Redacción, 28 Sep. 2013.- Hey, qué tal. Soy Nik Stauskas y voy a tratar de batir el récord de 96 triples en cinco minutos. Ahí empezó (casi) todo. El jugador de la Universidad de Michigan Nik Stauskas encendió la mecha que ha acabado llevando a Josh Ruggles al Concurso de Triples de la Supercopa Endesa.
En agosto de 2011, el canadiense, que contaba por entonces 17 años, se propuso batir el récord de triples anotados en cinco minutos con dos balones y un pasador. Eran 96 triples, que quedaron atrás cuando Stauskas supero la centena: 102. Un récord pero a la vez una marca inicial. Todavía le quedaba recorrido. Igual que a Stauskas que, tras recibir miles de visitas en YouTube, pasaría un año en la St. Marks School (Massachussets), antes de ser reclutado por la Universidad de Michigan, donde la temporada pasada anotó 11 puntos por partido siendo novato, con un 44% en triples.
Nik Stauskas se mantendría como protagonista de la historia hasta 2013, cuando Max Hooper se plantearía borrar su récord. Y, con el escolta de la Universidad de St. Johns, la historia se reactivó. Con 108 dejó atrás los 102 de Stauskas, cifra que superó un mes más tarde al alcanzar los 109. Aunque esa solo sería la primera de una larga carrera de récords y contrarrécords, en la que entraba en juego Josh Ruggles.
Empezó el pique. Brandon Ruggles, hermano mayor de Josh y compañero de equipo en el equipo de la Wheaton Academy, le propuso a su hermano pequeño, destacado tirador, probar con el récord. Se puso a entrenar para ello, hasta añadir a sus ya existentes cualidades como tirador la capacidad física y la fuerza mental necesaria para pasarse cinco minutos lanzando sin parar. Claro que entrenar resulta más fácil si tienes una pista en el parking de tu casa de Wheaton (West Chicago Illinois)...
Ruggles ya era conocido en Illinois, donde había sido King of the Hill en marzo de 2013, al ganar el IHSA State Three Point Championship, un macroconcurso de triples en el que participan jugadores desde 9º hasta 12º grado de todos los institutos del estado de Illinois. Tras unas eliminatorias que duraron semanas, Ruggles se clasificó para la ronda final, donde acabó levantando el título, con un acumulado 49/60 en triples.
En una pista en la que la línea de triple se estrellaba contra la pared, con su hermano como pasador y su madre grabando y contando las canastas, Josh Ruggles dejó atrás a Hooper: 111 triples en cinco minuto.
La rivalidad ya había empezado. Desposeído de su récord, Max Hooper siguió tratando de superar su propia marca, con el acicate de un digo competidor. Y la escalada de rivalidad llevaría a dejar a Nik Stauskas como un mero nombre inicial en esta historia.
El 1 de mayo, Max Hooper se superó a sí mismo y a Ruggles, alcanzando los 118, que elevaría hasta 121 un mes después.
Esa es la mejor reacción que pude obtener, ver su reacción, porque me impulsó todavía más. Josh Ruggles, al habla, en el Kane County Chronicle. Pero en esta historia que se escribe en lenguaje YouTube apareció una invitada profesional. Laurie Koehn, jugadora de las Atlanta Dreams con un 42,2% de acierto en triples en sus cinco temporadas en la WNBA, entró en la batalla. En el campus de la Universidad de Kansas State, donde se formó, se grabó batiendo el récord de Hooper y pulverizando la marca inicial de Nik Stauskas. Los 132 triples en cinco minutos de Koehn ponían el reto a otro nivel.
Ya nada le quedaba a Ruggles. Koehn se había hecho con el récord global y Hooper conservaba el masculino. Así que intentaría un nuevo asalto. El definitivo. Trato de lanzar series de 500 tiros, así cuando llego a los dos minutos finales del concurso no estoy tan cansado, y todo sale natural, más fluido, declararía posteriormente al programa ESPN Sportscenter.
Dejó el garaje de su casa para trasladarse a la cancha de la Wheaton Academy y, allí, batir la marca de Koehn. Josh Ruggles alcanzó la sobrenatural marca de 135 triples de 147 intentos (92%). Era algo surrealista. Yo iba a por el récord masculino, que estaba en 121, y, después de superar esa marca, me di cuenta de que podía superar el récord del mundo. Tras batirlo fue una gran sensación saber, primero, que ya había acabado de tirar después de cinco minutos y, segundo, que había batido el récord del mundo, declararía al mismo programa.
El récord mundial oficioso volvía a ser suyo. Y el de asistencias, de su hermano Brandon.
Y hasta ahí.
El récord, claro. Porque entonces se desataron las reacciones. Brandon Ruggles dejó su faceta de pasador para convertirse promotor. Subió el vídeo a su cuenta de YouTube y, en cuanto se dio cuenta del potencial, empezó a moverlo por Twitter. Y con más éxito que el que la mayoría de Community Managers alcanzarán jamás. Le pidió a Phil Jackson (y a varios millones de personas más) que compartiera el vídeo. Y no solo lo hizo, sino que le dedicó una respuesta: Pretty sweet rhythm on those shots-that takes some practice, escribió el legendario entrenador NBA, con 11 anillos. También se pararon a comentarlo el exentrenador Dick Vitale y el exjugador Dennis Rodman.
El vídeo se convirtió en un éxito viral de manual, con sus visitas multiplicándose por segundos, apareciendo en medios de comunicación de todo el mundo y con el joven Josh atendiendo a la prensa estadounidense.
De YouTube a la Supercopa Endesa
Sé que tiré bien, pero creo que lo puedo hacer todavía mejor. El objetivo es aumentar ese récord y batirme a mí mismo, declaraba a la ESPN. Aunque ahora le llega un reto de distinta envergadura.

La Liga Endesa invitó al jugador a participar en el Concurso de Triples de la Supercopa Endesa. Y la familia Ruggles aceptó la invitación. Su gesta en YouTube le lleva a España, por donde, precisamente, ha pasado este verano el otro protagonista de la historia. Los Red Storm de St. Johns en los que juega Max Hooper han realizado parte de su pretemporada en tierras españolas. En el partido que les enfrentó a La Bruixa dOr, con victoria catalana, Hooper se quedó en 6 puntos.
Fenómeno tirador más que proyecto de alto nivel, Josh Ruggles deberá luchar contra la dificultad de la nueva distancia. Su récord llega desde la distancia NCAA, que es de 6 metros. En el Concurso de Triples deberá afrontar la distancia FIBA: 6,75.
A la presión del reto, parece estar acostumbrado. Y ni en 20 Fernando Buesa Arena cabrían todos los espectadores que ya le han visto en YouTube...