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¡CSKA, campeón de Europa!

El CSKA Moscú, campeón de Europa 35 años después. El equipo ruso puso fin a la hegemonía del Maccabi Tel Aviv ganando por 73-69, en un encuentro muy intenso y controlado casi siempre por el conjunto entrenado por Messina. Su gran defensa, que asfixió a las grandes estrellas israelíes, y el talento y oportunismo de los enormes Theodoros Papaloukas (MVP de la Final Four) y David Vanterpool, decantó una balanza que el Maccabi se empeñó hasta el final en equilibrar. Para el Maccabi, decepción y una oportunidad histórica de hacer triplete perdida

CSKA Moscú, campeón de Europa 35 años después (Foto Euroleague)
© CSKA Moscú, campeón de Europa 35 años después (Foto Euroleague)
  
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    • Theodoros Papaloukas, MVP de la Final Four
    • CSKA Moscú, campeón 35 años después
    • Rueda de prensa post-partido

      Redacción, 30 Abr. 2006.- El CSKA Moscú se ha proclamado en Praga campeón de Europa. 35 años después de su último título, el conjunto ruso puso fin a la hegemonía del Maccabi Tel Aviv, al que impidió la gesta del triplete, venciendo por 73-69.

      El CSKA Moscú fue superior. Hizo trizas el pronóstico y destrozó desde la defensa a un Maccabi que nunca pudo hacer su juego y fue a remolque de un conjunto ruso que controló siempre la situación, dominó por rentas cómodas y luego sobrevivió a los embates israelíes, que a base de talento parecieron bien capaces de remontar y hacerse con el triunfo.

      Theodoros Papaloukas, MVP de la Final Four (Foto Euroleague)
      © Theodoros Papaloukas, MVP de la Final Four (Foto Euroleague)
      Dos nombres brillaron por encima del resto: David Vanterpool y Theodoros Papaloukas. Bases, escoltas o aleros, lo que se quiera, pero triunfadores con un juego demoledor, una capacidad para elegir siempre la opción correcta y anotar o regalarle media canasta a sus compañeros. Líderes natos y verdugos de la máquina amarilla, que falló en el último paso hacia el histórico triplete. El logro de ASK Riga y Jugoplastika tendrá que esperar.

      El Maccabi no jugó bien. Cayó en la tela de araña defensiva del CSKA Moscú, que atrapó a las grandes estrellas amarillas. Ni Vujcic ni Parker, ni Baston estuvieron a la altura esperada, incapaces de romper la muralla rusa. Ni siquiera Solomon, que firmó 20 irreales puntos y comandó un ataque precipitado y errático.

      Batalla de titanes

      El CSKA Moscú hizo un trabajo formidable en defensa (Foto Euroleague)
      © El CSKA Moscú hizo un trabajo formidable en defensa (Foto Euroleague)
      La de Praga fue una batalla de titanes, de equipos durísimos y temibles en ambos lados de la canasta. Maccabi y CSKA tienen muchísimo talento, pero también un físico de nivel NBA, posiblemente sin competencia en Europa. Atléticos, rápidos y fuertes, su intensidad durante los 40 minutos es demoledora.

      Cada punto cuesta horrores... pero como ambos son tan buenos, pues llegan con continuidad. Así fue el espectáculo de Praga, una guerra defensiva en ambas canastas y 10 estrellas ingeniándoselas para hallar una pequeña rendija en el muro rival y encestar para su equipo.

      La exhibición del viernes contra el TAU Cerámica confería al Maccabi el indiscutible papel de favorito pero ésta condición venía inexorablemente unida a que pudiera hacer su juego. Esto es, baloncesto rápido, en el que prime el talento y la improvisación de las estrellas, y una defensa que impida pensar a su rival. Pero claro, el CSKA es precisamente el bloque defensivo de más difícil demolición para el Maccabi, y así lo demostró sobre el parqué.

      El ritmo era del CSKA

      Theodoros Papaloukas, MVP de la Final Four y líder en la épica victoria rusa (Foto Euroleague)
      © Theodoros Papaloukas, MVP de la Final Four y líder en la épica victoria rusa (Foto Euroleague)
      El CSKA Moscú llevó el ritmo del encuentro. Pese a un 0-7 inicial fruto del desbordante arranque israelí, los rusos rápidamente recondujeron la situación gracias a su fortaleza atrás, fundamentada en una gran fortaleza bajo tableros (Baston, Vujcic y compañía, intimidadísimos) y una intensa línea exterior, propiciando robos y contraataques. Y en la otra canasta, Papaloukas ponía la inteligencia y el liderazgo, Holden y Langdon el tiro exterior y Savrasenko la contundencia.

