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Slaughter: "La muerte de mi hermano fue una pérdida durísima"

Marcus Slaughter tardó en jugar al baloncesto, hasta los 17 años no lo hizo debido a dos situaciones personales que le marcaron mucho, sobre todo la muerte de su hermano. Pero llegó un momento que se dijo a sí mismo: "Vamos a intentarlo"

ACB Photo / V. Carretero
© ACB Photo / V. Carretero
  

Redacción, 5 Dic. 2012.- En una entrevista de Ricardo González para el diario As, Marcus Slaughter ha explicado el difícil camino que ha tenido hasta llegar al Real Madrid: "Nada merecía la pena ni me motivaba".


El pívot del equipo blanco no jugó de forma organizada al baloncesto hasta los 17 años, ya que su familia "cambió varias veces de casa" y después de la muerte de su hermano, por parte de un policía y padrastro de su novia, quedó destrozado y le costó asimilarlo: "Fue una pérdida durísima. Me costaba seguir con mi vida, cambió mi forma de ser. Necesité terapia y ayuda profesional".


La situación cambio cuando su padre habló con él, me dijo que "así no podía seguir, que era alto y que físicamente tenía condiciones". Así que se dijo a sí mismo: "Vamos a intentarlo".

Ahora reconoce que no quiere "reconocimientos", que juega por su apellido, por su familia y su hermano. El baloncesto le ha hecho cambiar. "Ahora soy un tipo feliz a pesar de que el camino fue difícil y largo, pero he aprendido a disfrutar". Su padre vino a verle a Madrid hace poco y "le pareció todo fantástico".

No se arrepiente de venir a Europa. Ahora en el Real Madrid trata de "disfrutar el presente", ya que tampoco "está tan lejos de la NBA en organización. Puedes ir a Lakers o Knicks, pero Bobcats es como esto, o incluso el Madrid es mejor". Además, dice que "cuando sales de EEUU descubre un mundo que no conocías". Lo discutió con Draper cuando fueron a Memphis: "El mundo es demasiado grande".

En Turquía le chocó el cambió. "No sabía bien cómo comportarme para no ofender a nadie. Fue difícil". Y en Israel recuerda una anécdota: "En un partido la afición visitante estaba como loca y alguien tiró algo a la pista. Los de seguridad corrieron, lo cogieron con la mano y explotó. Un ruido fortísimo y mucho humo", pensó que iba a morir.

En el Madrid se siente como en casa ya que "en otros equipos los locales y los americanos van por separado. Aquí es diferente el feeling, hay buenas personas y te sientes cómodo". Reconoce que aún tiene margen de mejora, sobre todo en tiros libres: "Me puedo comparar con Dwight Howard y eso es muy malo", dice para finalizar Marcus.