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Cuando historia y épica se dan la mano...

Un día después del show que protagonizaron Ricoh y Regal Barça, en el encuentro más largo de la historia de la ACB, es el turno de repasar el choque y saborear la épica de un encuentro inolvidable, con declaraciones de Guillem Rubio y Rodrigo San Miguel. Además, disfruta de los mejores vídeos del choque: la película de un día inolvidable, el resumen y la celebración

Celebración a lo grande de Rubio y Bulfoni... no era para menos (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
© Celebración a lo grande de Rubio y Bulfoni... no era para menos (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
  


Épico/a. Perteneciente o relativo a la epopeya o a la poesía heroica; Dicho de un poeta: cultivador de este género de poesía; Propio y característico de la poesía épica; Ricoh Manresa-Regal FC Barcelona. La RAE debería analizar seriamente el desenlace del derbi catalán (¡122-117!) para ir un poco más lejos a la hora de definir esa palabra.

Los aficionados que asistieron al Nou Congost, además de ser testigos directos de un encuentro sencillamente único y lleno de récords, todavía tendrán que agradecer que el encuentro fuese programado para el domingo por la mañana, para no perder horas de sueño ni acabar en plena madrugada, como les ocurrió a los espectadores del Syracuse-Connecticut (¡6 prórrogas!) de hace unas semanas. Con más de tres horas de emoción y suspense, lo de menos era que se enfriara la comida o llegar una hora más tarde de lo habitual a casa.

Y eso que el arranque del choque no hacía imaginar un guión similar, con el Regal Barça escapándose por diez desde el inicio (4-14) y el cuadro local a remolque. Por suerte para los del Bages, la reacción les permitió recuperar opciones al descanso con un resultado que era toda una premonición: 37-37. En la segunda parte era el propio Ricoh Manresa el que tomaba la iniciativa, amenazando con sentenciar a falta de cinco minutos (63-56) y, especialmente, cuando sólo quedaban 40 segundos (71-65). Sin embargo, los planetas se conjuraron a favor de los barcelonistas (triples de Basile y Navarro, Bulfoni emulando a Kus –erró dos tiros libres claves tras acreditar 25/25 en liga- y fallo final de San Miguel) y el choque llegaba a la prórroga: 71-71.

En el tiempo extra, Navarro tomó el testigo (73-78) mas el Tuky Bulfoni deseaba redimirse de la mejor manera posible. De esa forma, con un triple logró empatar el encuentro y, con partido agonizando, logró lo imposible. Pasó de una parte a otra de la cancha como un rayo, logró encontrar hueco en la excelente defensa de Roger Grimau y soltó una bomba que acabó entrando milagrosamente, previo paso por el tablero. Guillem Rubio lo define como algo “increíble. Él estaba convencido de que iba a meter y así ha sido”. En cambio, su compañero lo define entre risas como un “churro. Fueron situaciones extrañas, en el cuarto periodo parecíamos tenerlo perdido y nos remontaron y aquí fuimos nosotros los que lo hicimos con la canasta de Tuky”.

Un partido que dio mucho que hablar
El encuentro ha tenido mucha repercusión en los medios de comunicación, teniendo presencia en informativos a nivel nacional, monopolizando la información de baloncesto en las ondas y provocando titulares grandilocuentes en prensa generalista y deportiva. Así, La Razón titulaba “El partido interminable” y La Vanguardia “El Ricoh Manresa derrota al Barça tras cuatro prórrogas épicas”. Esa línea, en la que se destaca el número de prórrogas, es la que han seguido otros medios como ABC (“El Ricoh da la campanada después de cuatro prórrogas”), El País (“El Barcelona pierde un partido con récord de prórrogas”), El Periódico de Catalunya (“Un gran Manresa hunde al Barça tras 4 prórrogas”), El Mundo (“Cuatro prórrogas para tumbar al Barça”). Entre los deportivos, el Marca abría con un El Manresa-Barça pasa a la historia”, El Mundo Deportivo con un “Triunfo agónico del Ricoh ante el Barça” y el Sport con un exclamativo “El Ricoh Manresa ganó al Barça… ¡tras cuatro prórrogas!”. Por último, el local Regió 7 tira de épica al hablar de “Victoria de leyenda en el partido más largo”.

Aunque si de épica y pasiones hablamos, lo mejor es consultar las sensaciones de los testigos directos de la gesta de Ricoh, los propios aficionados manresanos. Éstos, en el post del equipo en el foro ACB, se deshacen en elogios a su equipo y no ocultan su felicidad tras un partido tan sublime. ¿La primera reacción? La incredulidad: “No había visto nada igual, la magia del Congost”(Ferdinandu), ”Lo más increíble que he visto en la vida” (Sergitala), ”El partido más bonito de toda la historia desde que tengo memoria y uso de razón” (CAT.), “No había visto jamás algo semejante (Vittiman). Este último forero afirma, además, sentirse orgulloso por el equipo y por ”haber tenido la gran suerte de vivir en directo el partido más histórico en ACB hasta el momento”.

