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10 años atrás
12 jugadores muestran orgullosos alrededor de sus cuellos la primera medalla de oro del baloncesto masculino español. Han hecho historia al convertirse un 12 de julio de 1998 en campeones en el Europeo Junior disputado en Varna (Bulgaria), culminando así un sueño perseguido durante mucho tiempo pero que sólo ellos fueron capaces de alcanzar.
Con el himno español sonando por la megafonía del Palace Sport y los jugadores reprimiendo como buenamente podían unas emociones que estaban a flor de piel, esa generación del 80 comenzó una trayectoria que ha estado marcada por el éxito.
En ese momento no éramos conscientes de que formábamos una generación de la que muchos jugadores íbamos a poder estar en equipos profesionales. En ese momento jugábamos, disfrutábamos, sin pensar mucho en lo que iba a pasar después. Pero ahora da gusto ver que la gran mayoría o muchos de ellos podemos estar haciendo las cosas bien y ayudando a nuestros equipos.
Quien así habla es Raül López, uno de los jugadores de aquella generación, ahora concentrado con la absoluta en San Fernando, donde preparan los Juegos Olímpicos de Pekín. Él fue el gran héroe de la semifinal ante Grecia en aquel campeonato. Pero esta historia la contaremos más adelante. Antes
Todo comenzó en Mannheim
Muchos de ellos no habían cumplido la mayoría de edad cuando se disputó, en abril de 1998, el prestigioso Torneo de Mannheim, considerado el Mundial oficioso de la categoría Junior.
Dirigidos desde el banquillo por Charly Sainz de Aja - quien dijo de ellos estos chicos tienen mucho talento se impusieron en cuatro de los cinco partidos de la fase previa, con un único tropiezo ante Rusia, colándose así en unas semifinales en las que esperaba Estados Unidos. Entonces, Raül López explicó que empezamos pensando que no podíamos ganarles, pero según avanzaba el partido vimos que estábamos a su nivel.
Y vaya que lo estaban Victoria por 108-101 y a la final, que disputarían ante Australia. Igualdad máxima durante todo el encuentro, que se saldó con el triunfo español tras un final de infarto. Empate a 78 y Quedaban 26 segundos, explicaba entonces en Gigantes del Basket Carlos Cabezas, el héroe de aquella final. A mí me llegó la pelota en el centro del campo unos diez segundos después. Entonces ahí me dije esta me la juego yo. Siete segundos, penetro En fin, la recordaré toda mi vida.
Varna, cita con la historia

Tras superar con nota la primera fase, en los cuartos de final la selección española no tuvo problemas para deshacerse de Rusia (73-97), en la que entonces militaba un joven jugador que más tarde daría mucho que hablar: Andrei Kirilenko.
Pero el momento más intenso fue el vivido en las semifinales ante Grecia. Se encontraban las dos selecciones que habían mostrado más fuerza a lo largo del campeonato, pero sólo una de ellas podría disputar el título. De ahí, la seriedad con la que ambos equipos afrontaron el encuentro.
La igualdad fue la tónica de los cuarenta minutos. El marcador señalaba un ajustado 45-44 al término de la primera parte, en un partido en el que Georgios Diamantopoulos estaba siendo el estilete en ataque del conjunto griego (finalizó el partido con 34 puntos).
Y esa misma igualdad se mantuvo hasta los segundos finales. Quedaban 13 en el reloj y los helenos vencían por un solo punto (88-87). España tenía que jugársela a una sola carta y, por eso, Germán Gabriel sacó de fondo y le pasó el balón al hombre que había estado más enchufado en ese partido, Raül López (27 puntos). El base cruzó la pista, se enfrentó a sus defensores, buscó el hueco por el que entrar a canasta y sin pensárselo dos veces lanzó a canasta. Dos puntos y España a la final (88-89).
En esos momentos pasa todo muy deprisa. Estaba haciendo un partido en el que me estaban entrando más tiros de lo normal y eso hizo que la confianza estuviera más alta. Por fortuna aquel tiro entró, pero lo importante es que llegamos a la final, más que mi lanzamiento, porque lo que queda no es lo individual sino el hecho de conseguir un título que en aquel momento era histórico, recuerda el base del Real Madrid.
Aquel fue un triunfo épico, que se refrendó con el éxito en la gran final ante Croacia (81-70), en un partido en el que Berni Rodríguez había sido fundamental. Ha pasado mucho tiempo, pero aquello fue muy bonito. Nos juntamos un grupo de jugadores que éramos realmente amigos. De aquella experiencia me quedo con la gente que conocí, con la que conviví, aunque ganar el título hizo que fuera doblemente especial, explica Raül López.
Un año después llegaría el Mundial de Lisboa y la consagración de aquellas jóvenes estrellas del baloncesto español que, sin duda, han escrito las páginas más brillantes de la historia de este deporte.
Aquellos héroes fueron:
NOMBRE | POSICIÓN |
Raül López | Base |
Carlos Cabezas | Base |
Juan Carlos Navarro | Escolta |
José Manuel Calderón | Escolta |
Souleyman Dramec | Alero |
José López Valera | Alero |
Berni Rodríguez | Alero |
Pau Gasol | Ala-pívot |
Antonio Bueno | Pívot |
Félix Herráiz | Pívot |
Germán Gabriel | Pívot |
Felipe Reyes | Pívot |
CUERPO TÉCNICO | |
Charly Sainz de Aja | Entrenador |
Carlos Sergio | Técnico Ayudante |
Víctor del Tío | Técnico Ayudante |
Juanjo Pérez Toledano | Médico |
José Antonio Betolaza | Fisioterapeuta |
Mikel Lekaroz | Delegado |
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