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La hora de Aday Mara

Con los pies en el suelo y arropado por un Casademont Zaragoza que cree ciegamente en él, Aday Mara cumple 18 años convertido en algo más que una perla de futuro. Así llegó a la élite un siete pies marcado por sus genes, su implicación y su buen humor

  

No todos los días se cumple 18 años. Este viernes 7 de abril Aday Mara llega a la mayoría de edad convertido en la perla del Casademont Zaragoza, visto ya como una de las grandes promesas del baloncesto nacional. Lo más curioso es que lo suyo venía de serie.

Su padre, Francisco Javier Mara, llegó a disputar 5 partidos acb en la segunda mitad de los 80 (un par en la 1986-87 y otros tres compromisos en la 1987-88) e incluso tuvo que defender a Toni Kukoc en un encuentro de la Copa Korac. Su madre, la central Geli Gómez, se coronó una de las grandes del voleibol español, con más de 170 partidos internacionales -también lo fue como jugadora de vóley-playa- y 6 títulos ligueros.

El 'pequeño' gran Aday, muy unido a ellos, quería al principio dedicar sus privilegiados genes al mundo del balompié, soñando con ser como Iker Casillas. "Todavía sigue jugando a futbol, pero ya lo estoy llevando por el buen camino, el baloncesto", afirmaba su papá en una entrevista que se pudo leer en esta web hace una década, a través de Javier Ortiz y su sección en Endesa Basket Lover. El niño solo tenía 8 años, pero con 1,67 de altura, el deporte de la canasta parecía llamarlo a gritos.

Se le daba muy bien. Más allá de la altura, destacaba su inteligencia en pista, su dominio del balón y del bote, la facilidad para adaptarse a lo que le pidieran y para moverse por la cancha, su versatilidad y capacidad de pase, además de una agilidad más propia de rivales más pequeños. Mara empezó a hacerse un nombre en tierras mañas en minibasket, defendiendo los colores del histórico Basket Lupus, antes de que el Basket Zaragoza lo captara para su cantera como alevín.

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Como la entidad aún no tenía equipo de esa categoría, lo envió al equipo vinculado, El Olivar, donde siguió creciendo sin mesura, dentro y fuera del parqué, al igual que en su regreso a Zaragoza, ya como infantil. En ese momento ya nadie dudaba de que era un jugador fuera de lo común, especial. Y como tal había que tratarlo, tal y como explicó, en un reportaje de Heraldo, su entrenador en esa categoría, Jorge Samper: "Como Aday modificaba su cuerpo tanto de un mes a otro, había que volver a empezar. Pero disfrutaba jugando, lo más divertido era ver lo bien que se lo pasaba. La pasión de cualquier niño de 11 años, pero multiplicada por tres".

Una alegría tan poco disimulada acabó transformando su carácter, algo reservado y tímido hasta entonces, pasando a ser un adolescente muy extrovertido en sus años como cadete, donde su nombre empezaba a ser conocido también fuera de Aragón. Con solo 15 años acumulaba más de 20 minutos por partido en EBA (6,5 puntos, 5,3 rebotes), algo que únicamente había logrado Tiago Splitter. Y, cuando jugaba con los del cuadro júnior, con compañeros y rivales mayores que él, no le daba miedo nadie: 8,5 puntos, 10,5 rebotes, 3,5 asistencias y 14 de valoración media en el Adidas Next Generacion de Estambul.

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El siguiente curso, 2021-22, fue el más importante para dar el paso definitivo en su aún joven trayectoria. Arrancó la temporada en El Olivar, en EBA (12 puntos, 9 rebotes, 22 de valoración en su estreno), fue cedido con 16 años al Huesca, de LEB Oro (13 de valoración en 15 minutos en su estreno, con 8 puntos sin fallo, 5 rebotes y 3 tapones) y, a las dos semanas, era recuperado por el Casademont Zaragoza, llegando a debutar con el primer equipo en un duelo de FIBA Europe Cup, con 6 minutos inolvidables frente al Reggio Emilia. Dos tiros libres, un tapón... y el respeto de Jaume Ponsarnau: "Me gusta su sonrisa, su ilusión y su jeta. Es especial". Un viaje de vértigo.

En mitad de la locura, entre tanto halago, reportaje grandilocuente e inusitada expectación, el Casademont Zaragoza supo manejar la situación para que el chico no despegase los pies del suelo. No había por qué tener prisas. Su hora de tecnificación y pesas antes de las clases en el instituto, sus entrenamientos por la tarde, su comprensión y su apoyo, en constante aprendizaje del jugador. Aday Mara volvió a pasar por Huesca antes del final de campaña -cumpliendo su sueño de medirse a un Marc Gasol al que pidió la camiseta- y encandiló una vez más en Europa, con 12,6 puntos, 5 rebotes, 1,9 tapones, 1,6 asistencias y 16,4 de valoración en el Adidas Next Generation Tournament de Varese.

Sin embargo, lo que terminó de disparar la 'adaymaramanía' fue su rendimiento con España en la Copa del Mundo Sub17. Nadie produjo tanto en tan poco tiempo: en poco más de 18 minutos por partido le dio tiempo a promediar 16,4 de valoración, con 12,6 puntos (71,2% en el tiro, segundo mejor porcentaje del torneo), 5 rebotes y 1,6 asistencias. Por si fuera poco, se guardó lo mejor para la final contra Estados Unidos, con 16 puntos, 7 rebotes, 5 tapones, 25 de valoración y los elogios de scouts de todo el planeta. Definitivamente, aquel chico tenía algo.

