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Carlos Cazorla, del baloncesto a las finanzas

De sumar canastas y rebotes a analizar costes. La vida de Carlos Cazorla ha dado un giro de 180 grados desde que se retiró del baloncesto meses atrás. Ahora, como un estudiante más, cursa administración y finanzas mientras repasa en los recuerdos que deja su longeva carrera baloncestística

(ACB Photo / Alberch)
© (ACB Photo / Alberch)
  

Redacción, 17 Abr. 2012.- Un canario disfrutando de los últimos días de invierno de la fría Vitoria; contraste climatológico que sólo un deporte como el baloncesto podía dar a lugar. Y es que fue el deporte de la canasta quien llevó a Carlos Cazorla a Vitoria cuando apenas tenía 14 años. Ahora, pocos meses después de su retirada, es allí donde ha establecido su residencia.

Tras 16 años de profesional, Cazorla disfruta de la ciudad donde conoció a su mujer y comenzó a ser alguien en un deporte al que ha estado ligado gran parte de su vida. Actualmente, y después de esperar alguna oferta, ha cerrado ese capítulo de su vida para abrir otro al lado de los libros. El ayer jugador es hoy un estudiante más en un ciclo formativo superior de Administración y Finanzas que ha comenzado a cursar este año.

Un estudio algo alejado de lo que se podía suponerse en un deportista, pero que esconde una pasión por la formación en Cazorla. “Me hubiera gustado haber continuado estudiando mientras jugaba pero no lo hice y ahora estoy estudiando para tener un título. La verdad es que estoy contento”, dice

Es importante tener un nivel formativo tal y como está hoy en día el trabajo es importante tener una formación. Elegí esta opción sobre todo porque es práctica y son dos años y no cuatro, que después de tanto tiempo sin estudiar me costaría más, señala un Carlos Cazorla que reconoce, que, como el baloncesto, estudiar también es una cuestión de práctica y buenos hábitos. “Cuesta volver a coger los libros porque llevo tiempo sin hacerlo y porque el cambio es grande. Llevo desde los 14 años que salí de Las Palmas dedicándome en exclusiva al baloncesto y al final se nota”. El cambio puede ser radical, pero Cazorla transmite ilusión con esta nueva faceta y se muestra “muy contento porque me gusta y no me cuesta nada echarle horas. Al final es como todo, hay que entrenar para recuperar el hábito y en eso estamos”. Ayuda no le falta pues a pesar de la diferencia de edad con sus compañeros, tanto ellos como el profesorado, están resultando de gran apoyo para Carlos Cazorla.

Los estudios centran la mayor parte del tiempo en su día a día, pero Carlos Cazorla también reconoce haber ganado con la retirada tiempo para disfrutar de la vida y estar junto a su familia. “Ahora disfruto de vacaciones, de fines de semana y, en general, del tiempo libre. Los deportistas somos afortunados en muchas cosas pero también dejamos de hacer otras y ahora trato de disfrutar con mi familia porque hacía mucho tiempo que no estamos en Vitoria”, comenta un ex jugador que asegura tener la agenda completa porque “estamos con mucha gente y siempre tenemos los fines de semana muy ocupados”.

Son las ventajas de una decisión que también tiene su lado de añoranza. Cazorla reconoce que lo más duro de su retirada ha sido abandonar la competición. “Me he dedicado a una cosa que es mi pasión y eso es un privilegio porque no todo el mundo tiene la suerte de hacer en esta vida lo que quiere”. Son muchas cosas que se añoran con el paso de los días, pero Cazorla fue madurando la idea con el tiempo y, aunque le hubiera gustado tomar la decisión un año más tarde, no le ha supuesto ningún trauma el colgar las botas. “No fue una decisión traumática, estuve esperando hasta el último momento por si salía alguna oferta, no salió y lo bueno es que de un día para otro se decidió y me puse a estudiar. Ahora estoy encantado con esta decisión porque para estar un mes en un sitio, dos en otro... yo no me veía con la ilusión y fuerzas necesarias”. argumenta.

“He disfrutado del baloncesto hasta el último días” asegura un Carlos Cazorla que hace suya la frase de que una retirada a tiempo es una victoria, pues como asegura “no quería arrastrarme por las pistas o no disfrutar. Valoré esta opción de retirarme ahora y ha sido una decisión acertada”.


La entrega como habilidad para el triunfo

A Carlos Cazorla le contemplan 16 temporadas en la élite, 15 de ellas en la ACB con equipos del renombre de TAU Cerámica, Fuenlabrada, Caja San Fernando o Lucentum. Toda una vida que comenzó con 14 años cuando emprendió rumbo desde su Las Palmas de Gran Canaria a Vitoria. Ahora con el paso del tiempo, asegura sentirse satisfecho con todo lo conseguido porque “he hecho todo lo que ha estado en mis manos”. Cazorla señala que durante estos años ha podido hacerlo mejor o pero “lo he dado todo. Estoy contento porque nunca tuve queja de ningún entrenador, de ningún club y lo habré hecho mejor o pero, pero al final lo importante es el trabajo y yo me considero una persona trabajadora”.

