Madrid, 21 Jun. 2015.- El Real Madrid se acerca un paso más al título de la Liga Endesa al establecer un 2-0 que, como tal, jamás se ha remontado en un Playoff.
Lo logró con una auténtica exhibición, en especial en un primer cuarto sin parangón. Metió 31 puntos (récord en un primer cuarto en Playoff), hizo 7/7 en triples (¿quién puede superar eso?) y se fue por 21 (de nuevo, sin precedente en las series por el título).
Pero todo su partido fue espectacular. Un enorme despliegue físico y de intensidad, dominando el rebote, recuperando balones, enchufando de fuera Uno de las mayores exhibiciones que se han visto esta temporada, y en el momento más importante.
Del Real Madrid este domingo se podría destacar todo, pero por encima aparecen tres nombres propios. El Increíble Llull y su memorable 5/5 en triples en el primer cuarto, llevando al Barclaycard Center al éxtasis, la desbordante intensidad y el acierto de Rudy Fernández, y el esfuerzo de un Gustavo Ayón indomable, que era duda y jugó dolorido en el pie pero tuvo una actuación descollante.
El Barça no tuvo su día. No pudo hacer frente a la exhibición blanca del primer cuarto, y cuando empezó a jugar como acostumbra el partido ya estaba enormemente cuesta arriba. Sin duda echó en falta la chispa de Navarro, baja por una lesión en la fascia del pie, para desatascar ese duro arranque. Su mejor argumento fue el talento de Justin Doellman, muy enchufado pero insuficiente.

Un arranque increíble del Real Madrid
El Real Madrid salió a muerte desde el salto inicial. Fue un despliegue impresionante de intensidad y de acierto, un auténtico show. Posiblemente el mejor cuarto que se ha visto esta temporada en la Liga Endesa, del Real Madrid o de quien sea. Los blancos tocaban todos los rebotes, se hacían con los ofensivos, llegaban a todos los sitios en defensa y anulaban cualquier opción ofensiva de su rival.
Y claro, estaban los triples. Siete de siete en el primer cuarto, y cinco de cinco de Sergio Llull. De todos los colores, en todas las posiciones. Daba igual que estuviera forzado, el menorquín la metía dentro. Fue un festivla inaudito, un show que rápidamente se trasladó al electrónico. La diferencia volaba a la misma velocidad que Llull corría la pista, y con su séptimo triple alcanzó los 21: 31-10.
21 puntos de diferencia. En un cuarto. De una final. Lo inaudito se convertía en histórico, pues nunca había pasado. Y como tal, tampoco se había remontado nunca. Ése era el complicadísimo reto de un Barça atropellado por la locomotora blanca, y que en 10 minutos había dilapidado casi todas sus opciones de evitar el duro 2-0.

Doellman da vida al Barça, pero el Madrid no baja el listón
Esta vez Mario Hezonja no estaba tan inspirado y, como en el primero, Tomic no lograba marcar diferencias en ataque. El principal argumento de los de Xavi Pascual, casi el único, era Justin Doellman. El Capitán América abrió la lata con los dos triples triples blaugrana, despegó con 10 puntos en el segundo cuarto (14 al descanso) y devolvió las pulsaciones al Barça, que se puso a 15 (38-23).
Pero es el que el Real Madrid seguía tan acertado en ataque como dominador en ataque. ¿Hay algo peor para el rival que un equipo que te mete 9/13 en triples al descanso captura más de la mitad de los rebotes de los tiros que falla? El equipo madrileño añadió a su nivel de acierto 10 rebotes ofensivos, dos más de los que sumó el Barça en su propio aro. Emergía un nombre propio, Rudy Fernández. Solo dos rebotes en su estadística, pero estaba en todos. Y encima sumaba en ataque.
Con todos esos argumentos, que el Barça doblara su cuenta anotadora respecto al primer cuarto (de 10 a 22) apenas se notó en el electrónico. El marcador al intermedio reflejaba un contundente 49-32.
El Real Madrid aguanta tras el descanso
Al Barça le quedaba una bala: apretar tras el descanso y meterse en el partido. Y pese a que Doellman estaba empeñado en lograrlo con los primeros 9 puntos de su equipo, el Real Madrid no tenía ninguna intención de bajar el ritmo. Con Rudy imparable, y toda la rueda de Laso funcionando a la perfección, una canasta de Felipe Reyes neutralizó el intento blaugrana y retornó el partido al mismo punto del primer cuarto: 62-41, minuto 26.
Llull se apuntó con su sexto triple (aunque rompió antes su perfecta serie) y un 2+1 de Nocioni elevó una nueva máxima (75-53, +22) antes de que Alex Abrines cerrara el tercer cuarto con un triple desde casi media cancha (75-56).
El último cuarto no tuvo mucha más historia. Llull descansó con 24 puntos y 31 de valoración, llevándose una enorme ovación, y el Real Madrid navegó tranquilamente sobre los 10 puntos de diferencia, llevándose la victoria con holgura.