Ese orgullo es compartido por giripower (“Estoy orgulloso de mi equipo, mi ciudad y de mi gente, ahora a apoyar todos con pasta a este pedazo de club”), e iceman gervin (“¡Gracias Manresa! Disfrutemos del momento, ya se harán después los análisis”). Como curiosidades, en un encuentro tan lleno de épica Janthony resalta haber podido ver 40 minutos de partido a pesar de perderse la primera parte y ejk confiesa haber grabado sólo hasta la tercera prórroga de lo mucho que se prolongó el espectáculo. Incluso Rakocevic8 llega a afirmar, con simpatía, que si el choque hubiera durado una prórroga más, “veía a Ponsarnau de pívot”.

El público estaba extasiado, los rivales tenían las manos en la cabeza en gesto de sorpresa y, con 81-81 en el luminoso, la segunda prórroga era una realidad. En estos cinco minutos Jordi Grimau respondía el buen partido de su hermano con un triple aunque Navarro volvió a prolongar su exhibición, con ocho puntos en este periodo. En un choque en el que el empate en el marcador era una constante, lo de esta segunda prórroga fue ya todo un homenaje a la intriga. ¿Que Ricoh se escapaba? Regal Barça ponía las tablas. ¿Que eran los barcelonistas los que se ponían por delante? Turno para que los locales empataran. Y vuelta a empezar. Así, hasta en cuatro ocasiones. Incluida una salvadora canasta de Ibaka, a falta de poco más de un segundo, que condenaba al encuentro al tercer tiempo extra. “Siempre se dice que en el baloncesto puede pasar cualquier cosa hasta el bocinazo final, pero lo de este encuentro ha sido extremo”, comenta San Miguel.

Navarro fue una pesadilla para los locales en la prórroga (Foto Manel Mas)
© Navarro fue una pesadilla para los locales en la prórroga (Foto Manel Mas)
La realidad superaba a la ficción y el choque entraba en una dimensión nueva, por la cantidad de jugadores expulsados por faltas (Montañez, Ilyasova, Sada, Bulfoni y Andersen), lesiones (Asselin sin jugar desde el minuto 28 por sus dolores de espalda y Balmón en la grada) y problemas físicos de todo tipo, como las que tenía el propio Guillem Rubio, a la postre el héroe local:“Estaba lleno de calambrazos aunque, vaya, con un resultado así, merecieron la pena”. Entre la incredulidad y la emoción del momento arrancó un tercer tiempo extra en el que los locales aprovecharon los fallos desde la personal de sus rivales para ponerse con ventaja (101-95, min.53). En cambio, San Miguel y Rubio continuaban su recital de tiros libres, aunque los mates finales del omnipresente Vázquez y de Barton, este último a medio segundo del final, rizaron el rizo y convirtieron, uno de los encuentros más emocionantes de los últimos tiempos, en un choque histórico por naturaleza. Habría cuarta prórroga.

Es complicado apelar a la razón, a las tácticas o al puro talento para vencer un encuentro de estas características. En la ACB no hay instrucciones de cómo conquistar un choque en una cuarta prórroga sencillamente porque jamás se vio nada semejante. Ni siquiera en categorías inferiores vivieron Rubio y San Miguel algo que se le pareciera. Con 108-108, 55 minutos de un choque condenado a una hora de baloncesto, 14 empates en el luminoso y las fuerzas escaseando, había que tirar de corazón para vencer el partido. “Después de cuatro prórrogas había que ganar sí o sí. Tanto tiempo luchando, compañeros expulsados, energías gastadas… no valdría de nada si se perdía. Nos sentíamos cansados pero con ganas y fe. Y lucharlo a tope fue lo que nos permitió ganar”, comenta con entusiasmo Rodrigo San Miguel.



Flynn, el jugador que hace unas semanas jugó 67 minutos en el célebre encuentro de las seis prórrogas llegó a afirmar que deseaba que el encuentro terminara, aunque tuviera que vencer el rival. Un pensamiento similar al del propio Guillem, en pleno agotamiento por el esfuerzo: “Llegas a pensarlo y todo. A partir de la segunda prórroga decías ‘que se acabe esto gane quien gane, pero que acabe ya’. Estábamos rotos, rotos”. Pero a pesar de estar en esa situación, sin Ibaka ni Alzamora –el Regal Barça acabó también con Navarro y Lakovic con cinco faltas-, con Diego Sánchez jugando de cuatro y Álex Llorca debutando en un marco incomparable, el Ricoh logró completar la machada. Rubio marcó una canasta clave (113-109) contestada por Lakovic con un triple. Aunque sería la última vez que el Regal Barça amenazaba desde cerca. Los enésimos tiros libres de San Miguel y Rubio acabaron sentenciando la machada. El Nou Congost era una fiesta y los manresanos alcanzaban el distintivo de ídolos por lo logrado tras tres horas de pasión y locura muy difíciles de olvidar. Todos dieron un paso al frente. La gloria no era propiedad de una estrella sino de un colectivo, que se había ganado ese reconocimiento.

