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La aparición de Víctor Sada

Con 9 puntos en el último periodo, fue clave en el triunfo azulgrana sobre el Panathinaikos. Y eso que Diamantidis empezó sacando ventaja flotándole en defensa. Con 13 puntos y su crucial aparición final, Sada enterró los recuerdos del Playoff de 2011

ACB Photo / A. Caparrós
© ACB Photo / A. Caparrós
  

Redacción, 10 Abr. 2013.- Desde que se definió el emparejamiento sobrevolaba sobre la serie de cuartos de final del Playoff el recuerdo de los cuartos de final de 2011, cuando el Panathinaikos se llevó el segundo partido del Palau Blaugrana y acabó llevándose la serie por 1-3 con el factor campo en contra.

Las múltiples referencias del técnico del FC Barcelona Regal, Xavi Pascual, en la rueda de prensa previa al encuentro no hacían sino corroborar la marca que dejó aquella serie. Y eso que, dos años después, ambos conjuntos han cambiado radicalmente sus plantillas. Únicamente sobreviven seis jugadores de aquella serie. Por parte ateniense, Dimitris Diamantidis y Kostas Tsartsaris. Por los azulgranas, Juan Carlos Navarro, Erazem Lorbek, Joe Ingles y Víctor Sada.

Precisamente, Sada ha sido el hombre que ha enterrado el infausto recuerdo de aquella serie, para transferir el pesar a las filas helenas. En 2011, la pareja Víctor Sada-Ricky Rubio era concebida por el Panathinaikos de Zeljko Obradovic como escasamente peligrosa desde el exterior. Diamantidis flotaba descaradamente cuando manejaban el balón en la posición de base, colaborando en las ayudas de exteriores e interiores y propagando la sensación de cerrazón defensiva que tan difíciles puso las cosas a aquel Regal Barça de 2011.

Obradovic ya no se sentaba en el banquillo ateniense, el potencial de este PAO parece por debajo de aquel y las plantillas son radicalmente diferentes. Pero esa consigna se mantuvo. Con Víctor Sada partiendo como titular en este Playoff de 2013, Diamantidis volvía a concederle descarada distancia, invitándole a tiros exteriores con los que no se siente especialmente cómodo. Y que acaba por no realizar.

El ataque azulgrana se atascó. De nuevo. El déjà vu era de dimensiones extraordinarias. Las penetraciones encontraban un hombre extra que sortear, la circulación se veía cercenada por un Diamantidis de aspecto omnipresente y el ataque del Barça Regal moría una y otra vez.


Cuando Sada se fue al banquillo en el minuto, el parcial del Panathinaikos era de 2-14, alentado especialmente por el acierto griego en el lanzamiento exterior. Con la salida de Marcelinho Huertas, el ataque azulgrana se alegró brevemente. Por su amenaza en el tiro exterior y su capacidad para ser incisivo.

“Hemos entrado muy mal en el primer y tercer cuarto, muy desconcentrados, sin tiro exterior. Con su defensa conservadora y flotante en mi caso y ayudando mucho dentro y nosotros sorprendidos un poco, cuando no debíamos estarlo, porque lo habíamos preparado”, declaraba Sada al final del partido a la emisora catalana RAC 1, sabedor de que el tipo de defensa se repetiría. “Yo he entrado al partido frío, sin ser agresivo, un poco esperando que todo viniese solo, pero las cosas no vienen solas, las tienes que ir a buscar”, explicaba.

Pero solo los preámbulos condenan a Sada. Su historia es, en realidad, la del héroe del partido. “Ha sido uno de los jugadores clave en la victoria o, tal vez, el jugador clave, incluso”, explicaba Pascual en rueda de prensa. “Saras, Juan Carlos y otros han ido tirando del equipo en muchos momentos, pero su aparición nos ha dado el equilibrio definitivo para ganar el partido”, añadía.

Sada no volvió a pisar la pista hasta el último cuarto. Sarunas Jasikevicius estaba dirigiendo bien al equipo, encontrando buenas situaciones en el bloque y continuación, castigando a Sofoklis Schortsanitis en esas situaciones, contribuyendo de forma especial a sacar al pívot griego del partido. De hecho, Argiris Pedoulakis puso énfasis al descanso en la defensa del pick&roll al base lituano. “En la segunda parte hemos encontrado la solución para el pick&roll que jugaba Jasikevicius en la primera mitad. Lo hemos solucionado con James Gist”, explicaba el técnico griego en rueda de prensa.

Pero apareció Víctor Sada. El base de Badalona logró su mejor anotación de la temporada en la Turkish Airlines Euroliga (13 puntos). Además, nunca había anotado tantos tiros de dos en un partido (5) como frente al Panathinaikos.

“He jugado cuatro minutos de inicio y hasta el último cuarto no he vuelto a entrar. Estaba jodido por no poder ayudar a mi equipo, porque las cosas no estaban yendo bien y en el recuerdo también había la eliminatoria de hace dos años, donde también nos habían hecho una defensa parecida y nos colapsamos muchísimo”, recordaba Sada en el micrófono de RAC 1.

Pero todo cambió. Acompañado de Jasikevicius en la posición de uno, el base catalán supo convertir sus debilidades en virtudes, hasta el punto de liderar la anotación del equipo en el último periodo, en el que anotó 9 puntos. “Al principio de partido muy incómodo –explicaba Xavi Pascual–. La especulación que Diamantidis hacía sobre él hacía que no tuviéramos espacio. En la segunda parte ha sido al contrario, con cortes sin balón hacia canasta, siempre teniendo opciones de atacar”.

Jugando con las esquinas, cortando para aprovechar la atención puesta en la generación de Jasikevicius, Sada ha sido capaz de anotar cerca del aro, además de anotar un triple que ha dado alas a su equipo. “En el último cuarto he salido con una mentalidad completamente diferente en cuanto a ser más agresivo, encarar canasta, en defensa, en el rebote y todo”, explicaba el jugador.

Acompañado de otro base, su peligro ofensivo se multiplicó, al esconder la faceta explotada por el Panathinaikos para colapsar la ofensiva azulgrana. Al inicio de la prórroga, sus cuatro puntos consecutivos dieron la iniciativa al Barça Regal. Y, aunque, con 22,8 segundos en el marcador pudo haber definido el triunfo de no haber fallado los dos tiros libres, Víctor Sada ya había dado la vuelta a la eliminatoria. Y al espíritu de 2011.