban. Un equipo de segunda fila como los Nets -lo veían como el relevo ideal para Buck Williams, uno de los '4' más completos y rocosos de los primeros 80- se adelantó al angelino.

Catledge que podría dar perfectamente el salto a la NBA.
La prensa española desplazada (Marca, AS, Nuevo Basket...) contaba desde la distancia lo bien que le estaban saliendo las cosas al '10' por antonomasia de nuestro baloncesto, incluso bromeaba cuando Fernando Martín les decía que si Bruce Kuczenski (pívot de 2,08, con el que le tocó compartir habitación, que años
más tarde jugara en nuestro país con prestaciones más que discretas) había tenido la ocasión de jugar ante los mejores, él también. Por cierto que aquel verano, la gran mayoría de extranjeros que habían disputado la última edición de la ACB soñaban con convencer a los distintos ojeadores de los equipos NBA allí presentes: George Singleton, Mike Schultz, Bob Thornton, Orlando Phillips, Claude Riley, David Russell... (a la hora de la verdad, ninguno pudo ver su sueño hecho realidad).
Todo iba viento en popa para Martín... Hasta que llegó la hora de la verdad. Los Nets lo querían, pero no pusieron toda la carne en el asador para ficharlo. Así, ante la imposibilidad de firmar un contrato acorde para un jugador de su calidad y, principalmente, no poder disputar el Mundial que algunos meses después se disputaría en España (la FIBA prohibía disputar cualquier competición oficial a los 'profesionales') decidió quedarse en el Madrid una campaña. Se había 'salido' en tierras americanas, pero su esfuerzo no tuvo la recompensa por él esperada. Por ello un año más tarde (esta vez en el campus estival de los Portland Trail Blazers) Fernando Martín trabajó tan bien dentro como fuera de las canchas para estar en el roster definitivo del plantel de Oregón, el mismo que se convertiría en uno de los más competitivos de la temporada 86/87. Eso sí, no se libró de esos partidos veraniegos, en los que tantos y tantos intereses hay en juego (sus números, estadísticamente hablando, fueron los mejores de todos aquellos que peleaban por un objetivo común).
Unos intereses que pueden dar sus frutos, como sucedió con Fernando Martín o
como espera Fran Vázquez, posiblemente, el próximo españolito que debute en
la NBA.