Un triunfo, que, para la plantilla del Ricoh, bien pertenecía a sus aficionados. “Cada vez que había prórroga, volvían a animar como al principio del partido. Hemos disfrutado todos juntos y con final feliz”, indica San Miguel mientras que Rubio afirma que en Manresa “siempre se vive algo mágico, y más en estos partidos y con el marcador apretado. Siempre están con nosotros y hemos ganado más de un partido gracias a ellos”.

Rubio y San Miguel, determinantes
Rodrigo San Miguel, en el suelo tras recibir una falta... la cuarta prórroga, a punto (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
© Rodrigo San Miguel, en el suelo tras recibir una falta... la cuarta prórroga, a punto (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
Guillem Rubio fue el gran protagonista del encuentro, merced a sus 34 puntos y 37 de valoración, destrozando sus anteriores registros en estos apartados, 19 y 28. “El mejor partido de mi vida, de siempre, ni cuando jugaba en LEB ni en ninguna categoría inferiores he hecho tantos puntos”. Su show, determinante para los suyos, sólo se vio en parte eclipsada por la enésima exhibición de Vázquez, que con 45 de valoración, le impidió ser el Jugador de la Jornada 27. “Bah, da igual. Los números son anecdóticos, lo importante era ganar y meter distancia respecto a los equipos de Playoff”

El de Terrassa, además, hizo grandes porcentajes (8/11 en tiros de dos y 1/1 en el triple), robó un balón, capturó 7 rebotes y forzó 7 faltas, con las que fue hasta en 16 ocasiones a la línea de personal, algo que nunca le había pasado. Sin embargo, Guillem estuvo soberbio, mantuvo la sangre fría y anotó 15 de sus 16 intentos, números de especialista: “Hoy he estado con mucha confianza desde el principio, desde la rueda de calentamiento me entraba todo y me sentía muy a gusto. Lo de los tiros libres es algo de confianza, cuando empiezas a meter y ves que tiras y sigues metiendo, te creces”.

Guillem tuvo muchos escuderos de lujo y desde Tuky Bulfoni a Javi Rodríguez, pasando por Ibaka o Jordi Grimau, todos merecen su cuota de protagonismo. Aunque destaca el caso de Rodrigo San Miguel que, en el día que se convertía en centenario en la ACB, pasó de estar muy desacertado en el tiro a ser una de las claves de la victoria de los suyos. Sus números (0/8 en tiros de campo, 13/16 en tiros libres, la mayoría en la prórroga) son una verdadera paradoja, en una de las situaciones más raras que San Miguel ha visto en el basket: “Resultó un partido muy raro para mí. Desde el inicio no me veía, físicamente, del todo bien, notándome algo lento y no con mucha energía. Lancé tiros claros y estando solo pero no me entraban”.

Sin embargo, cambió el planteamiento en el tiempo extra y su equipo lo notó. Y de qué forma. “Me dije que tenía que penetrar como fuera, intentar tirar faltas y así fue. Como llevábamos en bonus tanto tiempo, forcé muchos tiros libres. Creo que durante el encuentro llegué a estar en -5 o -6 de valoración y, remando, remando, acabé llegando a los 10. Por ejemplo para mí es la primera que vez que le gano al Regal Barça. Y encima era mi partido número 100. Todo redondo”.

Éxtasis en el Nou Congost (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
© Éxtasis en el Nou Congost (Foto Joaquim Alberch / enCancha)
El choque deja un damnificado claro, el Regal Barça, que debe recuperarse en tiempo récord para afrontar con garantías su eliminatoria de cuartos de Euroliga contra el TAU. Xavi Pascual reconoce que el guión “no ha sido el ideal”, Grimau afirma que “toca olvidar” y la estrella barcelonista del partido, Fran Vázquez, reconoce que “hubiera cambiado sus buenos números por una victoria”. Unos números que no se vieron resentidos por la fatiga, llegando a estar casi 51 minutos en la cancha, algo que dejó atónitos a sus rivales: “Es increíble, el que más ha jugado y al que menos se le ha notado el cansancio”, dice con admiración San Miguel, a la vez que Rubio afirma riendo que no sabe “cómo se va a recuperar Fran. Yo he jugado 35 y estaba reventado, este tío que ha estado casi 20 minutos más…”

Ambos jugadores, felices y conscientes de haber vivido uno de sus días más especiales como profesionales, opinan que la victoria, y más viendo cómo se produjo, es clave para tomar moral y confianza de cara a afirmarse en Playoff y poderle plantar cara a cualquier equipo, en las condiciones más adversas imaginables. Es el análisis más racional de un encuentro difícil de analizar desde los números o en su contexto, en lugar de hacerlo desde las pasiones y la épica.

Y es que sólo la épica puede explicar un tiempo de prórroga y de infarto que actuó de tercera parte del encuentro –veinte minutos de regalo- con un resultado de 51-46, que provocó que los quince minutos de adelanto por motivos televisivos quedaran en pura anécdota en comparación con las más de tres horas de baloncesto que se pudieron ver. El Nou Congost, testigo del tercer encuentro con más puntos en la historia de la ACB, no olvidará jamás lo ocurrido y seguramente cada uno de los 5000 espectadores que asistieron al encuentro le cuenten algún día, a sus hijos o nietos, cómo vivieron un encuentro tan interminable como excelso.