“Nunca imaginé que iba a estar tanto tiempo en una liga tan competitiva como la ACB porque hay gente que ha trabajado igual o más que yo y no ha tenido la suerte o ha tenido lesiones como mi hermano Juan Pedro, que tuvo dos lesiones graves y le truncaron la carrera”. La sinceridad de la reflexión de Cazorla abruma tanto como un palmarés donde ha evidenciado una absoluta honestidad en el trabajo que tuvo, curiosamente, una temprana recompensa.

En el palmarés del canario la Copa de Europa del TAU Cerámica en 1996 luce junto a los bronces en un Europeo Junior y una universiada con España y un Campeonato Junior con el TAU Cerámica. Recuerdos de un joven jugador que despuntaba en la fría Vitoria. “Era mi primer año y todo me sorprendía, cada viaje, cada experiencia era nueva y trataba de aprender de cada una de ellas. Luego, conseguir el título en casa y ver la plaza de la Virgen Blanca llena con toda la afición es algo que no se olvidará”, rememora.

Una alegría recubierta de la exigencia de un club que crecía en España y en Europa y que le llevó a tomar la decisión de viajar a Fuenlabrada para tener minutos y crecer como jugador. “Allí es donde a nivel personal he rendido más, tuve cuatro años maravilloso”, señala.

Y de Fuenlabrada a Sevilla para jugar en Caja San Fernando. Cazorla reconoce que era “un paso adelante para ver si podía estar en un club grande y no tuve suerte porque fueron años complicados y allí fue un poco la espina que tengo clavada porque me hubiera gustado estar en una copa del Rey que es un título muy especial. Me hubiera encantado conseguirlo porque es el trofeo más bonito ya que están todas las aficiones y es especial”.

Pero con tantas experiencias, es lógico que no todas fueran positivas, y en la carrera de Carlos Cazorla el año de Menorca le quedó marcado. “fue un año muy duro, el peor profesional porque jugártelo al final en un partido es muy duro. A nivel personal fue difícil porque no rendí y, bueno se sufre pero al final dices ‘por lo menos hemos salvado la temporada’”, asegura un Cazorla que nos recuerda que aquel año el equipo se salvó venciendo en León. “Es complicado porque juegas con la ilusión de mucha gente, el puesto de trabajo de empleados del club y gracias a dios lo pudimos solventar”. Una situación nada agradable que “que no se la deseo a nadie”. Una experiencia única que resume perfectamente a través de la palabras de un ex compañero. “Decía Juan Alberto Espil de su experiencia en Manresa ‘¿presión por ganar? Presión por no descender, eso sí que es presión’”

Pero de la angustia de sufrir casi un descenso, Carlos Cazorla pasó al placer de festejar un ascenso con Lucentum Alicante. Al escolta no le costó tomar la decisión de bajar de categoría aunque sí advierte de las difícultades que entraña la liga federativa. “Es una categoría donde ascender cuesta mucho. Yo llegué de la mano de Oscar Quintana que es el entrenador que más rendimiento ha sacado a mi juego y fue una experiencia difícil porque al venir de ACB me costó adaptarme pero también fue muy bonita”. Un año y un recuerdo: el ascenso en Fuenlabrada, una ciudad siempre de bello recuerdo para el canario. “Supuso una ilusión tremenda. Durante casi todo el año fuimos primeros pero la cosa se torció y tuvimos que ir al Playoff”, recuerda un ex jugador que bromea al señalar que “no podré decir que estuve en una Final Four de Euroliga, pero sí que al menos estuve en una Final Four de la LEB”.

Alicante sería la última estación en un viaje de largo recorrido que el viajero Carlos Cazorla recuerda con la nostalgia justa y la ilusión de saber que el trabajo se hizo bien... muy bien.

 (ACB Photo / Oscar Gimeno)
© (ACB Photo / Oscar Gimeno)

Ahora como espectador, Cazorla disfruta de la Liga Endesa y valora muy positivamente el año de Alicante. Pocos como él saben del mérito de este equipo. “Ya me hubiera gustado haber disfrutado del año que están haciendo”, dice entre bromas. “Es una alegría tremenda porque nadie contaba con ellos y con el trabajo de todo el mundo han logrado estar en la Copa del Rey y competir contra los mejores. Tiene mucho valor lo conseguido por ellos porque en verano estuvieron a punto de desaparecer”.

Por último, Cazorla reconoce que hablar de favoritos es hablar de FC Barcelona Regal y Real Madrid aunque “hasta el final no se puede decir nada”. Cazorla admite que “hace unas semanas el Barcelona parecía un equipo intratable y ahora no. Todo cambia. Es cierto que tienen las plantillas más largas, pero al final es importante ver el estado de forma con el que llegan los equipos porque siempre hay alguna sorpresa”. Quizá esa sorpresa sea Caja Laboral, un equipo del cual opina que “quizá nos tenga mal acostumbrado en los últimos años y se esté siendo muy exigente, pero seguro que va a competir con los grandes de la liga”.

Palabra de un experto. Lo fue en el arte de la defensa y las canastas y ahora trata de serlo cambiando los puntos del baloncesto por los números de las finanzas. Un mundo que ha descubierto con pasión y que reconoce le habría venido muy bien conocer antes. De momento no quiere pensar en un acercamiento al baloncesto, el curso de entrenador de segundo nivel está ahí, pero después de viajar tanto, Carlos Cazorla quiere dar pasos cortos, disfrutar de la familia en Vitoria y marcase retos a corto plazo.