      En consecuencia, el partido era de los rusos: 35-35 en el minuto 22. El Maccabi Tel Aviv estaba contra las cuerdas por primera vez en la Final Four en los tres últimos años, y su única respuesta venía de ‘picotazos’ de talento. Un triple inverosímil de Parker y otro de Sharp, únicos puntos en seis minutos. Aun así, una canasta de Burstein dio pie a un 35-30 al intermedio.

      CSKA vuelve a escaparse, pero el Maccabi reacciona

      Will Solomon, puntos pero también fallos para el Maccabi (Foto Euroleague)
      © Will Solomon, puntos pero también fallos para el Maccabi (Foto Euroleague)
      Poco cambió en el descanso, y el CSKA siguió dominando en el inicio del tercer periodo. Concretamente, gracias a David Vanterpool, autor de nueve puntos consecutivos para dar a su equipo una nueva máxima renta (44-33) y situarse como el máximo anotador del choque con 13 puntos. La tercera falta de Vanterpool tapó la brecha y el Maccabi replicó con dos triples, de Burstein y Penney, as en la manga de Gershon. Otra vez a cinco (44-39).

      El partido seguía siendo del CSKA Moscú, dominador del ritmo, bien en defensa y encontrando tiros cómodos en ataque... que no entraban, todo lo contrario que los triples de un Maccabi empeñado en lanzar desde 6,25 metros. Solución momentánea para tapar el descosido (46-42, m.27), pero que requería otras alternativas para sobrevivir. Y la primera vino desde Nikola Vujcic, hasta entonces con su marcador particular a cero y que sumó cuatro tantos consecutivos para igualar el partido a 46.

      Emoción máxima

      Theodoros Papaloukas, determinante (Foto Euroleague)
      © Theodoros Papaloukas, determinante (Foto Euroleague)
      La final volvía a empezar al entrar en los últimos 10 minutos. El 49-48 en el electrónico confirmaba la igualdad vista en la pista, donde ninguno de los dos equipos conseguía crear tiros cómodos con facilidad, donde al CSKA ya no le entraban los tiros pero mantenía cierto control sobre el talentoso ataque del Maccabi. Todo en juego en 10 minutos, sin que el partido arrojase pistas o favoritos.

      Dos triples de Smodis y Papaloukas, a asistencia de Vanterpool, devolvieron la iniciativa a los rusos (55-48), obligando al Maccabi a jugar de nuevo contra corriente. Los israelíes apenas conseguían tirar, de hecho a veces ni sacar de fondo, pero aúnan tanto talento individual que el talento de Parker (triple) y Solomon (asistencia a Parker, robo y canasta en contraataque) cambió de nuevo el signo del encuentro (55-55), para darle una nueva vuelta de tuerca con otro triple del base (56-58). Y Langdon respondía en el otro lado (59-58). ¡Qué partidazo!

      Batalla de ajedrez... ¡y gana el CSKA!

      Jugaban las estrellas, pero también los entrenadores. Si Gershon ponía en liza a su quinteto de gala (Solomon-Burstein-Parker-Baston-Vujcic), Messina probaba sin pívots puros y enviaba al griego Papaloukas al banquillo (Holden-Vanterpool-Langdon-Smodis-Panov). Cinco minutos para el final, partida de ajedrez sobre la pista.

      Las precipitaciones del Maccabi y un triple de Smodis volvieron a poner al CSKA Moscú en ventaja (62-58) en un momento en que cada punto cuesta horrores ser remontado. Y encima Messina recurría de nuevo al tablero de ajedrez recuperando a Papaloukas y jugando una zona que había causado estragos anteriormente. Tres minutos y el partido mucho más ruso que israelí (62-59).

      Una suspensión de Vanterpool, pisando la línea de 6,25, a 2:30, inclinaba un poquito más la balanza (64-59); el bicampeón, contra las cuerdas. Quedaba 1:15 y el marcador seguía igual; el título era del CSKA. Pudo perderlo, si sus estrellas hubieran fallado en los tiros libres y permitido así que los desesperados triples del Maccabi sirviesen de algo, pero acertaron y el triunfo fue del CSKA. Campeones, 35 años después.

      73 - CSKA Moscú (18+17+14+24): Holden (6), Langdon (11), Vanterpool (16), Smodis (12), Savrasenko (10) -equipo inicial-, Papaloukas (18), Van den Spiegel (-) y Panov (-).

      69 - Maccabi Tel Aviv (18+12+18+21): Solomon (20), Parker (10), Burstein (9), Baston (6), Vujcic (4) -equipo inicial-, Arnold (14), Sharp (3) y Penney (3).

      Arbitros: Jungebrand (FIN), Koukoulekidis (GRE) y Belosevic (SYM). Eliminado Burstein (m.40).

      Incidencias: Final de la Euroliga, disputado en el Sazka Arena de Praga ante 16.805 espectadores. El júnior del CSKA recibió en el descanso el trofeo que le acredita como campeón del Torneo Internacional de su categoría, disputado estos días en la capital checa.