"Nunca da un paso atrás"

Los 5733 espectadores que acudieron el pasado 16 de octubre de 2022 al Príncipe Felipe podrán presumir siempre de ver el debut oficial de Aday Mara en Liga Endesa. ¡Y qué debut! Un mate por aquí, un alley-oop por allá, un triplazo sin pensárselo... y desparpajo, mucho desparpajo. Con 17 años, 6 meses y 9 días, el pívot sumó 8 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia y 10 de valoración en 19 minutos y medio frente al Cazoo Baskonia. Jamás un siete pies español de menos de 18 años había hecho algo así. Y, en toda la historia, únicamente Porzingis y Balcerowski podían presumir de una actuación igual sin cumplir la mayoría de edad.

Al día siguiente, como si nada, el chico empinaba codos en casa porque esa semana había examen sin imaginar que, un par de semanas después, con la llegada de Porfi Fisac en sustitución de Martin Schiller, pasaría a formar parte, por derecho propio, de la primera plantilla. "Me gusta la gente valiente", diría su nuevo técnico, que llegó a un pacto con sus padres: en semanas fuertes de estudios le darían más flexibilidad en los entrenamientos.

El 6 de noviembre, el segundo aviso, protagonizando alguno de los mejores momentos del bombazo zaragozano frente al Real Madrid. Imposible exprimir mejor su tiempo en pista: en menos de 8 minutos y medio sumó 8 puntos (2 mates), 4 rebotes, 1 asistencia, 1 tapón, 2 faltas recibidas y 11 de valoración.

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Sin previo aviso, Aday se había convertido en una pieza valiosa desde el banquillo del Casademont Zaragoza, con más minutos desde final de año, abriendo 2023 con destellos cada vez más serios frente a BAXI Manresa (10 puntos, 8 rebotes y 18 de valoración... ¡en menos de 16 minutos!) y Valencia Basket (10 puntos y 5/6 en el tiro, en 14 minutos) antes del parón copero, donde aprovechó para cruzar el charco.

Elegido como una de las 40 grandes promesas mundiales para participar en el Basketball Without Borders, en Salt Like City, Mara regresó de Estados Unidos con la vitola de ser elegido entre los 12 mejores por su potencial y rendimiento.

Con la confianza por las nubes, el interior de 2,20 y 2,35 de envergadura vivió un marzo soñado, con otra doble exhibición para recordar que lo suyo no es simplemente un proyecto de futuro. Presente, mucho presente, demostró contra todo un Barça, frente al cual se creció, con 13 puntos, en 17 minutos para la victoria de los aragoneses. Y aún faltaba lo mejor, enamorando contra el Monbus Obradoiro en otro duelo para la historia: 15 puntos, 5 rebotes, 3 tapones y 22 de valoración. Únicamente genios tres genios precoces de la talla de Ricky Rubio, Luka Doncic y Usman Garuba habían logrado una estadística semejante en una edad que le imposibilitaba votar en las elecciones.

Sin miedo a jugadores con más cuerpo, edad o experiencia, siempre ensayando nuevos movimientos o nuevos tiros, con ganas de mejorar y mejorar. Implicado, ilusionado, su bàsquet crece con él. A sus 18 años, Aday Mara deslumbra por su capacidad de pase -Un afamado scout lo comparó con Nikola Jokic, mientras que Veljko Mrsic hizo un paralelismo con Vlade Divac-, por su coordinación y por su forma única, sencilla y creativa al mismo tiempo, de concebir este deporte una vez pisa el parqué.

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Una conjunción del carácter, humildad, responsabilidad, sacrificio, ambición, instinto, educación y buen humor que ilusiona al mismísimo seleccionador nacional Sergio Scariolo: "Es un jugador de un interés extraordinario, porque con los centímetros que tiene muestra una coordinación, una agilidad y un instinto para el juego que son realmente superiores. Tiene un buen toque de cerca, y también buena mano para ampliar su rango de tiro hasta la línea de tres. Aún debe madurar físicamente, pero ya es muy competitivo. Nunca da un paso atrás", señaló en un jugoso reportaje de Gigantes el seleccionador nacional.

En su debe, un porcentaje todavía poco consistente desde la línea de personal (59,3% en Liga Endesa, 55% en el Mundial sub17) y una sobreexitación, propia de su edad, que Porfi Fisac se empeña en controlar: "Quiero que baje un poco esas revoluciones. ¿Tú que c... tienes que hablar con un árbitro acb? Cosa de veteranos. Es un chaval extraordinario, pero hay cosas que le quedan para ver cuál es su máximo nivel".

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Este sábado, el hijo de Javi y Geli espera soplar velas con los suyos, luchando por una victoria en la visita del Gran Canaria, consciente de que este viaje aún no ha hecho más que arrancar. Con 18 años y los estudios de Fisioterapia en mente, Aday Mara está en uno de los mejores lugares posibles para desarrollarse, al calor de un Fisac al que le funcionó la apuesta:

  • Que siga trabajando duro y que siga progresando como lo está haciendo.

Es la hora de Aday Mara.